Objetivo Bolivia
Evo Morales, en aquel su primer viaje como presidente de Bolivia, caus¨® un gran revuelo en las recepciones ofrecidas por los encorbatados anfitriones europeos. En las vetustas redacciones se teclearon con renovada excitaci¨®n condenatoria editoriales de aroma colonial. Se le dedicaron comentarios bastos, con el humor del bruto que confunde la gracia con el chisporroteo de un Exterminador El¨¦ctrico. La causa fue el jersey o chompa que vest¨ªa Morales con donaire. En la incomodidad, entendieron el mensaje. El tejido era el texto. En un libro fascinante sobre lo durable y la escritura ef¨ªmera, Inscribir y borrar, Roger Chartier nos habla del doble sentido que desarroll¨® el verbo latino texere. Por un lado, tejer o trenzar. Por otro, componer una obra. As¨ª que la vestimenta de Evo era algo as¨ª como la portada de un nuevo libro para Bolivia. Un programa de reformas para un pueblo en su gran mayor¨ªa condenado a la imposibilidad de futuro. El llamado indigenismo tiene algunos desvar¨ªos, pero en lo que representa Evo prevalece la voluntad liberadora: la extrema pobreza y el analfabetismo son inscripciones injustas que se pueden borrar. Y eso m¨¢s que indigenismo es verdadero patriotismo. Cuando Evo intent¨® hacer visible todo el texto-tejido del pa¨ªs, incluida esa mayor¨ªa humillada, se puso en marcha el proceso para romper las costuras de Bolivia. La teor¨ªa del "empate" es un apa?o que no se corresponde con la realidad. Morales hizo lo que har¨ªan muy pocos gobernantes en el mundo. Dio la voz al pueblo, arriesg¨® la chompa y la cabeza, y obtuvo m¨¢s apoyo democr¨¢tico que nunca, superando los dos tercios de los votos, un 10% m¨¢s que en las elecciones de 2005. Pero Europa calla ante los incivilizados de la oposici¨®n "c¨ªvica". Aqu¨ª esos actos tendr¨ªan la consideraci¨®n de terrorismo. La esperanza es que en el tejido de la Am¨¦rica Latina ya no mandan los vetustos textos ni las viejas embajadas.
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