Sarah Palin resiste
La buena noticia para el partido republicano es que Sarah Palin, la gobernadora de Alaska y aspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos, sobreviviera sin apenas rasgu?os al cort¨¦s y disciplinado debate preelectoral televisado con su avezad¨ªsimo rival Joe Biden, compa?ero de cartel de Barack Obama. No es poco para una pol¨ªtica provinciana, que argumenta que no puede estar ayuno de conocimientos de pol¨ªtica internacional quien, como ella, tiene a pocos kil¨®metros la frontera rusa. Est¨¢ por averiguarse si la intervenci¨®n de Palin en el ¨²nico debate vicepresidencial ha beneficiado a su deca¨ªdo patr¨®n John McCain; pero es seguro que no le ha perjudicado, y mucho menos que haya causado destrozos en la campa?a republicana, como se tem¨ªan conspicuos ide¨®logos conservadores.
Result¨® evidente en el cara a cara de Misuri, pese a los abundantes clich¨¦s de uno y otro bando, que Palin no puede competir en pedigr¨ª y experiencia con el dem¨®crata que preside el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Senado. Pero el impulso que congreg¨® en masa a los estadounidenses ante la televisi¨®n no iba de eso. Consist¨ªa b¨¢sicamente en ver el estreno solemne de una mujer cuya designaci¨®n por McCain -supremo inconformista, seg¨²n Palin- como compa?era de candidatura a la Casa Blanca dej¨® estupefactos a muchos, empezando por ella misma.
Los vicepresidentes suelen ser una figura decorativa en la pol¨ªtica estadounidense (no es el caso de Dick Cheney). Con Palin de por medio, su duelo del jueves ha sido una explosi¨®n de curiosidad ciudadana por asistir en directo a un naufragio y/o a un recital de talante por parte de un personaje en cuyas manos puede estar el tim¨®n de EE UU si por una pirueta del destino el presidente desaparece antes de tiempo. Y Palin, a quien hay que desear que no tenga que verse en esa circunstancia, no defraud¨® con su tono directo, cercano y en ocasiones humor¨ªstico. No s¨®lo conect¨® con la audiencia. Incluso se hab¨ªa aprendido bien la respuesta razonablemente adecuada a muchos de los temas obvios del debate: crisis econ¨®mica, impuestos, petr¨®leo, Irak, Afganist¨¢n...
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