'El truco del manco' refleja la dura verdad de los barrios
A un lado, el equipo de Tropic thunder, una guerra muy perra. Que si no hay coca-cola light en la suite, que si anulamos las entrevistas, que si la estrella de turno necesita su tiempo para hacer footing por la playa de la Concha.
Y en el extremo opuesto, El truco del manco, reflejo de "un grito alto que se escucha en los barrios", en palabras de su director, el debutante Santiago A. Zannou, madrile?o de 32 a?os, hijo de africano -de Benin- y aragonesa, y candidato en 2004 al Goya al mejor corto con Cara sucia. El truco del manco ha animado la secci¨®n Zabaltegi-Nuevos directores con una historia sincera, rodada tan impulsivamente como el chorro de voz que sale de Zannou. Hace cinco a?os, Zannou conoci¨® en el estudio de grabaci¨®n de su hermano a Juan Manuel Montilla El Langui, el cantante de La Excepci¨®n, la banda madrile?a de hip-hop, que en aquel momento preparaba su primer ¨¢lbum. "Que quede claro, El Langui no hace de El Langui, sino que Juanma interpreta a un personaje".
Y qu¨¦ personaje: El Cuajo, un buscavidas payo agitanado con medio cuerpo afectado por una par¨¢lisis cerebral que le impide, entre otras cosas, andar y moverse con soltura -como le ocurre a El Langui-, aunque no montar un estudio musical con su amigo Adolfo, un chaval mulato. "Pens¨¦ que mi filme deb¨ªa basarse en la honestidad y en la verdad". Y en las experiencias personales: Zannou se mud¨® hace nueve a?os del barrio madrile?o de Carabanchel a Barcelona para estudiar cine y porque su vida se hab¨ªa vuelto "demasiado compleja". "No ten¨ªa referentes en los que fijarme. En El truco del manco no s¨®lo incluyo experiencias personales que he vivido, sino tambi¨¦n que he sufrido, porque las he visto en el vecino o en un amigo".
Contar la verdad
Zannou ha cumplido a rajatabla una de las frases que escupe El Cuajo en pantalla: "A m¨ª no me digas que no se puede". "Rod¨¢bamos en una o dos tomas, porque si no, los actores, casi todos debutantes, perd¨ªan frescura. Antes hab¨ªamos ensayado d¨ªas y d¨ªas, en jornadas de once horas. Y yo, el primero. Les puse filmes como Mi pie izquierdo, Felices diecis¨¦is o Cowboy de medianoche para que vieran c¨®mo quer¨ªa contar la verdad sin ser un documental". Y en eso seguir¨¢. "Intentar¨¦ hacer pel¨ªculas de lo que veo y sobre lo que creo. Como mi pr¨®ximo proyecto, titulado Singuerl¨ªn, igual que el vecindario con las mejores vistas de Barcelona, pero olvidado por todos. El cine no va a cambiar las cosas, aunque si sirve como peque?o martillo para quitar alguna piedra del muro y que el p¨²blico vea lo que ocurre fuera, ser¨¢ suficiente. La gente de barrios marginales est¨¢ ah¨ª y tiene coraz¨®n".
Babelia
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