Centrifugar la responsabilidad

?Es sensato que la comunidad aut¨®noma m¨¢s endeudada de toda Espa?a respecto de su PIB reduzca los impuestos para dejar de ingresar cerca de 2.000 millones de euros? ?Parece razonable que en una ¨¦poca de crisis en la que se va a producir una reducci¨®n de ingresos p¨²blicos debido a la ca¨ªda de la actividad econ¨®mica, un gobierno regional deflacte la tarifa del IRPF? ?Resulta l¨®gico que una autonom¨ªa subvencione una hipot¨¦tica subida del eur¨ªbor cuando no puede hacer frente a m¨²ltiples compromisos econ¨®micos, bien sea con sus proveedores, bien con las universidades p¨²blicas? ?Es razonable que, pese a la bajada de impuestos y la ca¨ªda de ingresos, una administraci¨®n p¨²blica mantenga un nivel de gasto muy por encima de sus posibilidades? Si la respuesta es s¨ª, usted es miembro del gobierno de la Generalitat o militante del Partido Popular de la Comunidad Valenciana. No puede serlo de ninguna otra parte porque Mariano Rajoy a las preguntas anteriores siempre responde no. Un cl¨¢sico del PP, como el eurodiputado Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Margallo, con varios libros escritos sobre financiaci¨®n auton¨®mica y pol¨ªtica impositiva, sentenci¨® en su d¨ªa: "Las deudas de hoy son los impuestos de ma?ana". En su tierra nadie parece hacerle caso.

Garc¨ªa Margallo sentenci¨®: "Las deudas de hoy son los impuestos de ma?ana"

Si usted es un ciudadano perplejo que no entiende nada de nada, puede acudir en demanda de auxilio a alg¨²n catedr¨¢tico de econom¨ªa que le explicara que, cuando un gobierno no puede actuar sobre los tipos de cambio ni sobre el mercado de trabajo, el ¨²nico recurso que le queda es poner en marcha una pol¨ªtica fiscal muy flexible. Incluso le citar¨¢ a Robert Mundell, premio Nobel de Econom¨ªa por su teor¨ªa sobre las ¨¢reas monetarias ¨®ptimas y padre del euro. Claro que est¨¢ por ver que Gerardo Camps, consejero de Hacienda de la Generalitat, haya estudiado a Mundell, porque el economista canadiense sosten¨ªa que la flexibilidad impositiva deb¨ªa de ir acompa?ada por una contenci¨®n del gasto p¨²blico. Y ah¨ª s¨ª que no parece que el gobierno valenciano est¨¦ por la labor. Un detalle, simb¨®lico, pero significativo, hubiera consistido en anunciar una congelaci¨®n de los sueldos de los miembros y de los altos cargos del Consell; pero ni ese gesto se les adivina. Es m¨¢s, el presidente Camps ha anunciado que va a poner en marcha un tercer canal p¨²blico de televisi¨®n. M¨¢s gasto.

?Y qu¨¦ hace un gobernante que gasta como el que m¨¢s y recauda como el que menos? Echarle la culpa a un tercero. Centrifugar su responsabilidad. El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, se?ala a Estados Unidos como la causa de la crisis econ¨®mica que atraviesa Espa?a, pero olvida que tarea de su gabinete fue haber evitado la burbuja inmobiliaria y cometido suyo es el presentar un plan contra la crisis con medidas de mayor impacto que el rosario de min¨²sculas propuestas que viene presentando desde el pasado mes de abril. Y si Zapatero lo hace, si lo hacen tambi¨¦n los presidentes de gobierno de Europa, qu¨¦ no va a dejar de hacer Francisco Camps que vive instalado en la irresponsabilidad (en la medida en que no se siente responsable de nada de lo que ocurre en la Comunidad Valenciana, salvo de aquello que va bien) desde hace varios a?os. ?Burbuja inmobiliaria? El Consell la ampar¨®, mim¨® y consinti¨® con una pol¨ªtica de urbanismo salvaje indecente. Llanera, Astroc y centenares de peque?as y medianas empresas auxiliares del sector de la construcci¨®n est¨¢n en quiebra. No todo es responsabilidad de la Generalitat, pero en el Consell nadie mov¨ªa un m¨²sculo de la cara cuando se les insinuaba que la crisis del ladrillo pod¨ªa ser una realidad. Por no hablar de las entidades financieras regionales.

Una de las causas, no la ¨²nica, pero s¨ª una de las principales de esta imprudente manera de actuar -que en absoluto es patrimonio del gobierno valenciano- es la ausencia de corresponsabilidad. Las autonom¨ªas manejan alrededor del 37% del gasto p¨²blico de toda Espa?a y apenas gestionan ingresos. Son instituciones de gasto y si el nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica no lo remedia el problema seguir¨¢.

La obsesi¨®n del Consell por centrifugar cualquier responsabilidad (la ¨²ltima, su renuncia a hacerse cargo de la gesti¨®n de los r¨ªos valencianos) corre el riesgo de resultar da?ina a medio plazo. Los ciudadanos pueden empezar a cuestionarse si realmente vale la pena tener un gobierno con una gran capacidad para organizar las fiestas mayores, pero impotente para afrontar cualquier problema: Desde la sanidad hasta la crisis econ¨®mica. Francisco Camps deber¨ªa reflexionar sobre ello.