Del pabell¨®n al tenderete en el PCE

Desde un meg¨¢fono se anuncia: "Les recordamos que en el pabell¨®n del Partido Comunista de Chile est¨¢ Marcos Ana firmando libros". Un silencio, breve. Y suena de nuevo: "Lo del pabell¨®n es una forma de hablar". Este a?o, los militantes, simpatizantes y aficionados a las juergas del Partido Comunista de Espa?a (PCE) se han quedado sin fiesta, y sin pabellones en la Casa de Campo. En lugar de tres d¨ªas de conciertos, choricitos y debates en la pradera madrile?a, se han visto en un mitin-fiesta en el centro c¨ªvico del Pozo del T¨ªo Raimundo, en Vallecas, donde los tenderetes reemplazan a los pabellones y los cantautores desconocidos, a los de solera en el sector, como Joaqu¨ªn Sabina o Ana Bel¨¦n.

"Esto no tiene nada que ver con la fiesta anual", defend¨ªa un portavoz del partido

La celebraci¨®n anual iba camino del 31? aniversario, desde su estreno, en 1977, con motivo de la legalizaci¨®n del PCE. En su debut, m¨¢s de 300.000 personas colapsaron la carretera de A Coru?a y Santiago Carrillo, entonces secretario general del PCE, tuvo que acudir en un helic¨®ptero prestado. Ayer por la tarde, poco m¨¢s de 1.200 personas se hab¨ªan trasladado a Vallecas, donde se celebraba el mitin-fiesta, bajo el lema Movil¨ªzate. Que no te hagan pagar la crisis.

"Esto no tiene nada que ver con la fiesta anual, que se celebrar¨¢ el a?o que viene en Semana Santa. Se trata de un acto p¨²blico, un d¨ªa de encuentro", justific¨® ayer un portavoz del PCE. Formalmente, la fiesta estaba suspendida desde julio, cuando la Comisi¨®n Permanente del partido anunci¨® "enormes dificultades" para planificarla. La empresa gestora de la Casa de Campo les ped¨ªa por adelantado parte de los 50.000 euros del alquiler. Finalmente, decidieron posponerla. El anuncio afligi¨® a los militantes. Hasta en la red social mundial de Internet Facebook se ha creado un grupo llamado "Salvemos la fiesta del PCE", que cuenta con 18 miembros.

Para esos nost¨¢lgicos hubo ayer m¨²sica, cine, teatro y debates en Vallecas. Y una caseta, s¨®lo una, donde se cocinaban los cl¨¢sicos y se vend¨ªa un men¨² por 10 euros. Al lado, otra caseta, de la Asociaci¨®n Hispanocubana, con minis de mojito a 11 euros. En el centro de la plaza, un escenario para los cantautores, y dentro del edificio, los debates, una exposici¨®n de los 30 a?os de legalidad del PCE y los m¨ªtines, con la comparecencia estelar de su secretario general, Francisco Frutos.

En la veintena de mesas de la plaza pod¨ªan cazarse conversaciones al vuelo, donde la palabra Cuba se repet¨ªa constantemente. "La cosa est¨¢ muy floja. Antes ven¨ªan militantes de todo el mundo. Ahora el personal no est¨¢ por la labor", lamentaba Francisco Sigler, de 60 a?os. Ayer viaj¨® desde C¨®rdoba para asistir al encuentro. Su amigo, Bernab¨¦ Menor, de 55 a?os, le acompa?¨®. "Antes actuaban ballets y todo. Y las colas se hac¨ªan para recoger libros. Ahora se hacen para comer y pagar 10 euros", conced¨ªa el hombre, desencantado.

La ilusi¨®n la pusieron los adolescentes, que no eran pocos. "El ejemplo de lucha de la Rep¨²blica nos debe servir", defend¨ªa Mar¨ªa Guillzerma, de 16 a?os. A su lado, un grupo de salmantinos armados con cervezas jugaba a so?ar y gritaba: "?Que tiemble Zapatero!".