Normalizar la tradici¨®n
Muchos barceloneses -incluido su alcalde, Jordi Hereu, y el ex presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall- decidieron acabar la Diada acompa?ando a Marina Rossell en el Liceu barcelon¨¦s. No se equivocaron: el coliseo oper¨ªstico se llen¨® y la cantante ofreci¨® una actuaci¨®n para el recuerdo.
Su adaptaci¨®n sin prejuicios de canciones populares, elimin¨¢ndoles su componente ?o?o, y su inmersi¨®n en temas religiosos, despoj¨¢ndolos de religiosidad, se mostr¨® como un camino sumamente contempor¨¢neo. Marina Rossell ha sabido eliminar la caspa a canciones que, gracias al mal uso de algunos sectores, provocaban sentimientos de rechazo en una parte de la poblaci¨®n que, mal que les pese, hab¨ªa crecido con ellas. Canturrear el Virolai en p¨²blico s¨®lo era comprensible en el curso de una celebraci¨®n cat¨®lica o cogidos a traici¨®n en una visita a Montserrat. Rossell ha demostrado que tanto esa canci¨®n como muchas otras forman parte de una tradici¨®n defendible y que a nadie puede abochornar. Su concierto en el Liceu fue la confirmaci¨®n de que est¨¢ en el buen camino.
MARINA ROSSELL
Gran Teatre del Liceu. Barcelona. 11 de septiembre.
Rossell comenz¨® cantando a capella y, a lo largo de 90 minutos, mezcl¨® a sus cuatro m¨²sicos con un coro juvenil, 13 percusionistas y la trikitixa de Kepa Junquera. Una de las cimas se alcanz¨® en el d¨²o que el vasco y la catalana ofrecieron sobre El cant del ocells. En otro momento emotivo Rosell cant¨® una nana con el solo acompa?amiento de las puntes coix¨ª de tres puntaires. Contenida, controlando la voz, modul¨¢ndola a la perfecci¨®n, una Marina Rossell ponderada y reflexiva bord¨®, entre otras, L'emigrant, Per tu ploro o El Virolai (con el bast¨®n del peregrino en la mano) redondeando un concierto tan atractivo como importante para eso que desde hace alg¨²n tiempo llamamos normalizaci¨®n cultural.
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