Guerra digital contra la pobreza
El desfase digital empieza a superarse. El flujo de informaci¨®n digital -mediante tel¨¦fonos m¨®viles, mensajes de texto e Internet- llega ahora a las masas del mundo, incluso en los pa¨ªses m¨¢s pobres, provocando a su vez una revoluci¨®n en la econom¨ªa, la pol¨ªtica y la sociedad.
La pobreza extrema es casi sin¨®nima de aislamiento extremo, en especial aislamiento rural. Pero los tel¨¦fonos m¨®viles y el servicio de Internet inal¨¢mbrico ponen fin al aislamiento, y de ese modo demostrar¨¢n que son la tecnolog¨ªa que m¨¢s transforma el desarrollo econ¨®mico de nuestro tiempo.
El desfase digital no se est¨¢ acabando por un brote de responsabilidad c¨ªvica, sino principalmente por las fuerzas del mercado. La tecnolog¨ªa del tel¨¦fono m¨®vil es tan potente, y cuesta tan poco por unidad de transmisi¨®n de datos, que ha demostrado que es posible vender acceso de tel¨¦fono m¨®vil a los pobres. Hay ahora m¨¢s de 3.300 millones de abonados en todo el mundo, aproximadamente una de cada dos personas del planeta.
Los tel¨¦fonos m¨®viles e Internet demostrar¨¢n que son la tecnolog¨ªa que m¨¢s transforma el desarrollo de nuestro tiempo
M¨¢s notable a¨²n es la continua convergencia de la informaci¨®n digital: sistemas inal¨¢mbricos que cada vez enlazan m¨¢s los tel¨¦fonos m¨®viles con Internet, con los ordenadores personales y con los servicios de informaci¨®n de todo tipo. La gama de beneficios es asombrosa. Cada vez m¨¢s pobres rurales de todo el mundo tienen ahora acceso a sistemas de pago y banca inal¨¢mbricos, como el famoso M-PESA de Kenia, que permite realizar transferencias de dinero por tel¨¦fono.
India, sede de los principales ingenieros inform¨¢ticos y empresas de alta tecnolog¨ªa, y con una econom¨ªa rural vasta y densamente poblada, ha sido naturalmente uno de los pioneros del desarrollo econ¨®mico digital. El Gobierno y las empresas crean cada vez m¨¢s alianzas entre el sector p¨²blico y el privado para proporcionar servicios cruciales mediante la red digital.
En las provincias indias de Andhra Pradesh y Gujarat, por ejemplo, los servicios de ambulancias est¨¢n ahora al alcance de decenas de millones de personas, sostenidos por tel¨¦fonos m¨®viles, avanzados sistemas inform¨¢ticos y crecientes inversiones p¨²blicas en la sanidad rural. De manera similar, el nuevo plan indio de garant¨ªa del empleo rural, establecido hace s¨®lo dos a?os, no s¨®lo est¨¢ empleando a millones de habitantes pobres con financiaci¨®n p¨²blica, sino que tambi¨¦n est¨¢ llevando a decenas de millones de ellos al sistema bancario formal, ampliando las redes digitales de la India.
En el aspecto puramente comercial, la revoluci¨®n m¨®vil est¨¢ creando una revoluci¨®n log¨ªstica en la comercializaci¨®n entre agricultores y minoristas. Los agricultores y los minoristas alimentarios pueden conectarse directamente mediante tel¨¦fonos m¨®viles y nudos de distribuci¨®n, lo cual permite a los primeros vender sus cosechas a precios m¨¢s elevados a puerta de explotaci¨®n y sin retrasos, mientras que los compradores pueden trasladar esas cosechas a los mercados sin que se deterioren demasiado y a precios m¨¢s bajos para los consumidores finales.
La educaci¨®n se transformar¨¢ de igual modo. En todo el mundo, los colegios de todos los niveles se volver¨¢n globales, y se unir¨¢n en redes de educaci¨®n digitales de todo el mundo. Los ni?os de Estados Unidos no s¨®lo aprender¨¢n sobre ?frica, China e India en libros y v¨ªdeos, sino tambi¨¦n mediante enlaces directos entre aulas situadas en diferentes partes del mundo.
Tambi¨¦n las universidades tendr¨¢n clases globales, de modo que los alumnos de muchas universidades participar¨¢n simult¨¢neamente en conferencias, grupos de debate y equipos de investigaci¨®n. El a?o pasado, mi universidad -Columbia University de la ciudad de Nueva York- se un¨ªa a otras de Ecuador, Nigeria, Reino Unido, Francia, Etiop¨ªa, Malaisia, India, Canad¨¢, Singapur y China en un aula mundial que conectaba a cientos de estudiantes de m¨¢s de una docena de universidades para un interesante curso sobre desarrollo global sostenible.
En mi libro El fin de la pobreza, escrib¨ªa que puede ponerse fin a la pobreza extrema antes de 2025. Tal vez parezca una afirmaci¨®n impetuosa, dada la violencia mundial, el cambio clim¨¢tico y las amenazas contra los suministros de alimentos, energ¨ªa y agua. Pero las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n digital, si se despliegan de manera cooperativa y en todo el mundo, ser¨¢n nuestras nuevas herramientas m¨¢s importantes porque nos permitir¨¢n unirnos globalmente en mercados, redes sociales y esfuerzos de cooperaci¨®n para resolver nuestros problemas comunes.
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