Madrid con estos pelos
Hace unos a?os, pasear por Madrid era como asistir a una pasarela de peluquer¨ªa asilvestrada y montaraz. Los pelos de ahora son una broma comparados con aqu¨¦llos, aunque todav¨ªa quedan resquicios m¨¢s o menos discretos de modas capilares disparatadas. Pero ya casi s¨®lo son un disfraz que utilizan algunas tribus cuando se juntan, lo mismo que ocurre con las manolas, los chulapos, las peinetas, los que bailan por sevillanas y gente as¨ª. Hay excepciones ejemplares, por supuesto. No se sabe de nadie que vaya al trabajo con peineta.
Por las razones que sean, ahora la ciudadan¨ªa, al menos en Madrid, no se complica demasiado la cabeza. Esto puede ser buena se?al. Est¨¢ comprobado que las personas muy pendientes de su cabello suelen tener ideas descabelladas y un concepto extra?o de la existencia. Sigue habiendo ideas descabelladas, sin duda, pero se las peina un poco y dan el pego en ocasiones a los ejecutivos y a los pol¨ªticos. Parece que los madrile?os se van haciendo cautos y no van por ah¨ª pregonando sus desvar¨ªos o sus querencias por medio del peinado. Madrid se est¨¢ haciendo mayor. En cuanto a pelos llamativos en una ciudad, estamos muy lejos de Berl¨ªn, Par¨ªs o Londres. El barrio g¨®tico de Barcelona es una algarab¨ªa barroca de cabezas sorprendentes.
Deber¨ªan investigarse los motivos de esta uniformidad capilar en la mayor¨ªa de los habitantes de la Villa. La juventud copia mucho m¨¢s las cabezas de los futbolistas que las de los h¨¦roes del rock and roll o los agitadores sociales. Se opta por la comodidad hasta el punto de que, para decepci¨®n de los peluqueros, algunos se cortan al cero y otros lucen melena tradicional, sin fanatismo ideol¨®gico o cultural. Los punkies ortodoxos est¨¢n como cabras. Quien vive esclavo del cabello no anda bien de la cabeza, por m¨¢s que se atrinchere en metaf¨ªsicas baratas. Los pelos de Madrid, ahora mismo, son discretos, demasiado discretos, inquietantes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.