Arte, formol y mucho dinero
Damien Hirst llega a la madurez rico y famoso tras una infancia pobre y una juventud de alcohol y drogas
"Es incre¨ªble lo que se puede hacer con un suspenso en arte en Selectividad, una imaginaci¨®n retorcida y una motosierra", dijo Damien Hirst a modo de minibiograf¨ªa durante el discurso de aceptaci¨®n del Premio Turner en 1995. El artista brit¨¢nico se hizo con el galard¨®n, el m¨¢s importante del arte contempor¨¢neo, con Madre e hijo, Divididos, una escultura consistente en una vaca y un ternero, diseccionados, y encerradas, cada una de sus mitades, en tanques de formol.
Para entonces, el esc¨¢ndalo ya le preced¨ªa. En 1991, Hirst se hab¨ªa hecho c¨¦lebre en todo el mundo con un tibur¨®n tigre de cinco metros suspendido en un tanque de formol, una pieza titulada La imposibilidad de la muerte en la mente de alguien vivo. Hirst siempre ha tenido un don para los nombres. Y para los n¨²meros.
Charles Saatchi, el magnate de la publicidad, fue su 'hada madrina'
Hoy tiene seis estudios en los que trabajan 120 personas
El escualo marc¨® el principio de una carrera hacia el estrellato que ha convertido a Hirst en uno de los tres artistas vivos m¨¢s caros -los otros dos son Jeff Koons y Lucien Freud-, en una cotizada imagen de portada con estatus equiparable al de las estrellas del rock -ha sido la ¨²ltima de la revista Time- y en un individuo extraordinariamente rico.
Seg¨²n Frank Dunphy, un antiguo contable de artistas circenses que Hirst contrat¨® hace unos a?os para que llevara sus finanzas, el patrimonio del artista podr¨ªa ser de 1.000 millones de d¨®lares (705 millones de euros). Eso significar¨ªa que Hirst es dos veces m¨¢s rico que Mick Jagger o Elton John. Hoy tiene nada menos que seis estudios por todo el Reino Unido en los que trabajan 120 personas. Una aut¨¦ntica factor¨ªa.
Un sue?o hecho realidad para un chico nacido en Bristol en 1965 y criado por su madre -Hirst nunca conoci¨® a su padre- en un barrio pobre de Leeds. Delincuente juvenil -fue detenido en dos ocasiones por robar en tiendas-, trabaj¨® en la construcci¨®n durante dos a?os antes de ser admitido en el Goldsmiths College, donde se gradu¨® en 1989.
Un a?o antes, Hirst organiz¨® una exposici¨®n con obras suyas y de sus compa?eros, Freeze. All¨ª recibi¨® la visita providencial de Charles Saatchi, magnate de la publicidad reconvertido en coleccionista de arte y verdadero hada madrina de Hirst. El artista particip¨® en la primera exposici¨®n de la galer¨ªa Saatchi en 1992, junto con Sarah Lucas, Mark Wallinger y Rachel Whiteread, convirti¨¦ndose en el portaestandarte de una generaci¨®n de artistas conocidos ya como J¨®venes Artistas Brit¨¢nicos, una marca acu?ada por el sagaz publicitario.
Los noventa fueron los a?os locos del despegue de Hirst: se present¨® internacionalmente en la Bienal de Venecia de 1993; gan¨® el Turner dos a?os despu¨¦s; form¨® Fat Les, un grupo de m¨²sica con Alex James, de Blur, y el actor Keith Allen; en 1999 rechaz¨® participar en la Bienal de Venecia... Fueron tiempos tambi¨¦n de alcohol y coca¨ªna, en los que los excesos p¨²blicos de Hirst eran bien conocidos por los habituales del Groucho Club del Soho londinense.
Desde 2002, el artista est¨¢ sobrio y, casado con la californiana Maia Norman, con quien tiene tres hijos -Connor, de 13 a?os, Cassius, de 8, y Cyrus, de 3-, hoy pasa la mayor parte del tiempo en su granja de Devon. Al mismo tiempo que su vida se ha estabilizado, su cach¨¦ se ha multiplicado exponencialmente. Si Saatchi compr¨® en 1992 La imposibilidad f¨ªsica... por 50.000 libras (62.938 euros), en diciembre de 2004 lo vend¨ªa al multimillonario financiero estadounidense Steve Cohen por 12 millones de d¨®lares (8,4 millones de euros).
El a?o pasado se sac¨® de la chistera una calavera chapada en platino con 8.601 diamantes engastados. La pieza, llamada Por el amor de Dios, fue vendida a un consorcio de inversores, seg¨²n dijo Hirst, por 100 millones de d¨®lares (71 millones de euros). Aunque luego se supo que en tal consorcio participan el propio artista, Dunphy y Jay Jopling, propietario de White Cube, su galer¨ªa en Londres (Larry Gagosian es su marchante en Nueva York).
A sus 43 a?os, Damien Hirst no est¨¢ dispuesto a dejar de ser un enfant terrible. Su ¨²ltima vuelta de tuerca ha dejado con la boca abierta al mundo del arte. Entre hoy lunes y ma?ana martes se subastar¨¢n 223 obras nuevas suyas en Sotheby's. Es la primera vez, desde que la casa de pujas se fund¨® en 1744, que pondr¨¢ en el mercado obra nueva de un artista vivo directamente al p¨²blico.
Con esta maniobra, Hirst volatiliza la comisi¨®n de sus galeristas, que suele ser del 50% del precio de venta de las obras. "Si alguien hace dinero, que sea el artista", declaraba Hirst recientemente al diario The Guardian. "Existe esa idea de que no eres un verdadero artista si ganas dinero, si no te est¨¢s muriendo de hambre en una buhardilla y tienes agujeros en los vaqueros. Pero yo, Warhol y Picasso nos ocupamos de los aspectos comerciales del arte. Goya, Rembrandt, Vel¨¢zquez, todos ellos, pensaban en los aspectos comerciales de su trabajo". En total, los 223 lotes podr¨ªan generar unos ingresos de 65 millones de libras (82 millones de euros).
La pieza m¨¢s importante de la subasta, El becerro de oro, es un ternero charol¨¦s de 18 meses encerrado en una urna de formol colocada sobre un pedestal de m¨¢rmol. Las pezu?as, los cuernos y la aureola del ternero son de oro macizo y la urna est¨¢ chapada en el mismo metal. Su precio estimado es de entre 8 y 12 millones de libras (entre 10 y 15 millones de euros). "Todo lo que uno hace es un autorretrato. Hasta cuando se limpia el trasero", dec¨ªa Hirst hace unos meses durante una entrevista con el periodista Charlie Rose en su programa de la cadena estadounidense PBS. El ternero es, sin duda, el m¨¢s logrado.
Babelia
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