Econom¨ªa o seguridad
Antes del terremoto que ha sacudido las instituciones financieras internacionales desde Nueva York a Tokio desde el pasado fin de semana, los polit¨®logos americanos especulaban con la siguiente predicci¨®n. Si la econom¨ªa constituye la principal preocupaci¨®n de los electores a la hora de depositar su voto, la victoria ser¨¢ para Barack Obama. Si por el contrario, el votante percibe que la seguridad nacional estadounidense est¨¢ amenazada por acontecimientos imprevisibles, tipo invasi¨®n rusa de Georgia, incremento de la actividad talib¨¢n en Afganist¨¢n o atentados terroristas como el de anteayer en Yemen, el vencedor ser¨¢ el h¨¦roe de guerra, John McCain. ?Sigue siendo v¨¢lido el planteamiento tras el tsunami econ¨®mico-financiero de los ¨²ltimos d¨ªas? Est¨¢ por ver. Habr¨¢ que esperar a los sondeos de los pr¨®ximos d¨ªas a escala nacional y, sobre todo, a las encuestas en los Estados clave o swing states, como Michigan, Ohio, Pensilvania y Florida, donde ninguno de los dos candidatos tiene una clara mayor¨ªa -no hay que olvidar que la elecci¨®n de presidente no es directa sino a trav¨¦s de un colegio electoral de 537 miembros- para calibrar la incidencia de los acontecimientos en las campa?as de ambos candidatos. En todo caso, las aguas de los mercados parecen volver a su cauce tras el cr¨¦dito puente de 80.000 millones de d¨®lares extendido el martes por la Reserva Federal a la primera aseguradora mundial AIG, cuya quiebra, por falta de liquidez, hubiera convertido en una simple broma, por su repercusi¨®n en los cinco continentes, a la del banco de inversiones Lehman Bros.
El nacimiento de EE UU fue el resultado de una rebeld¨ªa. Por eso gusta la independencia de McCain
Porque la realidad es que ning¨²n candidato presidencial ha tenido en las ¨²ltimas d¨¦cadas una situaci¨®n tan favorable para hacerse con la Casa Blanca como el aspirante dem¨®crata. Los datos lo demuestran. M¨¢s del 80% de la poblaci¨®n cree que el pa¨ªs marcha en una direcci¨®n equivocada; s¨®lo el 29% de la ciudadan¨ªa aprueba la gesti¨®n de George W. Bush, ¨ªndice s¨®lo mejorado, a la baja, naturalmente, por el 14% que se muestra satisfecho por la gesti¨®n del Congreso en manos dem¨®cratas; el desempleo ha sobrepasado en una d¨¦cima el 6%, un porcentaje normal, incluso bajo, en Europa, pero escandaloso para la primera econom¨ªa del mundo; la crisis de las hipotecas basura ha hecho perder sus casas a decenas de miles de ciudadanos. En fin, as¨ª se las pon¨ªan a Fernando VII. Y, sin embargo, a la espera de las repercusiones de la crisis en su campa?a, hasta ahora, Obama no ha conseguido despegar de su contrincante, John McCain, a pesar de los 72 a?os del senador por Arizona, su confesado desconocimiento de los temas econ¨®micos y del hecho, no menor, que representa a un partido que ha gobernado durante los ¨²ltimos ocho a?os, no precisamente los mejores en la historia del pa¨ªs. A principios de esta semana, en el seguimiento diario que hacen de la carrera presidencial los grandes medios de comunicaci¨®n y las principales organizaciones demosc¨®picas, Obama y McCain segu¨ªan empatados en la intenci¨®n de voto, un 45%. E, incluso, algunos sondeos conced¨ªan una ligera ventaja, entre uno y tres puntos, al republicano, que gracias a la elecci¨®n de la, hasta ahora, desconocida gobernadora de Alaska, Sarah Palin, ha sabido rentabilizar su convenci¨®n mucho mejor que Obama la suya. Alguien dijo que, en las elecciones presidenciales americanas, para los electores cuenta mucho m¨¢s el car¨¢cter que la ideolog¨ªa. Hillary Clinton lo defini¨® magistralmente cuando se enfrentaba a Obama para conseguir la nominaci¨®n dem¨®crata. "Un aspirante a presidente debe ser una persona dispuesta a decidir en un instante cuando le despiertan a las tres de la madrugada en la Casa Blanca con una crisis", manifest¨® la senadora por Nueva York en un comentario nada halagador para su compa?ero de partido. La gobernadora Palin insisti¨® en la misma idea cuando, despu¨¦s de elogiar la elocuencia de Obama en su discurso ante la Convenci¨®n Republicana, dijo que "la elocuencia no puede sustituir al historial y al liderazgo", en una clara alusi¨®n a las virtudes por las que McCain es reconocido tanto por republicanos como por dem¨®cratas.
El nacimiento de Estados Unidos fue el resultado de una rebeld¨ªa contra el absolutismo de la Corona brit¨¢nica. Por eso, a sus habitantes les sigue gustando la independencia que, frente a los intereses de su propio partido, representan McCain y Palin. El primero cometi¨®, entre otros, el pecado imperdonable de patrocinar leyes en el Senado junto a los dem¨®cratas m¨¢s liberales de la C¨¢mara, Edward Kennedy y Russ Feingold. La segunda, simplemente se carg¨® la corrupta estructura republicana en Alaska y se enfrent¨® a las poderosas petroleras de su Estado. Esa rebeld¨ªa les ha sido, hasta ahora, rentable electoralmente.
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