Un buf¨®n en la corte de Esperanza Aguirre

No hay nada de malo en la palabra "buf¨®n". El diccionario lo define como la persona vestida grotescamente que se dedicaba a hacer re¨ªr a la corte, pero tambi¨¦n como aquel sujeto que trata de divertir a toda costa, y eso, nadie lo negar¨¢, es encomiable con la que est¨¢ cayendo ah¨ª fuera. Y en cualquier caso, el propio Boadella se autodenomin¨® as¨ª al titular Memorias de un buf¨®n su propia autobiograf¨ªa.

"Ella ya sabe c¨®mo las gasto. Adem¨¢s, no necesito el cargo econ¨®micamente"

No hay nada de malo en la palabra "buf¨®n". El diccionario lo define como la persona vestida grotescamente que se dedicaba a hacer re¨ªr a la corte, pero tambi¨¦n como aquel sujeto que trata de divertir a toda costa, y eso, nadie lo negar¨¢, es encomiable con la que est¨¢ cayendo ah¨ª fuera. Y en cualquier caso, el propio Boadella se autodenomin¨® as¨ª al titular Memorias de un buf¨®n su propia autobiograf¨ªa.

No viste ropajes especialmente grotescos Albert Boadella Oncins (Barcelona, 1943), pero s¨ª que ha provocado por igual toneladas de carcajadas y sarpullido con sus salvajadas esc¨¦nicas sobre los prohombres y los iconos de nuestra pol¨ªtica y de nuestra cultura (Pujol, Dal¨ª, Pla, el ej¨¦rcito, la Iglesia, los toros, la alta gastronom¨ªa...). Y ahora se atreve con otro (otra) intocable del solar patrio. El gran buf¨®n Albert Boadella acaba de tomar asiento en la corte de Esperanza Aguirre. El problema es que la presidenta no ser¨¢ un personaje para un montaje de Els Joglars, como en principio pod¨ªa esperarse..., sino su empresaria.

El definitivo s¨ª que Boadella dio esta semana a la presidenta de la Comunidad de Madrid para ocupar la direcci¨®n de los Teatros del Canal cerraba cuatro a?os de persecuci¨®n de la regidora popular detr¨¢s del inefable juglar. Boadella le dijo nones en un primer momento, fiel a sus entonces profund¨ªsimas convicciones contrarias al teatro p¨²blico y a cualquier idilio entre los artistas y los pol¨ªticos.

Desde su mas¨ªa de Jafre, en Girona, se explicaba as¨ª anteayer acerca de su ingreso en la escuder¨ªa Aguirre: "Seguramente en mi decisi¨®n hay mucho de nuevo reto ante la vida, porque nunca hab¨ªa participado en ning¨²n cargo p¨²blico. Como sabe, yo he criticado a menudo lo que yo llamo 'teatro de Estado', frente al teatro privado que ha sido m¨¢s lo m¨ªo. Tiene cierta gracia que ahora vaya a estar en el otro lado".

No hace tanto que Albert Boadella, en aquella misma mas¨ªa, pronunciaba las siguientes palabras en relaci¨®n a la habilidad exhibida por el poder pol¨ªtico en el arte de comprar a los artistas: "Europa ha logrado convertir a sus artistas en funcionarios; y claro, a las subvenciones del Estado, los artistas han reaccionado con un tributo de vasallaje; ?no es ¨¦sta una forma de censura como otra cualquiera?".

Hoy no tiene problema el autor de zarpazos como Ub¨² president, Daaal¨ª! o La incre¨ªble historia del doctor Floit & Mr. Pla en colocarse al otro lado de la l¨ªnea. Y admite incluso cierta dosis de orgullo / chuler¨ªa en su decisi¨®n: "Si no creyera que puedo llegar a ser capaz de hacer un teatro p¨²blico distinto del que yo mismo he criticado siempre, pues no me habr¨ªa lanzado a aceptar esto. Y creo que s¨ª puedo. La verdad es que, en el fondo, aqu¨ª hay un peque?o resquicio de vanidad".

As¨ª, el irreductible juglar que escandaliz¨® a los militares y censores del franquismo con La torna provocando su ingreso en la c¨¢rcel Modelo, el demonio con patas que toc¨® las sotanas a la Iglesia con su feroz Teledeum y el grano en salva sea la parte que soliviant¨® al presidente Pujol con Ub¨² president desemboca en la oficialidad. En la oficialidad color Esperanza. Boadella le lanza desde ya un sorprendente mensaje a la presidenta: "Me imagino que si Esperanza Aguirre ha insistido tanto para que yo est¨¦ aqu¨ª es porque se esperar¨¢ que yo no soy alguien que acepte seg¨²n qu¨¦ cosas. Si no acepta mi l¨ªnea de trabajo, cosa que ser¨ªa muy comprensible, est¨¢ claro que yo no me voy a pasar los ¨²ltimos a?os de mi trayectoria profesional aceptando cosas que no he aceptado nunca. Esperanza Aguirre ya sabe c¨®mo las gasto. Adem¨¢s, yo no necesito este cargo para nada desde un punto de vista econ¨®mico, porque con Els Joglars ya me gano estupendamente la vida".

La trayectoria ideol¨®gica de Boadella evolucion¨® desde un antifranquismo catalanista de juventud hacia una abierta simpat¨ªa por el PSC, al que abandon¨® "cuando se volvieron nacionalistas", para despu¨¦s apostar por el movimiento Ciutadans de Catalunya, del que tambi¨¦n se ha apartado, prefiriendo la apuesta por Rosa D¨ªez y su nuevo partido. Y ahora, funcionario temporal del PP madrile?o. "Yo he acabado con Catalu?a, as¨ª que era normal que pusiera un pie en la capital de Espa?a", comenta.

Albert Boadella no admite ataques sobre su evoluci¨®n personal: "A m¨ª me da igual que me encasillen en la ¨®rbita del PSOE o del PP. Me preocupar¨ªa m¨¢s si me encasillaran en la ¨®rbita de una organizaci¨®n de extrema derecha neonazi. Yo siempre he sido muy claro y muy directo con mis ideas, mis posiciones pol¨ªticas est¨¢n bastante claras. Vamos, que la gente no puede ir por ah¨ª diciendo que si Boadella ahora esto y Boadella ahora lo otro y tal y cual, no, no, siempre fui claro", asegura el flamante buf¨®n de los Teatros del Canal.

?D¨®nde quedar¨¢ a partir de ahora el l¨²cido esp¨ªritu provocador de un colectivo como Els Joglars, que pasa a ser compa?¨ªa residente de un teatro regido por Esperanza Aguirre? ?Quedar¨¢n almacenados temporal o definitivamente en sus nichos los viejos torpedos de la transgresi¨®n que elevaron a los altares del teatro pol¨ªtico a la troupe catalana?: "Lo ¨²nico que puedo decir es que mientras yo est¨¦ al frente, Els Joglars mantendr¨¢ el mismo esp¨ªritu transgresor que ha mantenido siempre. De todas formas, aqu¨ª tengo que decir que hoy en d¨ªa queda muy, muy poca transgresi¨®n en el ¨¢mbito de la creaci¨®n. En ese sentido, Joglars toca techo. As¨ª que tampoco asumo mucho riesgo en ese sentido".