Esto no son las Fallas, estamos en septiembre
Si estuvi¨¦ramos a mediados de marzo, hubi¨¦ramos pensado que los mercados financieros estaban celebrando esta semana las Fallas. La Masclet¨¤ ha sido impresionante, posiblemente haya m¨¢s, pero seguro que ¨¦ste ha sido el punto m¨¢s caliente de la fiesta. Pido disculpas por esta broma, pues el tema es muy serio, pero no me negar¨¢n que ambos espect¨¢culos coinciden en su impacto sobrecogedor.
Lo que hemos contemplado no es una fiesta, por supuesto. Si hubiera que compararlo con alg¨²n suceso, lo m¨¢s parecido ser¨ªa un hurac¨¢n. Los da?os y consecuencias sobre la econom¨ªa mundial ser¨¢n muy importantes. En primer lugar, esto supone una p¨¦rdida de riqueza enorme, con el consiguiente efecto pobreza, que se acumula al que se est¨¢ produciendo por la ca¨ªda del valor de los activos inmobiliarios. En segundo lugar, aumenta la desconfianza entre las instituciones financieras, ya en m¨ªnimos desde hace un a?o, y entre los clientes y dichas instituciones, lo que dificulta el buen funcionamiento del sistema financiero, que se basa en la confianza. En tercer lugar, reduce la capacidad de financiaci¨®n de las entidades financieras. Todo esto supone que la actual situaci¨®n de endurecimiento del cr¨¦dito, en sus dos vertientes, restricci¨®n y encarecimiento, va a proseguir durante bastante tiempo. Y todo ello, unido al efecto pobreza y al deterioro de las expectativas, va a hundir el gasto en consumo e inversi¨®n productiva m¨¢s all¨¢ de la moderaci¨®n que ya se viene observando. Como consecuencia, las empresas tendr¨¢n que reducir la producci¨®n y el empleo, muchas no podr¨¢n hacer frente a sus obligaciones financieras y dejar¨¢n de pagar. Este deterioro de la econom¨ªa real afectar¨¢, a su vez, a las cuentas y balances de las instituciones financieras, y vuelta a empezar. A esto se le llama recesi¨®n, independientemente de si el PIB cae o no durante dos trimestres consecutivos.
Algunos pa¨ªses est¨¢n mejor colocados que otros para superar la crisis: Espa?a no se encuentra entre ellos
Se pueden y se deben hacer reformas que cambien el modelo de crecimiento econ¨®mico espa?ol
Este contexto econ¨®mico-financiero mundial afecta, en mayor o menor grado, a todos los pa¨ªses, pero algunos parecen estar mejor colocados que otros para superar la situaci¨®n. No es por llevar la contraria al Gobierno, pero me parece que Espa?a no se encuentra entre ellos. Tenemos nuestras fortalezas, s¨ª, pero debemos ser conscientes tambi¨¦n de nuestras debilidades, s¨®lo as¨ª podremos tomar medidas para corregirlas. Esta semana se han publicado unos datos que ponen de manifiesto una de nuestras debilidades m¨¢s notorias, la p¨¦rdida de competitividad derivada del diferencial de inflaci¨®n de costes de producci¨®n y de la baja productividad. Seg¨²n la ETCL, publicada el viernes por el INE, los costes laborales por trabajador aumentaron en el segundo trimestre a una tasa interanual del 5,3%, despu¨¦s de hacerlo un 5,1% en el primero. Unos d¨ªas antes, Eurostat nos dec¨ªa que el coste laboral por hora en el primer semestre del a?o aument¨® un 5,2% en Espa?a frente a 3,1% en la zona euro. Pero el problema no es s¨®lo de este semestre. Como se ve en el gr¨¢fico superior izquierdo, desde 1998 hasta el segundo trimestre de 2008 los costes horarios en la industria han aumentado en Espa?a un 52%, frente a un 26% en Alemania y un 36% en la eurozona. Algo similar a esto nos cuenta el gr¨¢fico superior derecho, en el que podemos ver c¨®mo los costes laborales por unidad producida (CLU) en la industria han aumentado entre 1998 y 2007 un 12% m¨¢s en Espa?a que en la zona del euro y un 24% m¨¢s que en Alemania.
Hay otros datos que tambi¨¦n nos dicen que Espa?a no est¨¢ bien situada para atraer inversi¨®n productiva. Nuestra estructura fiscal no se parece en nada a la de los pa¨ªses con mejores resultados. Como se ve en los gr¨¢ficos inferiores, el tipo del impuesto de sociedades espa?ol es mucho m¨¢s alto que los de los pa¨ªses n¨®rdicos y del centro de Europa (igual que las cotizaciones sociales), mientras que el IVA es mucho m¨¢s bajo. Todos estos pa¨ªses financian su Estado de Bienestar (que, respecto a los pa¨ªses n¨®rdicos, es mucho m¨¢s potente que el nuestro) de otra manera que nosotros, de tal forma que los costes de producci¨®n de sus empresas son menores y su rentabilidad, mayor. Con ellos no podemos competir; con Alemania, tampoco, por nuestra baja productividad; con China... ?A qu¨¦ nos vamos a dedicar? ?A construir viviendas de nuevo? Como se ve, se pueden y se deben hacer reformas que traigan ese deseado cambio en el modelo de crecimiento.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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