Ion Arretxe y ETA, realidad y ficci¨®n
El escen¨®grafo, acusado en 1985 de pertenecer a la banda, interpreta a un etarra en el filme de Jaime Rosales, 'Tiro en la cabeza', que recrea el crimen de Capbreton
"Me invit¨® a comer y me arrastr¨®". Con tan pocas palabras, el director de arte Ion Arretxe describe el cambio profesional al que le ha llevado el cineasta Jaime Rosales con su pel¨ªcula Tiro en la cabeza, filme que concursa el pr¨®ximo 23 de septiembre en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n, antes de su estreno comercial el 3 de octubre. A mediados de diciembre pasado, Rosales y Arretxe quedaron para comer. Al realizador le hab¨ªa conmocionado el atentado ocurrido un par de semanas antes en una cafeter¨ªa del pueblo franc¨¦s de Capbreton, en el que tres terroristas mataron a dos guardias civiles, Fernando Trapero y Ra¨²l Centeno, tras un encuentro accidental. "Me perturb¨® mucho", explica Rosales. "No era como los dem¨¢s atentados; en realidad no era un atentado, sino un encuentro fortuito evitable y, a la vez, terror¨ªfico. Adem¨¢s, enseguida atisb¨¦ que hab¨ªa una pel¨ªcula y c¨®mo hacerla".
La pel¨ªcula concursar¨¢ en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n
Quince d¨ªas m¨¢s tarde, Rosales se sent¨® con Arretxe. "Me iba relatando", recuerda el escen¨®grafo, "que iba a ser una pel¨ªcula muy peque?a, con imagen muy sucia, rodada con teleobjetivos, en la que si ve¨ªamos al protagonista dentro de una casa, filmar¨ªamos desde la calle. Y arranc¨® con la historia: seguimos a un tipo normal, que vive solo, que se cruza con su sobrino -y pens¨¦, como yo-, que va a una tienda de discos, los oye pero no compra ninguno -como yo, c¨®mo se parece a m¨ª, me repet¨ª-, conoce a una chica en una fiesta, se junta con otros en un coche, cruzan la frontera... Y ocurre lo de Capbreton". Arretxe escuchaba al director mientras reflexionaba sobre c¨®mo crear los decorados, y a la vez le surg¨ªa un ansia. "Pues s¨ª, deseaba encarnar al tipo. Y justo en ese momento, Jaime me suelta: 'Quiero que seas el protagonista'. Acept¨¦ al instante por dos razones: por el personaje y por la pel¨ªcula que era. Me hab¨ªa contagiado su ingenuidad, tanto como para no dudar. A m¨ª Capbreton me conmocion¨® tambi¨¦n. Me pregunt¨¦ mucho qu¨¦ hab¨ªa pasado y, como cualquiera que se dedica a la ficci¨®n, piensas e imaginas. Volv¨ª en navidades a Renter¨ªa y no se lo cont¨¦ a nadie porque pens¨¦, igual que Jaime, que Tiro en la cabeza era una acci¨®n concreta, que necesitaba una comuni¨®n con el equipo y cierta clandestinidad".
As¨ª, un veterano escen¨®grafo del cine espa?ol, que ha trabajado en filmes como ?xtasis, El pr¨®ximo Oriente, Todo es mentira, Una casa en las afueras o La soledad (el anterior largometraje de Rosales), se convert¨ªa, a sus 44 a?os, en el protagonista del proyecto m¨¢s arriesgado de este director, rodado en 14 d¨ªas y con un equipo m¨ªnimo. S¨®lo se interrumpi¨® para que el director asistiera a la ceremonia de entrega de los Goya, donde La soledad obtuvo tres galardones, incluido el de mejor pel¨ªcula.
Arretxe habla con cari?o y admiraci¨®n del director: "Jaime es un estupendo ingenuo. Y sincero. Es como el ni?o del cuento del emperador desnudo, que es el ¨²nico que se atreve a decirle que no lleva ropa. Y tiene una gran capacidad de an¨¢lisis; incluso algo de santidad, siempre con la palabra adecuada y muy agradecido. A su vez, de esa ingenuidad nace un gran l¨ªder. Duda, escucha y cuando toma un camino, te pide que conf¨ªes en ¨¦l, aunque no lo veas claro: al final te lleva a buen puerto".
Pero Ion Arretxe guardaba otro secreto que le hab¨ªa empujado a esta decisi¨®n. Un d¨ªa, durante el rodaje, se sent¨® con Rosales y le cont¨® su pasado. A mediados de los ochenta estudiaba bellas artes en Bilbao y formaba parte de diversos movimientos sociales (asociaciones de la parroquia y de vecinos). La noche del 26 de noviembre de 1985 la Guardia Civil le detuvo en su casa en Renter¨ªa, acusado de pertenecer a un comando de ETA, y le aplicaron la ley antiterrorista.
?l lo cuenta as¨ª: "Me llevaron a un r¨ªo, me pusieron dos sacos plastificados que cerraron con cinta aislante y durante horas me sumergieron en el agua. Me trasladaron inconsciente a la casa cuartel de Intxaurrondo, y durante tres d¨ªas me torturaron de diversas formas. Estaba desnudo, con un capirote que me tapaba la cabeza, en un piso vac¨ªo donde no me dejaron dormir y me siguieron pegando. Incluso apareci¨® Galindo, que me quit¨® la capucha, me dijo si le conoc¨ªa, que dijera lo que sab¨ªa y me retorci¨® los test¨ªculos. Al tercer d¨ªa me trasladaron a Madrid con una chica y otro chico. M¨¢s tarde me enter¨¦ de que eran la novia y el primo de Mikel Zabaltza, a quien tampoco conoc¨ªa. Estuve siete d¨ªas en las dependencias de Guzm¨¢n el Bueno y all¨ª las torturas fueron psicol¨®gicas, aunque not¨¦ que algo hab¨ªa pasado, porque el trato mejor¨® mucho y los guardias civiles estaban muy nerviosos. Finalmente, me llevaron a la c¨¢rcel de Carabanchel, y all¨ª los presos me preguntaron qu¨¦ hab¨ªa ocurrido con Mikel Zabaltza, detenido el mismo d¨ªa que yo; yo no me hab¨ªa enterado de nada, ni sab¨ªa qui¨¦n era". El cad¨¢ver de Zabaltza apareci¨® flotando en un r¨ªo 20 d¨ªas m¨¢s tarde y la autopsia revel¨® que hab¨ªa muerto ahogado, pero sin s¨ªntomas de malos tratos. A los tres d¨ªas, Arretxe, que se autodefine como vasco abertzale, sali¨® de Carabanchel en libertad sin cargos. Denunci¨® las torturas pero, tras pasar por cinco jueces, el caso se sobresey¨® por falta de pruebas.
Y por eso hoy est¨¢ en Tiro en la cabeza. "Sal¨ª con mucha rabia, pero me di cuenta de que no pod¨ªa enquistarme a mis 21 a?os como una v¨ªctima". Se march¨® a Barcelona a estudiar escenograf¨ªa en el Institut del Teatre. "Hab¨ªa participado con grupos de teatro en San Sebasti¨¢n y Paco Sagarzazu, el actor, me anim¨® a que siguiera mi camino". ?Y c¨®mo ve el Pa¨ªs Vasco hoy? "Debemos abrir las ventanas, airearlo. Hay bandos radicalizados que intentan arrastrar a todos los que hay en medio. Esos extremos son como los ap¨®stoles de Jorge Oteiza de la bas¨ªlica de Ar¨¢nzazu. De piedra, inamovibles, en su sitio, ni se tocan. Seguir¨¢n as¨ª por siglos. Y el Pa¨ªs Vasco continuar¨¢ igual si no aireamos. Tenemos que pasar de ser de piedra a ser de barro. ?C¨®mo se puede defender la violencia y la muerte? Creo que todos nos tenemos que poner en el lugar del otro, y pensar en el dolor del otro. Tenemos que ser m¨¢s imaginativos. Y ah¨ª entra Tiro en la cabeza".
Babelia
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