Demasiado vulnerables para estar solos
Nueva York y su centro financiero, Wall Street, est¨¢n viviendo las peores tormentas del ¨²ltimo siglo. Esta vez son fen¨®menos creados por el hombre (por la avaricia de unos cuantos) que tienen una capacidad devastadora desconocida hasta ahora. La ¨²ltima v¨ªctima de la crisis financiera es la banca de inversi¨®n independiente.
Este modelo naci¨® en 1933, en el new deal, gracias a la ley Glass-Steagal, que separ¨® la banca comercial de la de inversi¨®n. Para la primera estableci¨® normas de control del capital, la posibilidad de apelar al ahorro de los clientes y un cierto paraguas, como es la cobertura de los dep¨®sitos. La banca de inversi¨®n qued¨® libre, s¨®lo bajo el supervisor de la Bolsa (SEC) pero sin ayudas p¨²blicas en caso de quiebra y sin tomar dep¨®sitos. As¨ª se intent¨® acabar con la terrible especulaci¨®n que provoc¨® el crash del 29. En 1999, Bill Clinton permiti¨® las compras de entidades de un lado y otro y empez¨® a haber mezclas (JPMorgan).
Quedaron pocos bancos de inversi¨®n y se fueron haciendo cada vez m¨¢s grandes, sobre todo en los 20 ¨²ltimos a?os. Eran los mejores para ganar mucho dinero en poco tiempo. Esta banca, que s¨®lo trabaja con grandes clientes, se dedica a dise?ar OPA, fusiones, ventas de empresas, emisiones de bonos y especula en Bolsa y con los tipos de inter¨¦s.
Cultura incompatible
Ha generado una cultura casi incompatible con la de la banca comercial, que se ocupa de los ahorros de los peque?os clientes, que necesita miles de empleados y millones de operaciones para ganar dinero. Es el modelo de banca que se hace en Espa?a.
Con este escenario lleg¨® en 2001 la fuerte bajada de tipos. Los bancos de inversi¨®n encontraron un perverso aliado: los hedge funds, los fondos de inversi¨®n libre, que tampoco est¨¢n regulados, con los que dise?aron productos complejos y muy rentables. El mundo era perfecto: alta rentabilidad y mayor beneficio porque la liquidez parec¨ªa ilimitada. A cambio se aceptaba el riesgo de la burbuja inmobiliaria de EE UU, pero eso no preocup¨® a nadie, incluidas las autoridades. Los bancos de inversi¨®n tomaron riesgos hasta 50 veces su capital (en Espa?a, por ejemplo, la banca se apalanca unas 15 veces).
La subida de tipos, la ca¨ªda de la vivienda, la globalizaci¨®n y la desconfianza han acabado con el sector y con la Glass-Steagal. La avaricia les ha hecho vulnerables. Pero los expertos vaticinan su regreso con la bonanza econ¨®mica y, con ellos, los huracanes a Wall Street.
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