El ¨¢rbitro
El tel¨¦fono m¨®vil es un instrumento decisivo para los que han venido a este mundo a mandar, pero es un invento muy cruel si uno ha venido a este mundo a obedecer. La diferencia entre ricos y pobres, seg¨²n Josep Pla, consiste en que los pobres se pasan la vida escuchando. Este principio se manifiesta hoy de forma muy pl¨¢stica con la actitud f¨ªsica que adopta una persona ante ese aparato. Hay dos formas de hablar a trav¨¦s del m¨®vil: con la cabeza levantada o con la cabeza inclinada. Es un acto reflejo. El primer caso indica que uno manda y el segundo que uno obedece. A partir de ahora f¨ªjese en este detalle. Cuando suena la musiquilla del m¨®vil la mujer comienza a escarbar muy nerviosa en el fondo del bolso y el hombre se palpa con sobresalto el pantal¨®n y la chaqueta. El grado de descontrol que despierta ese sonido ya es una definici¨®n. Algunos se ponen instintivamente en pie. El jefe puede dar ¨®rdenes por el m¨®vil a un subalterno a cualquier hora del d¨ªa, sin que nadie ni nada le detenga. Lo hace hablando con el ment¨®n hac¨ªa arriba y la mirada al frente para imponer su criterio. El subalterno deber¨¢ estar listo para atender su llamada en medio de un atasco, en la cama durante la siesta o mientras toma una copa en el bar con los amigos. Sin darse cuenta recibe la voz del otro lado con el tronco ligeramente doblado y la vista en el suelo, se?al de que acepta lo que se le dice. La aparente rebeld¨ªa de llevar el m¨®vil apagado s¨®lo se la pueden permitir los que han venido a este mundo a mandar, no los que han venido a obedecer. Para una cantidad ingente de ciudadanos, que hasta hace poco se cre¨ªan libres, la musiquilla del m¨®vil les recuerda que siguen estando atados a su esposa o a su marido, a sus padres o a sus hijos, a sus jefes, a sus acreedores y a toda clase de pelmazos, y depender¨¢ en qu¨¦ lado est¨¦s para saber si ese instrumento ha venido a atarte o a liberarte. Pero este no es el caso. Aqu¨ª se trata de explicar que la actitud f¨ªsica que se adopta ante el m¨®vil es una expresi¨®n de ¨¦xito o de fracaso en la vida. Cuando alguien habla de amor o de negocios por el m¨®vil con la frente hacia lo alto, est¨¢ ganando; si lo hace con el espinazo un poco abatido, es que ya ha perdido. El propio aparato es siempre el ¨¢rbitro.
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