Sanidad p¨²blica y provisi¨®n privada
Existe preocupaci¨®n en la poblaci¨®n por la cesi¨®n de la atenci¨®n sanitaria p¨²blica a empresas privadas, por entender que pone en riesgo la sostenibilidad del modelo sanitario p¨²blico en su configuraci¨®n actual. Preocupa la creciente mercantilizaci¨®n de la sanidad; que gobiernos aut¨®nomos pongan en manos privadas los desarrollos de la sanidad p¨²blica supone una p¨¦rdida de control sobre el proceso sanitario y sobre la cohesi¨®n de los servicios en favor de dichas empresas y con el riesgo de convertirse en reh¨¦n de los intereses de las mismas; y la ausencia de un debate p¨²blico y riguroso que justifique las nuevas maneras de gestionar la sanidad p¨²blica desde criterios de calidad, eficiencia, comparabilidad y sostenibilidad del sistema. Preocupa, por ¨²ltimo, la debilidad del Estado como garante de la protecci¨®n de la salud de los ciudadanos, de la sostenibilidad del servicio sanitario y de la cohesi¨®n del Sistema Nacional de Salud (SNS) en su conjunto.
Es urgente clarificar qu¨¦ medidas privatizadoras de la sanidad p¨²blica ponen en riesgo su sostenibilidad
Hay personas, sin embargo, que no perciben estos riesgos ni se sienten directamente afectadas ante una situaci¨®n que, sin ser simple, ni f¨¢cilmente visible, ni vinculable sin m¨¢s al color ideol¨®gico de los gobiernos, est¨¢ debilitando en el ¨¢mbito de los servicios p¨²blicos las tesis favorables a un Estado de bienestar fuerte y favorece las posiciones neoliberales. Por tanto, es urgente clarificar qu¨¦ medidas privatizadoras de la sanidad p¨²blica ponen en riesgo sus fundamentos estrat¨¦gicos y su sostenibilidad en el medio plazo.
No se trata de implantar un modelo de financiaci¨®n privada a la americana; ni de concertar con el sector privado aspectos complementarios de la atenci¨®n sanitaria. Tampoco de las experiencias de gesti¨®n implantadas en algunos centros hospitalarios en los a?os noventa, sobre cuyas consecuencias para la sanidad p¨²blica sigue sin haber acuerdo. ?Han mejorado la gesti¨®n hospitalaria, reducido sus ineficiencias y agilizado la gesti¨®n del personal? ?O han servido para externalizar la atenci¨®n sanitaria en favor de grupos y sectores econ¨®micos afines? Diez a?os despu¨¦s siguen faltando datos y voluntad para comparar de forma rigurosa c¨®mo las distintas formas de gestionar las instituciones sanitarias influyen sobre la salud de la poblaci¨®n.
El proceso de reconversi¨®n del modelo de sanidad p¨²blica establecido por la Ley General de Sanidad responde a una estrategia compleja y bien elaborada, a una acci¨®n concertada en el tiempo entre sectores pol¨ªticos y econ¨®micos al margen de la opini¨®n p¨²blica y centrada en "recuperar para el mercado" una parte creciente de la asistencia sanitaria p¨²blica ajena al juego de la libre competencia.
El punto de partida puede rastrearse en la concesi¨®n administrativa al sector privado de la asistencia sanitaria p¨²blica puesta en marcha por el Gobierno valenciano del PP en Alzira, capital de la comarca de La Ribera, a partir de 1999. Se opt¨®, entonces, por vincular la amortizaci¨®n de la inversi¨®n sanitaria con la posterior explotaci¨®n de los servicios, siguiendo el modelo de las autopistas de peaje del Mediterr¨¢neo pero haci¨¦ndose cargo el Gobierno aut¨®nomo del pago del servicio prestado por las empresas concesionarias. De esta forma se le daba a la iniciativa privada, sanitaria y no sanitaria, un papel protagonista dentro del sector: encarg¨¢ndose de las infraestructuras e instalaciones sanitarias, de la gesti¨®n de ciertos dispositivos asistenciales, de la atenci¨®n sanitaria, etc¨¦tera, hasta recrear, a partir de las competencias auton¨®micas en materia de gesti¨®n sanitaria, una nueva organizaci¨®n de la sanidad p¨²blica desde supuestos neoliberales ajenos a la filosof¨ªa de la Ley General de Sanidad.
En este punto quedan algunas preguntas en el aire: ?A qu¨¦ se debe este avance de un modelo de sanidad p¨²blica -que privilegia la provisi¨®n privada financiada con el dinero de todos- liderado desde comunidades aut¨®nomas tan significativas como la valenciana o la de Madrid? ?Es el resultado final de los cambios legales y organizativos de los a?os noventa o responde a procesos de car¨¢cter pol¨ªtico y cultural dif¨ªcilmente subsanables s¨®lo con modificaciones de la legislaci¨®n (sanitaria) vigente? ?Deber¨ªa intervenir el Gobierno espa?ol, garante de los derechos constitucionales a la protecci¨®n sanitaria y de la cohesi¨®n y sostenibilidad futura del SNS, para reconducir esta tendencia mediante un nuevo pacto, con compromisos parlamentarios, que d¨¦ la espalda a la mercantilizaci¨®n de nuestra sanidad p¨²blica?
Si nuestro sistema sanitario se encuentra en una encrucijada, sus responsables habr¨¢n de afrontarla sin demora con la voluntad de volver a actualizar los elementos estrat¨¦gicos del sistema sanitario p¨²blico que estableci¨® la Ley General de Sanidad hace m¨¢s de 20 a?os y que tanto han ayudado a mejorar la sanidad p¨²blica.
Antonio Espino ejerce de psiquiatra en Madrid.
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