Como el toro
Ni huelga ni nada, anteayer no escrib¨ª porque no hab¨ªa espacio. Huelga corriendo, huelga escribiendo, habr¨¢n pensados algunos, pero andan equivocados. Anteayer no hubo ni protesta, ni plante ni nada que se le parezca; fuimos despacio porque fue as¨ª como sali¨® el d¨ªa. Y punto.
De aperitivo ten¨ªamos un dur¨ªsimo puerto de 15 kil¨®metros. Despu¨¦s, una vez pasado el descenso, ven¨ªan unos 150 kil¨®metros de llano hasta Zamora con previsible viento de cara. ?Qui¨¦n iba a atacar de salida en esas circunstancias? Yo cambiar¨ªa la pregunta: ?Qui¨¦n pod¨ªa? Pues muy pocos, los que est¨¢n adelante en la clasificaci¨®n general y pocos m¨¢s, y a ver qui¨¦n se enfrentaba a lo que faltaba luego despu¨¦s de haber liado la guerra en el puerto. As¨ª que nadie atac¨® en el puerto, que estamos ya en la tercera semana y las fuerzas andan muy justas, y las pocas que quedan hay que reservarlas. Y luego fue una etapa lenta por las circunstancias: escapada de dos corredores que no alcanzaron mucha ventaja, viento en contra constante y un claro inter¨¦s por llegar al sprint de varios equipos. De ah¨ª vino el retraso, y el que le quiera dar m¨¢s vueltas a la historia es porque se aburre.
Ayer no hubo retraso, al contrario. Nada m¨¢s salir se apreciaba que el d¨ªa anterior hab¨ªa dado un margen de recuperaci¨®n. Comenzaron los ataques, que si un grupo, que si otro... El caso es que estaba ah¨ª en la pomada, y aprovech¨¦ un peque?o repecho en la salida de un pueblo para soltar un ataque. Me march¨¦ en solitario y mientras agachaba la cabeza y apretaba los pedales, suplicaba por favor que no me dejasen solo, que yo quer¨ªa irme en un grupo s¨ª, pero no solo. Al final vino otro corredor en solitario, Jos¨¦ Ruiz, del Andaluc¨ªa, y ya estaba liada. Ahora nos hac¨ªa falta suerte y poco m¨¢s.
Al pasar por Tordesillas, con ocho minutos de ventaja sobre el pelot¨®n, vimos un pueblo en fiestas y me acord¨¦ de la pol¨¦mica que hay liada con lo del toro de esta localidad. Terminaremos como ese toro, es todo lo que pude pensar en ese momento.
Un d¨ªa como ayer las opciones de llegar escapado son pocas, pero ¨¦stas aumentan en funci¨®n de diversos factores. Por una parte, en los ¨²ltimos kil¨®metros hac¨ªamos un bucle en torno a Valladolid, por lo que el viento nos iba a soplar en diferentes direcciones. El secreto era apretar con el viento favorable, y regular con el viento en contra.
Adem¨¢s, a estas alturas hay equipos que a¨²n no han ganado, as¨ª que no est¨¢n como para desaprovechar las -pocas- oportunidades que quedan. Tambi¨¦n est¨¢n por supuesto tus propias fuerzas -y las de tu compa?ero de aventura-, pero ¨¦sas ayer no fallaron.
El caso es que hubo un momento en el que pudimos so?ar con llegar. Era cuesti¨®n de un pulso desigual, pero a¨²n estaba en nuestras manos. Pero el viento nos perjudic¨®, la carrera se lanz¨® y terminamos de la manera m¨¢s previsible. Como el toro de Tordesillas, por donde pasamos.
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