Leche 'made in China'

China no es un pa¨ªs democr¨¢tico, lo que significa que el control de calidad de su industria no tiene que satisfacer a una opini¨®n p¨²blica conocedora de sus derechos como en Occidente. Mientras el made in China se refer¨ªa al pirateo de marcas para consumo semisuntuario, la cosa era grave pero no irreparable. El esc¨¢ndalo, en cambio, de la leche infantil adulterada, por el que han muerto cuatro beb¨¦s y del que ya hay un primer caso en Hong Kong, es mucho m¨¢s grave, porque extiende la amenaza a los pa¨ªses que importan el producto de China, como Jap¨®n, Malaisia y Myanmar y algunos africanos.

La etiqueta fabricado en China suena hoy especialmente ominosa porque la contaminaci¨®n se ha detectado en 22 empresas productoras, entre ellas gigantes de la industria como Yili, Mengniu y Sanlu. Por eso, un portavoz de la UE, pese a que Europa no importa leche del pa¨ªs asi¨¢tico, advert¨ªa a Pek¨ªn sobre la necesidad de poner la casa en orden, con la cautela t¨¢cita de que, de no ser as¨ª, ese criminal descuido podr¨ªa afectar la integraci¨®n del pa¨ªs en el comercio mundial.

Y contamina sobre mojado: ya en julio pasado se descubri¨® que alimentos chinos para animales de compa?¨ªa conten¨ªan melamina, sustancia con la que se disfraza la falta de prote¨ªnas. Para remate de secretismos culpables, hay motivos para creer que el esc¨¢ndalo se ha estado tapando hasta la conclusi¨®n de los Juegos en agosto -de los que, adem¨¢s, era patrocinadora una de las firmas- para no da?ar la imagen de China en la organizaci¨®n de la justa deportiva.

Un responsable pol¨ªtico ha sido ejecutado, docenas de directivos de la industria han perdido sus cargos y 46 de ellos est¨¢n detenidos, pero la prensa local apenas se ha hecho eco, y la investigaci¨®n comenz¨® hace s¨®lo dos semanas por insistencia de Nueva Zelanda. La firma neozelandesa Fonterra, que posee el 40% de Sanlu, hab¨ªa alertado al Gobierno de su pa¨ªs de irregularidades en la manipulaci¨®n y contenido de la leche en polvo.

La China del crecimiento desmesurado -y desvencijado- no cumple con los m¨ªnimos est¨¢ndares internacionales de producci¨®n y control en algunos sectores de su industria. Y si no hay remedio pronto y verificable para esa grave inadecuaci¨®n, el imperio del centro se habr¨¢ puesto a s¨ª mismo en grav¨ªsima cuarentena mundial. Y a nadie conviene que as¨ª sea.