La nacionalizaci¨®n de la aseguradora AIG no impide que caiga Wall Street
La Bolsa de Nueva York vivi¨® una fuerte volatilidad y lleg¨® a perder m¨¢s del 3% - Los contribuyentes ya han pagado 300.000 millones por los rescates
D¨¦jeme ganar mucho dinero y ay¨²deme cuando las cosas se tuerzan. As¨ª son las reglas del sistema financiero, especialmente del estadounidense. Con las cosas definitivamente torcidas, la Administraci¨®n Bush sali¨® en la madrugada del lunes de nuevo al rescate. El Gobierno estadounidense refuerza a cada nuevo cap¨ªtulo de la crisis su reci¨¦n estrenado papel como piedra angular de la econom¨ªa, como tabla de salvamento de los mercados y como ¨²ltimo dique de contenci¨®n del dram¨¢tico tsunami financiero. Ante la constataci¨®n de que el hurac¨¢n est¨¢ en su punto ¨¢lgido, el Ejecutivo norteamericano tom¨® el control de American Internacional Group (AIG), uno de los gigantes de los seguros, para evitar una quiebra con un gran potencial destructivo sobre la econom¨ªa.
El dimitido presidente de AIG podr¨ªa ganar siete millones en tres meses
El rescate de AIG no calm¨® a los inversores. El ¨ªndice Dow Jones sufri¨® p¨¦rdidas del 4,06% al fin de la sesi¨®n. El pesimismo neoyorquino, que se intu¨ªa ya antes de la apertura con los contratos de futuros, abort¨® el repunte de las Bolsas europeas, lastradas tambi¨¦n por los valores financieros. El Ibex 35 cay¨® un 2,29% con descensos del 5,6% en el Santander y el 4% en el BBVA. Las dem¨¢s bolsas europeas tambi¨¦n sufrieron p¨¦rdidas cercanas al 2% contagiadas por Wall Street.
AIG se dej¨® en Bolsa un 40%, hasta los dos d¨®lares por acci¨®n, por la diluci¨®n del capital que acompa?a a la aportaci¨®n de fondos. Hace s¨®lo un a?o los t¨ªtulos val¨ªan m¨¢s de 70 d¨®lares. Est¨¢ condenada a despiezarse, a vender activos de forma ordenada para no desaparecer, como muchos otros hist¨®ricos del achacoso sistema financiero norteamericano. Wall Street especulaba con las pr¨®ximas v¨ªctimas, con Washington Mutual en muchas quinielas.
Nueva York sigue siendo la misma ciudad nerviosa, agitada y bulliciosa de toda la vida. La crisis no cambia el pulso acelerado de Manhattan, pero las malas noticias est¨¢n impactando con toda su crudeza al sur de la gran manzana, en Wall Street. De nada sirvi¨® que ayer tanto el Tesoro como la Casa Blanca justificaran el salvamento de AIG como una medida para "limitar los da?os" sobre la econom¨ªa. De nada parece servir tampoco la nueva oleada de intervencionismo. Hace unos meses, un golpe de tim¨®n como el de AIG hubiera dado un respiro a los mercados. Ya no. Wall Street va a lo suyo.
Las turbulencias han barrido ya bancos de inversi¨®n, bancos comerciales, gigantes hipotecarios y ahora se dejan notar en el tradicionalmente tranquilo sector asegurador. Nada escapa al efecto devastador de la crisis. Despu¨¦s de dejar caer el banco de inversi¨®n Lehman Brothers y de negar durante dos d¨ªas cualquier tipo de intervenci¨®n p¨²blica como salvavidas de AIG, la Administraci¨®n Bush no tuvo m¨¢s remedio que olvidarse una vez m¨¢s de los sermones sobre el libre mercado y tirar de chequera: inyectar¨¢ 85.000 millones de d¨®lares m¨¢s, con lo que el fiasco de las finanzas deja una factura de m¨¢s de 300.000 millones para los contribuyentes (o 900.000 millones si se incluyen algunas partidas que est¨¢n en la frontera). La l¨ªnea de cr¨¦dito del Gobierno a 24 meses le da derecho al 80% del capital. La alternativa era un agujero financiero con un impacto parecido a las quiebras bancarias de la Gran Depresi¨®n.
AIG fue fundada en 1919 en Shanghai por un estadounidense, un veterano de la Primera Guerra Mundial que viaj¨® a Asia con lo puesto y apenas un pu?ado de d¨®lares en el bolsillo. Levant¨® un imperio con presencia en 130 pa¨ªses y un activo de un bill¨®n de d¨®lares -el 70% del PIB espa?ol-, pero en los ¨²ltimos a?os el grupo se enfang¨® en el mercado de derivados y tras el estallido de las subprime sus acciones perdieron la mayor parte de su valor.
Los expertos hablan de una nueva era en la banca. Pero hay tradiciones que se resisten a desaparecer. El primer ejecutivo de AIG, Robert Willumstad, que se incorpor¨® a la compa?¨ªa en junio, podr¨ªa ganar unos siete millones de d¨®lares en s¨®lo tres meses, informa Bloomberg. No todo ha cambiado de forma tan radical.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
Archivado En
- Dow Jones
- Wall Street
- Subvenciones
- Nueva York
- Reserva Federal
- American International Group
- Cuenta resultados
- Cr¨¦ditos hipotecarios
- Organismos econ¨®micos
- ?ndices burs¨¢tiles
- Estados Unidos
- Pol¨ªtica financiera
- Mercado hipotecario
- Cr¨¦ditos
- Coyuntura econ¨®mica
- Bolsa
- Servicios bancarios
- Empresas
- Banca
- Mercados financieros
- Finanzas
- Ayudas p¨²blicas
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Econom¨ªa