El tibur¨®n que ense?¨® el colmillo intervencionista
Estados Unidos es ya casi una vieja rep¨²blica, pero a los norteamericanos les encantan, les entusiasman las sagas. Los Kennedy, los Clinton, los Bush han dominado los resortes del poder pol¨ªtico durante a?os. Hay un pu?ado de apellidos que pr¨¢cticamente ha tomado Washington generaci¨®n tras generaci¨®n. Y luego est¨¢ Goldman Sachs. Pertenecer al banco de inversi¨®n que ha reinado en Wall Street en los ¨²ltimos a?os es como formar parte de una de esas familias, garantiza el acceso a un despacho importante, tanto en el bando dem¨®crata como en el republicano. El ¨²ltimo ejemplo es quiz¨¢s el m¨¢s notable. Henry Paulson, secretario del Tesoro -algo as¨ª como el ministro de Finanzas- pas¨® m¨¢s de tres d¨¦cadas en el banco. Salido pr¨¢cticamente de la nada, lleg¨® hasta la c¨²spide y amas¨® una fortuna, como mandan los c¨¢nones del sue?o americano. Ahora trata de hacer historia intentando rescatar a Estados Unidos de la peor de sus pesadillas. Es ya la gran figura de la crisis.
Salido pr¨¢cticamente de la nada, lleg¨® hasta la c¨²spide y amas¨® una fortuna
De Henry Merritt Hank Paulson Jr. (Palm Beach, Florida, 1946) se cuentan las t¨ªpicas an¨¦cdotas que salpican las biograf¨ªas de los hombres p¨²blicos. Aficionado a la naturaleza, a salir en kayak el fin de semana, apasionado por China, religioso, abstemio y no fumador, fue un destacado estudiante y jugador de f¨²tbol americano -delantero, para m¨¢s se?as- en la universidad, se licenci¨® en lengua inglesa e hizo un m¨¢ster, c¨®mo no, en Harvard. "Quer¨ªa ser guardia forestal hasta el mismo momento que entr¨¦ en la universidad", confes¨® hace unos meses, pero con 26 a?os hab¨ªa trabajado ya para Defensa y como asesor de Richard Nixon. El Watergate le oblig¨® a abandonar -sin salpicaduras- esa incipiente carrera pol¨ªtica y fich¨® como joven banquero de inversi¨®n en Goldman Sachs. De ah¨ª al Tesoro y a convertirse en estrella de la televisi¨®n.
Su carrera en el banco abarca 32 a?os y deja en el aire un par de paradojas fenomenales. Capitane¨® la salida a Bolsa de la compa?¨ªa y fue uno de los arquitectos de la nueva gesti¨®n del riesgo que ha imperado en los ¨²ltimos a?os en Wall Street: durante su mandato, Goldman Sachs gan¨® dinero a espuertas asumiendo cada vez m¨¢s riesgos y cerrando operaciones multimillonarias con ingentes cantidades de deuda. Toda la banca de inversi¨®n acab¨® imit¨¢ndole. ?Suena familiar? Esa filosof¨ªa, llevada hasta el exceso en el sistema financiero internacional, est¨¢ en el germen de la crisis que ha acabado dando el tim¨®n de la econom¨ªa norteamericana a Paulson.
La segunda contradicci¨®n es ideol¨®gica. Paulson, republicano confeso desde la universidad, es acusado ahora por sus correligionarios de instaurar poco menos que un r¨¦gimen de "socialismo de mercado" con una intervenci¨®n en la econom¨ªa sin precedentes a pesar de su adscripci¨®n pol¨ªtica. Las cr¨ªticas le llueven por todas partes: desde el flanco izquierdo se le acusa de salvar s¨®lo a los ricos, de poner en pie una suerte de Estado del bienestar para millonarios. Defensor del libre mercado -aunque tambi¨¦n de la ¨¦tica en las grandes corporaciones, que defendi¨® con ah¨ªnco tras los desmanes de Enron y compa?¨ªa-, Paulson accedi¨® a fichar por la Administraci¨®n de Bush y durante dos a?os aplic¨® su filosof¨ªa a una pol¨ªtica de perfil bajo que apenas dio resultados en la reforma de la Seguridad Social o en los acuerdos comerciales en el seno de la Ronda de Doha. Llegada la crisis -que al principio ningune¨®- se fue haciendo m¨¢s y m¨¢s fuerte, quitando protagonismo al mism¨ªsimo George W. Bush, y ha demostrado un pragmatismo sensacional: "Creo en los mercados, pero no creo en los mercados no regulados", dijo en septiembre a modo de declaraci¨®n de intenciones.
Despu¨¦s vendr¨ªan rescates bancarios multimillonarios, quiebras y unas semanas de intenso trabajo, proporcional a la debacle en Wall Street. Sus defensores alaban su flexibilidad para adaptarse a los bruscos giros que han dado de s¨ª las turbulencias, pero la cr¨ªtica aduce que su actuaci¨®n ha sido sobre todo impredecible, sin rumbo, sin una hoja de ruta clara hasta llegar al plan de rescate para sacar de los balances de la banca los activos t¨®xicos. "Dinero por basura", resumen varios senadores republicanos. Con todo, Paulson es el ¨²nico que ha demostrado reda?os y suficiente poder como para sacarse de la manga una posible soluci¨®n.
Su car¨¢cter en¨¦rgico, brusco, huracanado y amante del estr¨¦s le vali¨® el sobrenombre de Martillo, aunque en el Capitolio le llaman ¨²ltimamente Presidente Paulson, por el progresivo traslado del eje del poder desde el Despacho Oval de la Casa Blanca hasta su oficina en el Tesoro. Pap¨¢ Paulson, le ha bautizado con toda la sorna el influyente economista Paul Krugman, que capitanea a un grupo de expertos contrarios al plan de intervenci¨®n.
La fortuna de Paulson se estima en unos 500 millones de d¨®lares. Buena parte de ese dinero est¨¢ en acciones de Goldman Sachs. Su legado depender¨¢, sin duda, de c¨®mo gestione la crisis que tiene entre manos. El futuro de su cuenta corriente, poco m¨¢s o menos, va en paralelo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.