La ca¨ªda
Alzo mi voz, en tabernas, cen¨¢culos, corros, patios, puertos, manceb¨ªas y cosos varios. Alzo mi voz en defensa de John McCain y Sarah Palin, la pareja m¨¢s karaoke con cabeza de alce y bandera detr¨¢s que ha producido Estados Unidos en mucho tiempo.
No lo hago por simpat¨ªa personal hacia estas dos criaturas, sino porque aplaudo su coherencia. Son la expresi¨®n misma de la teor¨ªa del creacionismo aplicada no ya a la evoluci¨®n, como ellos defienden, sino a la involuci¨®n de la especie, seg¨²n mi tesis. Del mismo modo que tras Julio Iglesias vino Enrique, y s¨®lo Dios sabe qu¨¦ m¨¢s -pues ?l controla todo lo que va para atr¨¢s-, tras Bushie, Dicky y Condi no pueden sino comparecer McCain y Palin, y ya que debemos conseguir el tr¨ªo, a?adamos el nombre de William E. Timmons, que forma parte del s¨¦quito del aspirante presidencial como encargado del equipo de transici¨®n. Anoten ese nombre, memor¨ªcenlo porque, si como es de prever, la pulsi¨®n por la mediocridad del votante menos que medio rechaza, por elitista, la soluci¨®n Obama, el mencionado se?or Timmons va a poder ejercer en la Casa Blanca sus mejores dotes. Lo hizo ya cuando era asistente de Nixon para asuntos legislativos: fue de los que intentaron deportar a John Lennon.
Si esto no es un perfecto resumen de la teor¨ªa de la creatividad aplicada a la involuci¨®n m¨¢s creativa, que venga el propio Dios y diga algo.
La parte buena -en toda nube hay su poco de sol, que dice el sabio, en todo no hay su s¨ª- es que, si EE UU equivale al Imperio Romano, la salida de Bush jr. copia el fin de la Dinast¨ªa Teodosiana, y del siguiente emperador al ¨²ltimo apenas transcurrieron 20 a?os.
Alzo pues, mi voz y mi copa en las tribunas p¨²blicas por el triunfo de los nuevos adalides del eslab¨®n perdido. Para que alg¨²n d¨ªa reciban no ya a Zapatero, sino a Rajoy. Que ¨¦sta es otra.
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