Dios salve al Kun
El Atl¨¦tico, con dos goles de Ag¨¹ero y uno de Maniche, juguetea con el PSV
Despu¨¦s de 11 a?os en las cavernas, v¨ªctima del oscurantismo de sus due?os, que le convirtieron en una pasarela por la que fueron y vinieron 13 entrenadores, 173 jugadores y alrededor de 400 millones de euros, el Atl¨¦tico regres¨® anoche a la Liga de Campeones por la puerta grande. Rompiendo la baraja arrogante, sinti¨¦ndose superior, ante un grande de Europa. Y, una vez m¨¢s, gracias al arte de Sergio Ag¨¹ero, al que le da lo mismo jugar con una llaga en un dedo del pie -un plantillazo en Zorrilla-, que someterse a los rigores de la competici¨®n m¨¢s exigente del mundo. Como demostr¨® en apenas 35 minutos de opereta, el Kun no respeta a nada ni a nadie, y menos si delante est¨¢ el PSV, un cl¨¢sico en rebajas. Tal fue la desverg¨¹enza del argentino de 20 a?os en el devaluado Phillips Stadion que su cl¨¢usula de 60 millones empieza a sonar a calderilla.
PSV EINDHOVEN 0 - ATL?TICO 3
Atl¨¦tico: Leo Franco; Perea, Heitinga, Ujfalusi, A. L¨®pez; L. Garc¨ªa, Maniche (Banega, m. 65), Assun?ao, Simao; Forl¨¢n (Sinama, m. 31) y Ag¨¹ero (R. Garc¨ªa, m. 63). No utilizados: Coupet; Seitaridis, Camacho y Miguel.
PSV: Isaksson; Salcido, Marcellis, Brechet (Rodr¨ªguez, m. 74), Pieters; Culina (Bakkal, m. 46), Simons, M¨¦ndez; Afellay (Lazovic, m. 70), Koevermans y Amrabat. No utiliz.: Ramos; Zonneveld, Wuytens y Dzsudzsak.
Goles: 0-1. M. 9. Ag¨¹ero empuja a la red un centro de Luis Garc¨ªa. 0-2. M. 36. Sinama encuentra en el ¨¢rea a Ag¨¹ero, que se revuelve y anota de zurdazo cruzado. 0-3. M. 54. Maniche bate por bajo a Isaksson.
?rbitro: R. Rosetti (Italia). Amonest¨® a Assun?ao, Brechet, M¨¦ndez, Amrabat y Perea.
28.000 espectadores en el Philips Stadion.
El Kun no respeta a nada ni a nadie, y menos al PSV, un cl¨¢sico en rebajas
Su presencia contagia a la tropa de Aguirre, que funciona como un mecano
Ag¨¹ero hizo que la segunda parte sobrara. Cuesti¨®n nada balad¨ª, cuando el Bar?a hab¨ªa sido el ¨²nico equipo espa?ol que sali¨® ganador de Eindhoven. Ocurri¨® en 1996, el a?o del doblete. Pero, como el Atl¨¦tico es el Atl¨¦tico, la victoria tuvo un repunte amargo. Forl¨¢n se march¨® a la enfermer¨ªa a la media hora. Su sustituto, Pongolle, no desenton¨® m¨¢s que nada porque su pareja de claqu¨¦ era el yerno de Maradona. Para ejemplo su pase, por llamarlo de alguna forma, a su compa?ero en el segundo gol. El Kun, que convierte en asistencias los melones, control¨® con naturalidad y, con Pieters en el cuello, se sac¨® un zurdazo implacable. La defensa holandesa a¨²n lo busca.
No puso grandes dificultades la escuadra de Huub Stevens, tan alejado del esp¨ªritu de la escuela neerlandesa que lo ¨²nico que le preocupa es que "el cero permanezca en pie". Quiz¨¢s por los buenos resultados que le dio como defensa de aquel PSV que gan¨® la Copa de Europa de 1988 empatando todos sus partidos desde los cuartos de final, lo nunca visto. Contrario a una visi¨®n del f¨²tbol tan prehist¨®rica, Ag¨¹ero reivindic¨®, sin aplicarse a fondo, las bondades del jogo bonito. Tambi¨¦n es cierto que Isaksson no es Van Breukelen, recordado en Chamart¨ªn y Europa entera como el ¨²nico portero que ataj¨® una chilena de Hugo S¨¢nchez. El sueco ser¨¢ un tallo, pero su exceso de cent¨ªmetros le convierten en un gigant¨®n torp¨®n bajo los palos, como demostr¨® en los dos goles. Por algo le dieron carpetazo en el Manchester City, donde tan s¨®lo jug¨® cinco partidos la temporada pasada.
Frente a otro equipo que vive del pasado -y de las facilidades de la Liga holandesa- el cuadro de Javier Aguirre despach¨® al PSV en un plis-plas. El primer golpe lleg¨® a los nueve minutos, tras una gran combinaci¨®n entre Forl¨¢n, Maniche, Luis Garc¨ªa y Ag¨¹ero. El uruguayo centr¨® a la frontal, el Kun la toc¨®, el medio portugu¨¦s, parado en falta, abri¨® el bal¨®n a la orilla derecha, Luis Garc¨ªa la coloc¨® rasita en el ¨¢rea peque?a y el genio argentino, una culebrilla que desquici¨® a los centrales, empuj¨® el bal¨®n a la red y acab¨® con una d¨¦cada de pesadillas. Porque, para bien o para mal, la sombra del Kun en el Atl¨¦tico es alargada. Su presencia en el campo contagia a la tropa de Aguirre, que se hiperactiva y funciona como un mecano. Y al rev¨¦s; sin Ag¨¹ero a la vista se desinfla como un neum¨¢tico gastado. Tanta magia tap¨® las dudas de Antonio L¨®pez y Perea en los laterales, o las carencias t¨¦cnicas de Assun??o, que, eso s¨ª, cumpli¨® con su labor de contenci¨®n en el centro del campo.
Todas las oportunidades del PSV, salvo un bal¨®n en profundidad que Koevermans chut¨® al cuerpo de Leo Franco -el portero rojiblanco no tuvo m¨¢s trabajo hasta el minuto 80-, llegaron en disparos lejan¨ªsimos. La colocaci¨®n del brasile?o de pulmones inagotables, birlado al Oporto, filtr¨® los peligros.
Otro ex de los dragones portugueses, el temperamental Maniche, puso el broche tras una combinaci¨®n con un paisano, Sim?o, y Luis Garc¨ªa. Desaparecido este ¨²ltimo en combate la campa?a anterior, cuando cambi¨® la ribera del Mersey por la del Manzanares, se llev¨® el bal¨®n tras un ca?o afortunado y le puso en bandeja de plata el gol a Maniche, cuya bronca hace cosa de un a?o con Aguirre -y posterior cesi¨®n al Inter- sumi¨® al Atl¨¦tico en un tsunami de proporciones b¨ªblicas, tan grave que el club estuvo a un pelo de quedarse fuera de la cotizada Champions. Para bien del espect¨¢culo, la entidad rectific¨® a tiempo... aunque pasara pr¨¢cticamente un a?o. Suficiente para emborronar a un conjunto, el PSV, que sacaba pecho con un Afellay sobrevalorado por anotar tres goles en la competici¨®n dom¨¦stica, y que anoche se cruz¨® con con el diablo en persona. Su acento es argentino. Se llama Sergio Lionel Ag¨¹ero. Le conocen como El Kun.
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