Un famoso a la caza de famosos
La burgues¨ªa retratada por Gyenes junto a las faranduleras de Foto Ramblas comparten exposici¨®n
Un d¨ªa lo hizo. Cambi¨® una noche de juerga en Cannes por un taxi direcci¨®n a la cercana Villauris. "Sus amigos se rieron, y le llamaron loco. Picasso jam¨¢s le recibir¨ªa", cuenta la hija de Juan Gyenes (1912, Kaposvar-1995, Madrid). Hasta el taxista se mof¨® de su aventura. Pero 20 minutos despu¨¦s de esperar en la casa de Picasso, apareci¨® el pintor malague?o. "?Qui¨¦n es usted?", le dijo. "Un fot¨®grafo espa?ol. He venido desde Madrid para verle", le respondi¨® Gyenes, mientras le ofrec¨ªa uno de sus libros de retratos. Y el genio le abri¨® las puertas: "Entre, vamos a hablar". Irenka Gyenes lo narraba con amor, incapaz de reconocer un defecto en su padre, quien ten¨ªa como m¨¢xima: "Si no te ven, te olvidan".
Uno de los retratos que hizo a Franco sirvi¨® despu¨¦s para los sellos
Fruto de ese primer encuentro, el fot¨®grafo retrat¨® al pintor malague?o en multitud de ocasiones. Instantes siempre fugaces, perfiles de Picasso casi ef¨ªmeros. Todo lo contrario que Dal¨ª, otro de los pintores fetiches con los que Gyenes trab¨® amistad. "Era m¨¢s engre¨ªdo, m¨¢s endiosado", observa Irenka. En la ¨²nica instant¨¢nea de Dal¨ª que recoge la exposici¨®n Gyenes, Madrid. Fotos Rambla, Barcelona, el pintor gerundense posa sentado en el suelo, con su bigote ensortijado, retando a la c¨¢mara. Encima, como una enorme mancha roja, la firma del propio Dal¨ª. Los retratos de Gyenes han ocupado 2.000 portadas de publicaciones, entre ellas Times, Semana o el peri¨®dico Abc.
El fot¨®grafo Gyenes, de origen h¨²ngaro, lleg¨® a Madrid en los a?os cuarenta, invitado por el c¨®nsul de Egipto, donde trabaj¨® como fotoperiodista del New York Times. Encandilado por la vida en la Pen¨ªnsula, ya nunca se fue. Empez¨® trabajando en el estudio Camp¨²a, reconocido por su apego a la derecha, en 1941. Siete a?os despu¨¦s mont¨® su propio laboratorio, y empez¨® el camino a la celebridad. Y con la celebridad, su fama de adepto al r¨¦gimen. "Le llamaban del Pardo. ?Qu¨¦ iba a hacer? ?No ir?", le excusa su hija. Gyenes retrat¨® en muchas ocasiones a Franco y su familia. Las tres c¨¢rmenes (Carmen Polo, Carmen Franco y Carmen Mart¨ªnez Bordi¨²) posaron para el artista con motivo del nacimiento de la ¨²ltima, en 1951. La fotograf¨ªa fue portada de Paris Match. Una de las im¨¢genes que tom¨® al dictador en 1958 se reprodujo posteriormente en los sellos.
Pero no s¨®lo de famosos o realeza viv¨ªa el fot¨®grafo. "Me plant¨¦ en el estudio sin avisar. Me acababa de casar en la Embajada alemana. Iba de blanco, pero de corto... Nada convencional". La novia era Isabel Hoppichler, una madrile?a de 22 a?os. "Entonces no pensaba que para estas cosas ten¨ªa que pedir hora", se r¨ªe, casi 40 a?os despu¨¦s. Gyenes era el fot¨®grafo del momento, al que acud¨ªa la clase pudiente madrile?a, deslumbrada por sus retratos, que expon¨ªa en la calle de Gran V¨ªa. Un regalo caro (unas 5.000 pesetas) para las ni?as bien que rondaban la mayor¨ªa de edad. A Hoppichler no le cobr¨® porque era amiga de la familia.
Gyenes se caracterizaba por perseguir con obcecaci¨®n la belleza, "sacar a los hombres como son y a las mujeres como quieren ser", resum¨ªa ¨¦l. Rehu¨ªa del exceso de maquillaje, pero amaba los posados artificiosos, que hac¨ªa en su estudio en la calle de Isabel la Cat¨®lica. Tambi¨¦n se desplazaba para los reportajes fotogr¨¢ficos. "Si una novia se casaba en el lago de Covadonga, tambi¨¦n iba", asegura su hija. El propio Gyenes dec¨ªa que trabajaba 25 horas al d¨ªa.
En sus retratos hay otro elemento com¨²n: su firma. Con una letra redonda, y clara, Gyenes escrib¨ªa su apellido, y despu¨¦s lo subrayaba. Un detalle que Irenka quiso que constara tambi¨¦n en la tumba del artista. Al contarlo, se emociona: "Parece que fuera una fotograf¨ªa que ¨¦l mismo hubiera firmado".
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