Unos presupuestos que miran m¨¢s all¨¢ de 2009
Como es usual a principios de mes, esta semana hemos conocido informaci¨®n abundante y muy relevante sobre la coyuntura espa?ola. Entre otros indicadores, est¨¢n la afiliaci¨®n a la Seguridad Social (-1,4% interanual) y el paro registrado (+30,1%) de septiembre, el IPI de agosto (-7%), el avance del IPC de septiembre (bajada de la inflaci¨®n de tres d¨¦cimas porcentuales, una de las pocas noticias buenas), la balanza de pagos de julio (el crecimiento del d¨¦ficit se modera al caer las importaciones), los visados de junio y julio (ca¨ªdas superiores al 50%), el nuevo ¨ªndice de precios de la vivienda que ha empezado a publicar el INE (enhorabuena, porque hac¨ªa falta) y el acuerdo del Consejo de Gobierno del BCE de mantener los tipos de inter¨¦s. El BCE sigue muy preocupado por los aumentos nominales de los salarios, aunque de las declaraciones de su presidente se deduce un cierto cambio en la percepci¨®n de la coyuntura, que augura bajadas en los pr¨®ximos meses, si bien el problema ahora no es tanto los tipos sino la falta de liquidez. Lo que nos dice toda esta informaci¨®n se puede resumir en que el proceso de ajuste del consumo e inversi¨®n se intensifica (la restricci¨®n crediticia impone su ley), provocando una contracci¨®n de la producci¨®n y del empleo, todo lo cual, y con la ayuda de la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, empieza a surtir efectos en la reducci¨®n de los desequilibrios en el ¨¢mbito de la inflaci¨®n y del d¨¦ficit exterior. La respuesta a la pregunta de hasta cu¨¢ndo puede durar esto est¨¢ sujeta a una gran incertidumbre, pero pensemos que el ajuste de los elevados desequilibrios no ha hecho m¨¢s que empezar y que la normalizaci¨®n de los mercados de cr¨¦dito va para largo.
El margen de actuaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado para 2009 es bastante limitado
Las previsiones del Gobierno de crecimiento del 1% son muy poco o nada probables
Pero, por encima de toda esta informaci¨®n, la m¨¢xima actualidad de la semana ha sido la presentaci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado para 2009. Se pide mucho a estos presupuestos, pero su margen de actuaci¨®n es bastante limitado. Un primer aspecto, a este respecto, es recordar de qu¨¦ estamos hablando. El gasto que realiza de forma directa el Estado, excluida la Seguridad Social, es del orden del 20% del gasto p¨²blico total y un 8,5% del PIB. De este gasto, m¨¢s del 40% son partidas que vienen establecidas de antemano, y el resto, que ser¨ªa en torno al 4% del PIB, admite cierta discrecionalidad, pero tambi¨¦n limitada. No pidamos, por tanto, que manejando estas cantidades el presupuesto del Estado pueda ejercer un impacto considerable sobre la econom¨ªa.
En todo caso, se puede aducir que siempre el Estado puede aumentar ciertos gastos o reducir los impuestos de forma significativa. Pero aqu¨ª tambi¨¦n los presupuestos de este a?o son bastante impotentes, a no ser que se quiera poner en peligro la sostenibilidad de las finanzas p¨²blicas a largo plazo. Ello es as¨ª porque todo el margen que daba el super¨¢vit del conjunto de las AAPP del 2,2% del PIB en 2007 se ha gastado en 2008, pues las diversas medidas y reformas de impuestos han restado unos 20.000 millones (un 2% del PIB) a la recaudaci¨®n. Si a ello le sumamos un cierto efecto expansivo por parte el gasto y, sobre todo, el efecto de los estabilizadores autom¨¢ticos, dicho super¨¢vit se habr¨¢ transformado en un d¨¦ficit del 1,5% del PIB.
El problema es que, debido a la ca¨ªda del PIB que cabe prever para el a?o pr¨®ximo (las previsiones del Gobierno de crecimiento del 1% son muy poco o nada probables), dichos estabilizadores podr¨ªan deteriorar el saldo de las AAPP en unos 2,5 puntos porcentuales del PIB, con lo que el d¨¦ficit podr¨ªa irse al 4% del PIB. Ante esto, el Gobierno del Estado (y es de esperar que los del resto de las AAPP) no ha tenido m¨¢s remedio que sacar las tijeras y reducir el aumento del gasto a la mitad de lo que ven¨ªa creciendo otros a?os, adem¨¢s de no deflactar la tarifa del IRPF con la inflaci¨®n. Aun as¨ª, cabe prever que el d¨¦ficit se sit¨²e el pr¨®ximo a?o no en el 1,9% previsto por el Gobierno, sino en torno al 3% del PIB, y con una tendencia creciente para los pr¨®ximos a?os. El efecto de la pol¨ªtica fiscal, incluyendo la acci¨®n discrecional de las AAPP y los estabilizadores autom¨¢ticos, ser¨¢ expansivo, como corresponde a la actual coyuntura, pero no tanto como para poner en peligro la sostenibilidad de las cuentas p¨²blicas a largo plazo. En definitiva, las previsiones macroecon¨®micas no hay por d¨®nde cogerlas, pero la orientaci¨®n de la pol¨ªtica fiscal es, a grandes rasgos, la correcta.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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