Una divergencia filos¨®fica
Arist¨®teles no se dedic¨®, por fortuna, a la cr¨®nica futbol¨ªstica: habr¨ªa fracasado miserablemente. Arist¨®teles pensaba que la realidad es obvia, porque la tenemos ante nuestros ojos y podemos verificarla de forma emp¨ªrica. Seg¨²n Plat¨®n, por el contrario, lo que vemos es s¨®lo apariencia, una deformaci¨®n de las ideas abstractas que constituyen la aut¨¦ntica realidad.
No hay mucho que discutir: Plat¨®n ten¨ªa raz¨®n. Pongan frente a frente a un cul¨¦ y un periquito y h¨¢ganles hablar del partido del s¨¢bado. ?Realidad? ?Qu¨¦ realidad?
La continua colisi¨®n de pseudorealidades ha generado, desde siempre, interesant¨ªsimos debates intelectuales. En la ingente producci¨®n metaf¨ªsica del f¨²tbol espa?ol existe un episodio cl¨¢sico, aunque poco conocido, que vale la pena rescatar.
El 19 de enero de 1964, CE Tortosa y CE Sabadell, l¨ªder de la categor¨ªa, disputan un partido de la Tercera Divisi¨®n. Ganan los tortosinos, locales, por 3-1.
El 21 de enero, en el peri¨®dico Sabadell, el periodista Jos¨¦ Cabeza ofrece su visi¨®n de los hechos. Tras referirse al p¨²blico de Tortosa, "que conserva el criterio del aficionado del Paleol¨ªtico", califica al "colegiado de turno" de "gran vencedor", por su "impecable manera de darle la vuelta al marcador mediante el sencillo expediente de se?alar dos absurdos penaltis contra el equipo arlequinado", despu¨¦s de que ¨¦ste se adelantara en el marcador. Un nuevo repaso por la v¨ªa shakespeariana a "los p¨²blicos de la ribera del Ebro, un asunto que, como dir¨ªa el pr¨ªncipe de Dinamarca, huele a podrido", una nueva referencia al "fanatismo troglodita" en las gradas y al "coaccionado colegiado", y un suspiro: "Al menos esta temporada no hay que volver".
El mismo 21 de enero, en La Voz del Bajo Ebro, una cr¨®nica firmada por Arxhivero habla del mismo partido, pero desde otra galaxia mental, pr¨®xima al mecanicismo y por tanto antiplat¨®nica: "El triunfo del Tortosa sobre el l¨ªder se bas¨® en un concepto exacto, fue un triunfo forjado en la t¨¦cnica y la concepci¨®n estrat¨¦gica". El Tortosa "acab¨® por arrollar al l¨ªder" y fue "el indiscutible merecedor de la victoria con dos penaltis claros a su favor". El ¨¢rbitro, correcto, salvo por un lunar: el gol del Sabadell fue ilegal, por "haber levantado el linier la bandera, se?alando fuera de juego del arlequinado".
Las autoridades franquistas consideraron potencialmente peligrosas las divergencias filos¨®ficas entre Cabeza y Arxhivero. El 24 de enero, el Ayuntamiento de Tortosa encarga a sus servicios jur¨ªdicos que estudien si el platonismo sabadellense constituye "materia delictiva". El director de Sabadell, Jos¨¦ Palau, que no desea judicializar una simple pol¨¦mica intelectual, intenta conciliar posiciones ante el Ministerio de Informaci¨®n y Turismo, pero aprovecha para resaltar ciertas hip¨®tesis adicionales sobre el p¨²blico tortosino, "el cual, no contento con agredir incluso a las se?oras, se ensa?aron [audaz desdoblamiento sint¨¢ctico] reventando neum¨¢ticos de los coches de los visitantes".
El 28 de enero, La Voz del Bajo Ebro critica las tesis "confusionistas" de la escuela plat¨®nica sabadellense y, como cierre del debate, formula una interesante apelaci¨®n al relativismo, que trasciende a Plat¨®n y nos lleva al menos hasta Spengler, si no al mism¨ªsimo Wittgenstein: "?Que hubo pasi¨®n en el ambiente? De acuerdo. ?Acaso no es ello natural?".
[Este art¨ªculo se ha confeccionado con los materiales de la ¨¦poca, recopilados por el periodista Pere Font].
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