Boimorto, bienestar social en la nada
Recogida de basura puerta a puerta, pod¨®logo y fisioterapeuta para los vecinos
En Boimorto no se inaugura nada. No se colocan primeras piedras, no se cortan cintas ni se descubren placas. "Inaugurar sale muy caro", dice el alcalde, Jos¨¦ Ignacio Portos. "Hay que traer invitados, poner comida, y la verdad, preferimos gastar el dinero en cosas m¨¢s necesarias". Boimorto estrena sin inaugurar y no sale en los peri¨®dicos. S¨®lo en el bolet¨ªn mensual que reparte el ayuntamiento entre los vecinos para informarles de las nuevas ayudas sociales que pueden conseguir. Los "pol¨ªticos de arriba", cuenta Portos, "no vienen por aqu¨ª, y la Vicepresidencia de Igualdade e Benestar niega todas las ayudas". "Tengo que darle un tir¨®n de orejas a Quintana", suelta este alcalde campechano. "Desde las municipales no me recibe. ?l contaba con que me presentase por el BNG y hoy, aunque fui de los primeros en meterme en el Consorcio [de Igualdade e Benestar], me niega la galescola y la residencia con centro de d¨ªa para mayores que ya hab¨ªan aprobado sus t¨¦cnicos".
"Aqu¨ª todo el mundo tiene el tel¨¦fono m¨®vil del alcalde"
Ignacio Portos (1964) es ganadero y empez¨® su carrera pol¨ªtica, casi adolescente, en el PP, luego se hizo independiente (y gan¨®) y en las elecciones de 2007 se present¨® bajo el "paraguas" del pu?o y la rosa (logrando la mayor¨ªa absoluta). En las elecciones pasadas, los independientes de Portos entraron en bloque en la lista del PSdeG con dos condiciones, la de no afiliarse y la de "barrer" de la candidatura a los socialistas que antes hab¨ªa. "Estamos con el PSOE porque puede venir mucha tronada y hay que estar cobijados. Y el PSOE es el paraguas que menos nos va a exigir pol¨ªticamente", confiesa, enigm¨¢tico, el regidor.
Boimorto debe de ser el ¨²nico ayuntamiento en el que las manos derecha e izquierda del alcalde son la trabajadora social y la psic¨®loga familiar del consistorio. En este caso, Esther y Teresa. "A m¨ª me gusta la pol¨ªtica social", dice Portos, "el urbanismo me preocupa menos".
"Podr¨¢ tener sus defectos, pero hace todo lo que puede por la gente", cuentan Teresa y Esther a espaldas del alcalde. "Si hay que llevar a un vecino al hospital [de Santiago], ¨¦l siempre est¨¢ dispuesto; las 24 horas", y todos los d¨ªas del a?o visita a alg¨²n paisano "para saber de sus problemas". "En Boimorto, todo el mundo tiene el m¨®vil del alcalde", los 2.460 vecinos, "mil de ellos mayores de 70 y m¨¢s de 200 con alguna discapacidad". El sue?o de Portos es "construir una residencia ocupacional para minusv¨¢lidos, un hogar que los acoja toda la vida, hasta la tercera edad" y hasta que se mueran. "Eso es algo que en Galicia no existe".
Desde hace 5 a?os, con un presupuesto anual de mill¨®n y medio de euros y sin endeudarse, Boimorto ha tejido una red asistencial donde no hab¨ªa nada. Como no tienen galescola, han montado un "proyecto experimental de atenci¨®n a la primera infancia" al que acuden tambi¨¦n ni?os de otros municipios. Y pidieron a Sanidade la mitad del Centro de Salud, que estaba abandonada, para abrir un local "para los mayores". Un bus recoge a los jubilados por las 12 parroquias y los lleva al centro de Boimorto para que hagan sus compras y echen la ma?ana tomando caf¨¦ con bizcocho gratis, haciendo gimnasia de aparatos y ejercicios de memoria, o dej¨¢ndose masajear por la fisioterapeuta. Los lunes, adem¨¢s, viene el pod¨®logo. Los viejos de Boimorto tienen un callista a su disposici¨®n mientras el resto de los gallegos esperan que se haga realidad lo que prometi¨® la Xunta, ante 50.000 mayores, en la ¨²ltima macrofiesta pensionista de O Carballi?o.
Pero, adem¨¢s, hay 10 trabajadores para la ayuda a domicilio, y hoy son asistidas 73 familias. Y hay subvenciones a la natalidad, incentivos a empresas para el empleo de eternos parados, y una partida para comprar dentaduras postizas y aud¨ªfonos. Tambi¨¦n hay subvenciones para suprimir barreras arquitect¨®nicas en los domicilios, aunque lo que estos d¨ªas busca el ayuntamiento es la forma de ayudar a dos hermanas, mayores, madres solteras y pobres hasta el infinito. Su casa "no va a aguantar un invierno m¨¢s". "No llega con una rehabilitaci¨®n: necesitan una casa nueva, porque en la que viven hay grietas por las que se puede entrar de canto", cuenta Teresa.
El ayuntamiento tambi¨¦n ha repartido contenedores selectivos por las casas y recoge los envases puerta a puerta. Este servicio le vale para financiar otros. "Aqu¨ª, con las cuentas hacemos bolillos", presume el alcalde: "La botella de vidrio que va al contenedor verde nos cuesta cuatro pesetas. Pero por la que va al de reciclaje nos pagan a nosotros seis". Lo que sacan del cristal va todo para los viejos. Con la gimnasia, varios que no andaban han vuelto a pasear.
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