Una apuesta progresista
En las ¨²ltimas semanas, este peri¨®dico ha publicado diferentes opiniones a prop¨®sito de los espacios de bienvenida educativa. Desde el primer d¨ªa, EL PA?S ha tomado posici¨®n respecto de esta iniciativa que el Departament d'Educaci¨® de la Generalitat pondr¨¢ en marcha, de manera experimental, en Reus y Vic, con el apoyo de los dos municipios. Cuando digo que ha tomado posici¨®n, me refiero por ejemplo al uso de sustantivos como "segregaci¨®n", "discriminaci¨®n", o expresiones del estilo "al otro lado de la valla", o, sin ir m¨¢s lejos, la noticia publicada el pasado mes de julio con el titular La segregaci¨®n no tiene aliados, en la que se aseguraba que "ninguno de los pa¨ªses que m¨¢s lidian con la llegada de inmigrantes ha optado por separar de los centros educativos a los alumnos for¨¢neos" para, acto seguido, leer la informaci¨®n y decir todo lo contrario en casos como el alem¨¢n o el canadiense.
Partamos de la realidad inicial: Catalu?a ha vivido un aumento de la inmigraci¨®n de diferentes or¨ªgenes en un corto periodo de tiempo como ning¨²n otro pa¨ªs del mundo en los ¨²ltimos a?os. Del 0,58% de inmigraci¨®n en las aulas en 1999 al 12,5% en 2008. Con la llegada de un Gobierno de progreso y ante la complejidad de la situaci¨®n, se adopt¨® una primera medida: las aulas de acogida ubicadas en los mismos centros educativos. Dig¨¢moslo de una manera clara: sin estas aulas de acogida y sin los planes educativos de entorno, este pa¨ªs ser¨ªa otro.
A esta complejidad se a?aden los procesos de matr¨ªcula viva, es decir, la llegada intermitente de alumnado extranjero durante el curso escolar. En algunas localidades, como Vic y Reus, esta situaci¨®n incrementa la dificultad de los centros educativos para dar una respuesta de calidad a los procesos de acogida. En estos casos, las aulas de acogida, si bien son mecanismos imprescindibles, no son suficientes. Hace falta un espacio de acogida familiar que permita diagnosticar necesidades, informar y orientar tanto a las familias como a los j¨®venes, y garantizar su ¨®ptima integraci¨®n escolar.
Resultar¨¢ a¨²n m¨¢s f¨¢cil de entender la iniciativa si adem¨¢s explicamos que en el proceso de matriculaci¨®n de un alumno procedente de otro pa¨ªs desde la llegada a la Oficina Municipal de escolarizaci¨®n, hasta la designaci¨®n del centro educativo y su aceptaci¨®n por parte de la familia, transcurren varios d¨ªas, que pueden llegar a 15, seg¨²n el momento y el municipio.
Los espacios de bienvenida educativa ofrecer¨¢n a las familias una atenci¨®n individualizada, les informar¨¢ sobre sus derechos y deberes, sobre la oferta educativa en el territorio, cu¨¢l es el proyecto y caracter¨ªstica de los centros, la red de servicios sociales y las actividades que se desarrollan en el entorno educativo. De esta manera, tambi¨¦n, se garantiza el derecho a la libertad de elecci¨®n del centro m¨¢s adecuado a las necesidades educativas del alumno.
Por otro lado, es obvio que el derecho a elegir escuela o instituto se ve muy limitado en el caso de incorporaciones a medio curso, ya que las vacantes existentes son limitadas. A menudo, se dispone de plazas en aquellos centros que ya concentran un n¨²mero importante de familias con un determinado perfil socioeducativo. Para garantizar procesos de escolarizaci¨®n m¨¢s equilibrados, debemos utilizar los recursos que ya prev¨¦ la normativa de reserva de plazas o de incremento de ratios, y disponer del margen de tiempo suficiente para escolarizar a los alumnos de manera equilibrada.
Por otra parte, los espacios de bienvenida atender¨¢n a los ni?os-ni?as y j¨®venes reci¨¦n llegados, y proceder¨¢n a la detecci¨®n m¨¢s detallada de las necesidades educativas espec¨ªficas, derivadas de sus caracter¨ªsticas afectivas, relacionales, psicol¨®gicas, cognitivas, socioecon¨®micas y f¨ªsicas. Detecci¨®n detallada que podr¨¢ determinar un equipo de profesionales altamente cualificados para ello y especializados en diferentes ¨¢mbitos. Una vez detectadas las necesidades, debe preverse y dise?ar la atenci¨®n individualizada del alumno que servir¨¢ de pauta inicial para el centro educativo que lo acoger¨¢. El equipo docente dispondr¨¢ de esta informaci¨®n con antelaci¨®n para poder atender mucho mejor al alumno en el momento de su llegada.
Todas estas actuaciones se realizar¨¢n en un corto periodo de tiempo, tan s¨®lo el necesario para alcanzar los objetivos propuestos. Por tanto, en ning¨²n caso pretenden ser la alternativa a las actuales aulas de acogida, sino al contrario: ambas son actuaciones complementarias y coherentes de una misma pol¨ªtica educativa. As¨ª mismo, en esta misma l¨ªnea inclusiva, mientras los alumnos est¨¦n en el espacio de bienvenida, participar¨¢n en las actividades de los planes educativos de entorno dirigidos a todos los alumnos de la poblaci¨®n.
Se trata, pues, de mejorar el progreso de integraci¨®n escolar y social, de coordinar el trabajo de los profesionales de los servicios educativos y socio-sanitarios, garantizar que todas las familias reciban una atenci¨®n profesional especializada, que tengan la informaci¨®n y la formaci¨®n suficiente para disponer de criterio propio, m¨¢s all¨¢ de estereotipos culturales, y poder ejercer su derecho a elegir con total libertad. Se trata tambi¨¦n de dar las opciones suficientes a la escolarizaci¨®n de sus hijos para evitar guetos escolares. De garantizarles una primera acogida emocional y psicol¨®gica a alumnado y familias, con profesionales altamente cualificados y especializados en este servicio. De procurarles su primer contacto con la lengua y con la realidad social del pa¨ªs. De iniciar procesos de familiarizaci¨®n con nuestra realidad cultural mediante talleres educativos, culturales y deportivos. De proyectar, por tanto, un proceso gradual de adaptaci¨®n para facilitar la integraci¨®n efectiva del alumno en su entorno educativo.
Debemos ser conscientes de que traspasar toda la responsabilidad a los centros, en ocasiones desbordados por la llegada constante de nuevos alumnos, y precipitando los procesos de escolarizaci¨®n sin un trabajo previo que cuente con la implicaci¨®n de los profesionales de la red educativa local, de los centros, de las familias y con el tiempo suficiente, puede implicar precisamente el efecto contrario a aquello que todos defendemos: la escuela plural e inclusiva. Este ¨²ltimo objetivo es el que persigue precisamente el Departament con su propuesta de creaci¨®n de los Espacios de Bienvenida Educativa para el curso que empezar¨¢ en septiembre con car¨¢cter experimental. Iniciativa que, por supuesto, deber¨¢ ser evaluada a finales de curso.
Se trata de todo esto, nada m¨¢s y nada menos. Nada m¨¢s lejos de la "segregaci¨®n" y la "discriminaci¨®n". Nada menos que una iniciativa para municipios con una alta movilidad de la matr¨ªcula durante el curso que persigue una idea progresista: la equidad. Porque progresista es dar las m¨¢ximas oportunidades en la vida a cada ciudadano, y, en cambio, no lo es restringir las oportunidades por las condiciones en las que uno accede al sistema educativo. Eso es puro determinismo social. Pura resignaci¨®n.
Jaume Graells es director general de Educaci¨®n B¨¢sica y Bachillerato del Departamento de Educaci¨®n de la Generalitat de Catalu?a.
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