Consenso a toro pasado
La despenalizaci¨®n de tres supuestos de interrupci¨®n voluntaria del embarazo (eugen¨¦sico, ¨¦tico y terap¨¦utico) fue incorporada hace 23 a?os al ordenamiento jur¨ªdico tras un accidentado periplo. La primera versi¨®n del proyecto de ley fue aprobada por las Cortes el 30 de noviembre de 1983, pero el partido hoy presidido por Rajoy (entonces denominado Alianza Popular) present¨® dos d¨ªas despu¨¦s un recurso previo de inconstitucionalidad con efectos suspensivos. El Constitucional dict¨® sentencia el 11 de abril de 1985; el re?ido empate entre sus 12 magistrados tuvo que ser deshecho por el voto dirimente de calidad del presidente, Manuel Garc¨ªa Pelayo. El alto tribunal admiti¨® la constitucionalidad de las tres indicaciones despenalizadoras con sus plazos respectivos (malformaci¨®n del feto hasta las 22 semanas, violaci¨®n hasta las 12 semanas y peligro para la salud f¨ªsica o ps¨ªquica de la madre sin l¨ªmite temporal) pero exigi¨® mayores garant¨ªas jur¨ªdicas en favor del nasciturus.
El PP rechaza hoy reformar la ley del aborto como una adhesi¨®n a la despenalizaci¨®n que sabote¨® en 1985
Promulgada el 5 de julio de 1985, la segunda y definitiva versi¨®n de la ley incorpor¨® las instrucciones del TC. Al igual que otras normas de los tiempos de UCD y PSOE -desde 1977 hasta 1996- combatidas por los populares con furia, ruido y acritud, las amenazas del PP de derogar esa maldecida herencia no se cumplieron durante los ocho a?os de estancia en el poder -cuatro con mayor¨ªa absoluta- de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. La apuesta a favor de la continuidad se impuso igualmente en el campo de la revisi¨®n constitucional, predicada por el veterano Fraga y el joven Aznar a finales de los setenta y comienzos de los ochenta. Esa aceptaci¨®n acumulativa de las disposiciones votadas en su d¨ªa con la oposici¨®n de los populares incluye la ley del aborto.
El PP presenta ahora su renuncia a modificar esa norma como una adhesi¨®n -retrasada- al mismo consenso que sabote¨® en 1985 e invita al PSOE a mantener inamovibles sus posiciones de entonces. Todav¨ªa resuenan en los o¨ªdos de la opini¨®n p¨²blica, sin embargo, las jeremiadas lanzadas hace 25 a?os por los populares sobre la matanza de Herodes que los socialistas preparaban con ¨¢nimo asesino. Rajoy afirma que no existe demanda social para la reforma de la ley y la manera de aplicarla. Pero el dato de que se practican en Espa?a anualmente 100.000 interrupciones voluntarias del embarazo despenalizadas -el 90% se producen dentro de las primeras 12 semanas- prueba las dimensiones sociales del problema. De a?adidura, la caza de brujas organizada por la Comunidad de Madrid presidida por Esperanza Aguirre para multar o cerrar cl¨ªnicas abortistas legales por el supuesto incumplimiento de algunos requisitos administrativos en la tramitaci¨®n de los historiales cl¨ªnicos de sus pacientes aconseja la actualizaci¨®n de las normas reglamentarias. Y tanto el rid¨ªculo porcentaje de participaci¨®n de la sanidad p¨²blica en la prestaci¨®n de servicios cl¨ªnicos como el laxo r¨¦gimen de la objeci¨®n de conciencia de los m¨¦dicos exigen un dr¨¢stico replanteamiento.
Los socialistas han vacilado a la hora de acometer esa reforma. La doctrina establecida por la sentencia del Constitucional de 1985 no facilita la aplicaci¨®n en Espa?a de la ley de plazos generalizada en Europa. El Gobierno es consciente de pisar un terreno minado de creencias religiosas y convicciones morales; el esclarecedor libro de Bel¨¦n Barreiro Democracia y conflicto moral: la pol¨ªtica del aborto en Espa?a e Italia (Madrid, Istmo, 2000) analiza documentadamente ese trasfondo. El voto en conciencia para romper la disciplina partidista podr¨ªa ser reclamado no s¨®lo por diputados de CiU y del PNV sino tambi¨¦n del PSOE.
Durante el anterior mandato de Zapatero, el Gobierno hizo o¨ªdos sordos a las iniciativas reformistas sobre el aborto de sus aliados parlamentarios. El programa electoral del PSOE para 2008 tampoco incluy¨®, a diferencia de 2004, el compromiso de acometer esa tarea en esta legislatura. Sin embargo, parece que ahora la cosa va en serio. El 38? Congreso del PSOE cubri¨® el pasado julio el vac¨ªo del programa electoral con una menci¨®n a una nueva regulaci¨®n del aborto. La designaci¨®n por el Ministerio de Igualdad (Sanidad o Justicia hubiesen sido m¨¢s id¨®neos) de un grupo de expertos para presentar en el primer trimestre de 2009 los trabajos preparatorios del proyecto de ley que el Gobierno enviar¨¢ a las Cortes marcha en paralelo con la constituci¨®n en el Congreso de una subcomisi¨®n en la Comisi¨®n de Igualdad, que deber¨¢ elaborar en seis meses un informe. Mientras CiU se absten¨ªa y el PNV se pronunciaba a favor de crear la subcomisi¨®n, el PP se qued¨® solo al votar en contra. Rajoy habr¨¢ confirmado su sospecha paranoide de que la reforma de la ley del aborto se propone ¨²nicamente apartar la atenci¨®n de la sociedad respecto a la crisis econ¨®mica y aislar al PP de los dem¨¢s grupos parlamentarios como sucedi¨® en la pasada legislatura.
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