Globalizaci¨®n en crisis
Los problemas de liquidez y la consiguiente sequ¨ªa del cr¨¦dito est¨¢n provocando una reconfiguraci¨®n de la inversi¨®n extranjera y de las empresas multinacionales. Aunque 2007, primero de la crisis actual, se cerr¨® con cifras r¨¦cord de inversi¨®n transfronteriza, durante los primeros seis meses de 2008 las fusiones y adquisiciones de empresas han ca¨ªdo aproximadamente un 35% en el conjunto de la econom¨ªa global, y es posible que la inversi¨®n directa por parte de las multinacionales haya disminuido otro tanto, incluso teniendo en cuenta las recientes operaciones multibillonarias de Tata sobre Jaguar y Land Rover o InBev sobre Anheuser-Busch. Las empresas de todo el mundo se enfrentan a dificultades crecientes para financiar nuevas inversiones, una tendencia que afecta tambi¨¦n a las multinacionales espa?olas, en especial a las de la construcci¨®n.
Espa?a necesita m¨¢s que nunca la llegada de nuevas inversiones orientadas a la exportaci¨®n
Los fondos soberanos constituyen una nueva fase en la din¨¢mica de la globalizaci¨®n
La empresa con vocaci¨®n competitiva ha hecho de la econom¨ªa global su ¨¢mbito de actuaci¨®n. La presencia global de las multinacionales es hoy tres veces mayor que hace un cuarto de siglo. La mayor parte de las operaciones tienen que ver con la b¨²squeda de nuevos mercados, ya sea a trav¨¦s de la distribuci¨®n de exportaciones provenientes del pa¨ªs de origen, el establecimiento de nuevos centros de producci¨®n en el mercado de destino o la compra de una empresa local. Esto explica que las dos terceras partes de los flujos de inversi¨®n se dirijan a los pa¨ªses m¨¢s desarrollados: la inversi¨®n directa es desde hace a?os un proceso cada vez m¨¢s endog¨¢mico, enfocado en las econom¨ªas de la OCDE. La b¨²squeda de la eficiencia productiva y suministros estables de materias primas son tambi¨¦n motivos importantes de la inversi¨®n extranjera por las multinacionales.
La extensi¨®n e intensificaci¨®n de la crisis crediticia y la consiguiente ca¨ªda de la inversi¨®n directa transfronteriza apunta a un cambio de tendencia importante en el escenario econ¨®mico internacional. La ralentizaci¨®n de la inversi¨®n coexiste con otros cambios de no menor significaci¨®n. El m¨¢s relevante nos remite al creciente papel de las empresas multinacionales de los pa¨ªses emergentes y en v¨ªas de desarrollo. El ¨²ltimo Informe de la Inversi¨®n Mundial, publicado esta semana por Naciones Unidas, se?ala que a finales de 2007 las multinacionales emergentes eran responsables del 15% de la inversi¨®n extranjera total acumulada, mientras que en 1990 solamente lo eran del 8%. Las multinacionales latinoamericanas fueron durante los a?os noventa la punta de lanza de este fen¨®meno, sobre todo las empresas chilenas, mexicanas y brasile?as. En los ¨²ltimos a?os el protagonismo lo han tenido las rusas, indias y chinas. Estas multinacionales invierten sobre todo en sectores de servicios.
Un segundo cambio relevante se refiere al creciente papel de los llamados fondos soberanos (sovereign wealth funds). Se trata de una categor¨ªa heterog¨¦nea que incluye tanto los grandes fondos de pensiones de pa¨ªses desarrollados como Jap¨®n, Canad¨¢, Estados Unidos u Holanda, como aquellos otros que se nutren de los ingresos por la venta de materias primas, petr¨®leo especialmente, localizados sobre todo en Oriente Pr¨®ximo o la Confederaci¨®n de Estados Independientes, Rusia incluida. China y Singapur tambi¨¦n cuentan con grandes fondos soberanos; tambi¨¦n Brasil pretende rentabilizar sus cuantiosas reservas internacionales con uno de esos fondos. En conjunto manejan inversiones por valor de 5,3 billones de d¨®lares, de los cuales 3,5 est¨¢n invertidos fuera del pa¨ªs de origen del fondo. Su crecimiento se debe a la escalada de los precios de las materias primas y de la energ¨ªa que, pese a su evoluci¨®n a la baja en los ¨²ltimos meses, siguen por encima de los niveles de hace tres o cuatro a?os.
Los fondos soberanos son inversores de cartera, es decir, no suelen adquirir participaciones de control, salvo en el sector inmobiliario o el comercio. Adem¨¢s, invierten m¨¢s de la mitad de sus recursos en renta fija en lugar de empresas. Dados los desequilibrios comerciales y financieros actuales, su papel como inversores puede ser decisivo para la resoluci¨®n de las crisis de liquidez y de capitalizaci¨®n de entidades financieras. Por ejemplo, los fondos soberanos asi¨¢ticos y de Oriente Pr¨®ximo tienen conjuntamente participaciones de m¨¢s del 2% de entidades tan emblem¨¢ticas como Merrill Lynch, Morgan Stanley, Barclays, Blackstone y Standard Chartered, e incluso m¨¢s del 10% de Citibank y UBS. Constituyen, en definitiva, una expresi¨®n de esa nueva fase en la din¨¢mica de globalizaci¨®n. Se han constituido en discretos amortiguadores de esta crisis y, en ocasiones, en verdaderos salvadores de emblem¨¢ticas instituciones. Todo ello ha hecho que sin menoscabo de suspicacias acerca de su eventual colisi¨®n con intereses pol¨ªticos o cierto secretismo se hayan convertido en deseados inversores en estos tiempos de sequ¨ªa financiera. Acabar¨¢n siendo, no cabe duda, una manifestaci¨®n m¨¢s de esa difusi¨®n de la riqueza financiera que bien pudiera amparar una cierta atenuaci¨®n de las hegemon¨ªas econ¨®micas y geopol¨ªticas hasta ahora vigentes.
Estas tendencias tienen consecuencias ambiguas para la econom¨ªa espa?ola. En 2007 las empresas espa?olas continuaron su expansi¨®n internacional, con el 4% de la inversi¨®n directa extranjera en el mundo, mientras que la econom¨ªa espa?ola supone apenas el 2% del PIB mundial. Espa?a se ha consolidado como el quinto inversor directo mundial en t¨¦rminos acumulados, por detr¨¢s de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, habiendo superado a potencias tecnol¨®gicas y empresariales como Jap¨®n, Suecia o Italia. Los datos de 2008 sin duda acusar¨¢n los efectos de la desaceleraci¨®n y, en todo caso, de las dificultades crediticias. Resultar¨¢ crucial que no s¨®lo las grandes multinacionales sino tambi¨¦n las empresas medianas cuenten con los recursos financieros necesarios para desplegar sus actividades internacionales y acometer sus planes de inversi¨®n. Hay que recordar que esas inversiones tiran de las exportaciones y por tanto del empleo.
La crisis tambi¨¦n ralentizar¨¢ las llegadas de capital extranjero. Si en 2007 Espa?a atrajo el 2,7% de las inversiones directas mundiales todo apunta hacia un acusado descenso en 2008. Lo m¨¢s importante, sin embargo, no es el montante total de inversi¨®n sino la proporci¨®n que tendr¨¢ como objetivo crear nuevos empleos en lugar de pasar a controlar las empresas espa?olas m¨¢s atractivas en infraestructuras y servicios. Ahora que la demanda interna no puede por s¨ª sola tirar de la econom¨ªa, resulta m¨¢s imprescindible que nunca la llegada de nuevas inversiones extranjeras orientadas a la exportaci¨®n, para lo cual s¨®lo cabe mejorar el atractivo de Espa?a como lugar de inversi¨®n, es decir, aumentar la productividad del trabajo y, para ello, hacer lo propio con la productividad total de los factores.
Espa?a se encuentra, en definitiva, en la misma encrucijada que otros pa¨ªses de su entorno. Se trata de una econom¨ªa plenamente integrada y abierta al mundo, con un sector empresarial din¨¢mico pero asfixiado crediticiamente en mayor medida que sus competidores, y con una capacidad de atracci¨®n de inversiones extranjeras socavada por lento crecimiento de la productividad y por el diferencial de inflaci¨®n. La experiencia demuestra que una econom¨ªa como la espa?ola puede crecer sosteniblemente en un contexto en el que los flujos de inversi¨®n sean elevados en ambos sentidos. Pero para ello se necesita un mayor dinamismo econ¨®mico y una reasignaci¨®n de los recursos. La crisis actual ni crea ni destruye el proceso de globalizaci¨®n. S¨®lo transforma algunos de sus par¨¢metros. -
Mauro F. Guill¨¦n es director del Lauder Institute en la Wharton School. Emilio Ontiveros es Catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Empresa de la UAM. Ambos pertenecen al Consejo Acad¨¦mico de la Escuela de Finanzas Aplicadas (Grupo Afi).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.