"El avi¨®n empez¨® a balancearse y los pasajeros a gritar"
Supervivientes y operarios relatan los minutos previos a la tragedia
Los testimonios de algunos de los 18 supervivientes del accidente del MD-82 de Spanair dan cuenta del horror que vivieron el pasado 20 de agosto en el aeropuerto de Barajas. Mientras ellos se aferraban a la vida al final de la pista 36L, entre un amasijo de hierros, rodeados de cad¨¢veres y bajo un enorme hongo de humo, en las oficinas de Spanair sus empleados, en medio de la incertidumbre y la confusi¨®n, no daban cr¨¦dito a la tragedia. Las declaraciones a la Guardia Civil de v¨ªctimas, mec¨¢nicos y testigos del accidente incluidas en el sumario del caso permiten reconstruir los momentos previos al siniestro y hacerse una idea del horror que se vivi¨® dentro del avi¨®n aquel fat¨ªdico d¨ªa.
SUPERVIVIENTES "Ol¨ªa y sab¨ªa a gasolina"
Antonia M. era auxiliar de vuelo de la compa?¨ªa Spanair. El 20 de agosto se subi¨® en Barcelona al MD-82 porque al d¨ªa siguiente deb¨ªa trabajar para otro vuelo de Spanair que part¨ªa de Las Palmas. Ocup¨® el asiento 1E del JK5022. No era la ¨²nica empleada de Spanair que, sin estar trabajando, iba en el avi¨®n. Con ella estaban otras dos compa?eras. El azar le salv¨® la vida, ya que inicialmente, y como el avi¨®n iba a tope de pasajeros, le hab¨ªa correspondido un asiento en la zona central, donde no hubo supervivientes. Pero al final se sent¨® en la parte delantera.
Agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) le tomaron declaraci¨®n en el hospital tras el accidente. "En el momento de despegar not¨¦ que al avi¨®n le costaba coger altura, como si no pudiese con el peso del pasaje. Sent¨ª que efectuaba giros laterales en zigzag y c¨®mo intentaba efectuar un aterrizaje de emergencia. Cuando tom¨® nuevamente tierra, estaba totalmente descontrolado. Hac¨ªa movimientos bruscos laterales y se sali¨® de la pista". Al recobrar la conciencia, estaba en un r¨ªo. "Alguien me tiraba del pelo y me ped¨ªa ayuda. Ten¨ªa una chapa encima y no pod¨ªa moverme".
En asientos cercanos al suyo iba un comandante de Spanair y dos compa?eras de la compa?¨ªa. Cuando el avi¨®n comenz¨® a hacer cosas extra?as, ella y sus compa?eras se miraron con gestos de: "Aqu¨ª pasa algo raro".
Beatriz R. es otra de las supervivientes. El 20 de agosto llego a Madrid en un avi¨®n procedente de Alemania. Iba en el asiento 5D. Recuerda que el comandante avis¨® de que volv¨ªan al aparcamiento "debido a que se hab¨ªa encendido una luz" y que prefer¨ªa que la revisasen antes de salir. Ya en el aparcamiento, abrieron las puertas. Hac¨ªa mucho calor.
"Los mec¨¢nicos se pusieron a arreglar algo por el lado donde se pone el capit¨¢n, que se levant¨® y sali¨®. Se puso a hablar con las azafatas y con otros tripulantes". Tras cargar el combustible, el avi¨®n lleg¨® a la pista e inici¨® el despegue: "Not¨¦ que cog¨ªa poca velocidad. Nada m¨¢s levantar, hubo un zarandeo, movi¨¦ndose las alas. Luego, un vaiv¨¦n arriba y abajo". Y despu¨¦s, s¨®lo horror.
"Ve¨ªa humo, fuego, agua, un amasijo de hierros, gente gritando. Me quite el cintur¨®n y me puse a buscar mis gafas", prosigue Beatriz R. "Me levant¨¦ y vi dos cuerpos que se mov¨ªan. O¨ª a dos ni?os gritar y preguntar por su madre. Levant¨¦ unos sillones del avi¨®n y saqu¨¦ a uno de ellos, que estaba sobre el agua, y lo sent¨¦ en la orilla. Un se?or con un polo azul ped¨ªa ayuda. Intent¨¦ ayudarle, pero no pude mover el armaz¨®n que ten¨ªa encima. Regres¨¦ donde estaba el ni?o. Quer¨ªa salir de all¨ª pero ten¨ªa herida la pierna y casi no pod¨ªa andar. Me qued¨¦ en el agua, pues no sab¨ªa si hab¨ªa estallado la gasolina del avi¨®n. O¨ª un coche de bomberos y empec¨¦ a gritar para que me viesen".
Ligia P., como los dem¨¢s supervivientes, recuerda con nitidez la voz del comandante decir que regresan al aparcamiento "porque se hab¨ªa encendido un piloto". Mientras lo reparaban vio llegar dos autobuses. "Pens¨¦ que nos iban a cambiar de avi¨®n". La idea se estudi¨® y Spanair lleg¨® a pedir el cambio de aeronave. "Diez minutos despu¨¦s", se?ala esta superviviente, "un hombre, algo alterado, pregunt¨® en voz alta cu¨¢ndo ¨ªbamos a despegar. Poco despu¨¦s el avi¨®n lleg¨® la pista".
Ligia not¨® el aparato "balancearse de izquierda a derecha, como si el piloto tratase de estabilizarlo. Yo y otros pasajeros comenzamos a gritar". Despu¨¦s, sus recuerdos "son confusos". "Me despertaron unas detonaciones. Despert¨¦ metida en un r¨ªo". Al lado de ella, un fallecido. "Y una chica me pidi¨® ayuda. Quise incorporarme, pero no pude: ten¨ªa una pierna partida".
Leandro O. iba en el asiento 3E. Declar¨® que, durante la reparaci¨®n del avi¨®n, no oy¨® nadie decir que quer¨ªa bajarse, aunque s¨ª quejas por la demora. Cuando por fin el avi¨®n empez¨® a elevarse not¨® "un bandazo a la derecha, y c¨®mo le daban m¨¢s potencia al avi¨®n, pero los bandazos segu¨ªan". "Ve¨ªa pista, cielo, pista... Al notar que algo iba mal, apoy¨¦ las piernas en el asiento de delantero y me agarr¨¦ al reposacabezas".
Y contin¨²a: "O¨ª gritos y ni?os que lloraban y llamaban a sus padre. Yo segu¨ªa en mi asiento dentro del fuselaje, atrapado entre hierros, con el cintur¨®n de seguridad abrochado. No llegu¨¦ a perder la consciencia. Not¨¦ agua debajo del cuerpo, que casi me llegaba a la barbilla. El agua estaba caliente, y ol¨ªa y sab¨ªa a gasolina. Vi c¨®mo el agua engull¨ªa un cuerpo delante de m¨ª, mientras gente gritaba ?'apagad el fuego!".
MEC?NICOS DE SPANAIR "No es causa del accidente"
Felipe G. R. fue el mec¨¢nico que acudi¨® a reparar la aver¨ªa del MD-82. "Sub¨ª por las escalerillas hasta la cabina. El comandante me explic¨® que la resistencia de la calefacci¨®n de la sonda estaba funcionando en tierra, cuando s¨®lo debe funcionar en vuelo. Trat¨¦ de solucionar la aver¨ªa. Saqu¨¦ un fusible y comprob¨¦ que la resistencia dejaba de calentarse en tierra. Consult¨¦ el Manual de Equipos M¨ªnimos (MEL) y comprob¨¦ que el avi¨®n se pod¨ªa despachar y diferir el arreglo del problema un m¨¢ximo de 10 d¨ªas. El comandante tambi¨¦n comprob¨® que la temperatura qued¨® corregida".
Julio N. es t¨¦cnico de mantenimiento de Spanair. Fue junto a Felipe a reparar el avi¨®n. "Vimos que el calentador de la RAT se calefactaba en tierra. El comandante estaba con nosotros en la cabina. Le dije a mi compa?ero que hab¨ªa que sacar el fusible y ver si la temperatura disminu¨ªa. Pusimos la pegatina de inoperativa en el lugar del fusible cuando la temperatura empez¨® a bajar. El MEL lo permit¨ªa. Todo ello contando con que la traves¨ªa de vuelo y la temperatura no iba a ser de fr¨ªo extremo. En ese caso, s¨ª habr¨ªamos paralizado la nave. Pero esa aver¨ªa no es causa directa ni indirecta del accidente".
Jos¨¦ Antonio V., jefe de mantenimiento de Spanair en el turno en que se estrell¨® el avi¨®n, fue quien envi¨® a los t¨¦cnicos para reparar la aver¨ªa en el parking 11. "Un operador de Newco [empresa encargada de coordinar los vuelos en pista] me avis¨® por radio de que el avi¨®n ten¨ªa un problema con la probeta del RAT. Al llegar a la nave, el t¨¦cnico me confirm¨® esa aver¨ªa. Se desactiv¨® la calefacci¨®n de la probeta y, de acuerdo con el MEL, el avi¨®n se despach¨®. Puede hacerse si no existen condiciones de congelamiento. Adem¨¢s, el piloto acept¨® el procedimiento".
TRABAJADORES DE BARAJAS "Las luces encendidas"
Guillermo A. C. suministr¨® el combustible al avi¨®n. Tras llegar la nave a Barajas desde Barcelona, su compa?ero Manuel S. conect¨® las mangueras al dep¨®sito y carg¨® 10.130 litros de queroseno. Junto con los que ya llevaba el aparato, sumaban 25.500 libras. Tras la aver¨ªa y el regreso al aparcamiento fue avisado para echar m¨¢s queroseno, otros 1.000 litros. "El comandante me dio las gracias por llegar tan pronto", recuerda Guillermo. "Me llam¨® la atenci¨®n que el aparato tuviese las luces de anticolisi¨®n encendidas, que est¨¢n en la parte superior e inferior del fuselaje. Cuando se reposta, las luces deben estar apagadas".
Ra¨²l P. S. era el operario de Newco encargado de dirigir a los trabajadores de su compa?¨ªa. "El avi¨®n sali¨® con normalidad a las 13.20. Cuando estaba en rodadura me avisan de que se vuelve. Preguntamos al comandante por el problema. Nos dijo que era con el RAT. Se le asign¨® el p¨¢rking 11. El supervisor avis¨® a Spanair en Palma de Mallorca de que el avi¨®n se hab¨ªa vuelto. Desde Palma, indicaron que realizaramos el cambio de matr¨ªcula al avi¨®n de matr¨ªcula EC-HFS. El coordinador Enrique A. [que estaba con el piloto en la cabina] nos dijo que antes de hacer el cambio hab¨ªa que esperar instrucciones del comandante, para ver si el problema ten¨ªa soluci¨®n. Palma de Mallorca zanj¨® que se esperasen instrucciones del piloto y de los mec¨¢nicos antes de cambiar el avion. Segu¨ª con mis tareas. Pero a las 14.21 lleg¨® a la oficina, muy afectado, Enrique A. Dec¨ªa que el avi¨®n se hab¨ªa estrellado, que hab¨ªa una estela de humo. Miramos en la pantalla y vimos que hab¨ªa despegado. Cundi¨® el nerviosismo. Dos compa?eras empezaron a llamar a la torre para obtener informaci¨®n. Cinco minutos despu¨¦s, llamaron desde Palma para comunicar que Spanair hab¨ªa activado el Plan de Emergencia".
Sonsoles D. A. es coordinadora de vuelos de Newco en las escalas. "La tripulaci¨®n que lleg¨® en el MD-82 de Barcelona era la misma que iba a salir hacia Las Palmas. Estuve con el comandante ese d¨ªa. No me coment¨® ning¨²n problema". Sonsoles entreg¨® la hoja de carga del avi¨®n al comandante. "En la bodega n¨²mero dos", recuerda, "hab¨ªa pescado fresco y textil; y en la n¨²mero uno, un animal y 22 maletas de pasajeros, m¨¢s las de la tripulaci¨®n. Y en la bodega cuatro, otras 115 maletas de pasajeros".
Luz Mar¨ªa Rodr¨ªguez, coordinadora de pista de Newco, se enter¨® del siniestro por su compa?ero Enrique A., que entr¨® "atropelladamente en la oficina: le faltaba la respiraci¨®n". "Nos coment¨® que se hab¨ªa quedado viendo despegar algunos aviones y que el de Spanair se hab¨ªa ca¨ªdo. Tratamos de asistirle, dado el estado en que se hallaba". Le extra?¨® que fuera el de Spanair porque la pantalla reflejaba que hab¨ªa despegado. "Pero como Enrique insist¨ªa, empezamos a llamar. En principio se habl¨® de que el accidente afectaba a un avi¨®n de Swiss. Pero minutos despu¨¦s entr¨® un compa?ero y dijo: 'Chicos, es el JK5022".
V¨ªctor R. C. era el supervisor de coordinaci¨®n de vuelos de Spanair. Tambi¨¦n estaba en la oficina cuando entr¨® Enrique A. "No pod¨ªa hablar y hac¨ªa gestos con el pulgar hacia abajo, mientras dec¨ªa: 'el avi¨®n se ha ca¨ªdo, se ha ca¨ªdo'. Intent¨¦ tranquilizarle. Una compa?era sali¨® y dijo que la columna de humo era que estaban quemando neum¨¢ticos. Pero luego nos llamaron y dijeron que el JK5022 se hab¨ªa salido de la pista. Insistimos en saber si se hab¨ªa salido de la pista o se hab¨ªa ca¨ªdo. Dijeron que se hab¨ªa salido de la pista, y nos tranquilizamos un poco. Pero luego..."
LOS TESTIGOS "Se com¨ªa la pista"
La tripulaci¨®n de un Jumbo de Iberia que se dispon¨ªa a aterrizar en Barajas vio muy de cerca el accidente. Proced¨ªa de Ecuador. Myriam R. era azafata en ese vuelo. Oy¨® un grito en la cabina y entr¨® a ver qu¨¦ ocurr¨ªa. Vio una columna de humo negro. "?Un avi¨®n se acaba de estrellar!", exclam¨® el comandante. Despu¨¦s dijo: "Est¨¢bamos viendo que se com¨ªa la pista". Ya en tierra, seg¨²n la azafata, el piloto a?adi¨®: "En la carrera de despegue vi que apuraba mucho la pista. Por eso me fij¨¦. Despeg¨® y le dio un petardazo el motor izquierdo".
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