Ingl¨¦s para la ciudadan¨ªa
A punto de iniciarse el curso escolar, la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Comunidad Valenciana ha reconocido que carece de profesores para dar la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa (EC) en lengua inglesa, seg¨²n la original f¨®rmula decidida por el Gobierno de esa comunidad para impartirla. La soluci¨®n ideada por el Departamento de Educaci¨®n para suplir esa carencia es a¨²n m¨¢s genial: que sea impartida conjuntamente por un profesor habilitado para ense?arla (tendr¨¢ que serlo de filosof¨ªa o de historia) y por uno de ingl¨¦s.
El consejero ha precisado que no se trata de dar clase con traducci¨®n simult¨¢nea, sino de que el profesor de ingl¨¦s imparta la asignatura en esa lengua siguiendo las orientaciones sobre su contenido del profesor de EC. Este ¨²ltimo tendr¨¢ por tanto una funci¨®n similar a la del apuntador en el teatro.
El consejero se ha mostrado orgulloso de su iniciativa: no deja de boicotear la asignatura, como otras comunidades gobernadas por el PP, pero, aprovechando que el Turia discurre por Valencia, utiliza el boicoteo para mejorar, eso dice, el conocimiento de lenguas por parte de los alumnos. Tambi¨¦n ha dicho que era consciente de las molestias y dificultades que podr¨ªan derivar de una decisi¨®n tan original. En esto ha acertado, a juzgar por la reacci¨®n de los profesores te¨®ricamente capacitados para dar la asignatura y con conocimientos de ingl¨¦s, de los cuales s¨®lo 11 han aceptado hacerlo en esa lengua. Docentes y sindicatos, con el resto de partidos, la Delegaci¨®n del Gobierno y el Tribunal Superior de Valencia, que rechaz¨® la pretensi¨®n de recortar los contenidos de la asignatura, forman el frente de oposici¨®n a la original idea.
Hubo en el crep¨²sculo del franquismo un ministro, Julio Rodr¨ªguez, al parecer nombrado porque le confundieron con otro catedr¨¢tico que se llamaba igual, que tuvo la genial idea de cambiar la estructura tradicional del curso escolar por otra que iba de enero a diciembre. Lo sustituyeron justo a tiempo de impedir el caos. Desde entonces ha habido planes de educaci¨®n mejores o peores, pero se hab¨ªa respetado el tratado de no proliferaci¨®n de ideas geniales. Hasta ahora.
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