Subida libre a Montju?c

Dos llamadas telef¨®nicas alertan sobre la escasa fiabilidad de las escaleras que permiten -es un decir- subir a la monta?a de Montju?c en Barcelona. Una forma de comprobaci¨®n es ir y usarlas. La experiencia se realiz¨® el pasado domingo. Fue intensa. De las inspeccionadas, s¨®lo funcionaba la que est¨¢ cerca del cuartel de la Guardia Urbana, tan escondida que nadie la usaba. Las que parten de la zona ferial, parad¨ªsimas (a ambos lados de la avenida); las que se hallan junto a la fuente, tambi¨¦n paradas, y las que est¨¢n por encima, como si no existieran.

Algunos turistas, convencidos de que el paro se deb¨ªa a que se hallaban "en modo ahorro de energ¨ªa", se dirig¨ªan hacia ellas y pisaban el primer escal¨®n, para comprobar que el ahorro energ¨¦tico era total y absoluto: nada.

Un portavoz municipal explic¨® que el domingo coincidieron dos aver¨ªas en las escaleras. A?adi¨® que desde hace un tiempo su control se ha centralizado y es instant¨¢neo. No supo explicar por qu¨¦ fallaban bastantes m¨¢s.

Montju?c es una de la asignaturas suspendidas del Consistorio. No hay manera de que arranque del todo. Algo debe contribuir una cierta dejadez que se traduce en que las escaleras no funcionen un domingo de turismo por la ma?ana o en que el run run de los motores no se extinga en ning¨²n momento. No importa que uno pasee por el interior de los jardines: el petardeo de coches y autocares es la m¨²sica de fondo, lejos del sosiego que ser¨ªa de esperar en una zona boscosa. Para no hablar de la suciedad. Adem¨¢s de hojas secas y llenas de larga historia, hay all¨ª restos de orines y de otras necesidades biol¨®gicas m¨¢s untuosas. El Ayuntamiento sostiene que quiere eliminar el tr¨¢fico privado, pero no lo hace. As¨ª se nota menos que las escaleras no funcionan.

Para quejas sobre las administraciones y empresas p¨²blicas, pueden dirigirse a catalunya@elpais.es, a la atenci¨®n de Francesc Arroyo.