El fin del 'capitalismo de casino'
A la cuesti¨®n que sirve de t¨ªtulo a este art¨ªculo -y que se plantean hoy las conciencias de tantos ciudadanos- ha de anteponerse otra: ?de qu¨¦ clase de capitalismo estamos hablando? La respuesta es aparentemente sencilla: de la fase actual del capitalismo financiero y especulativo, tambi¨¦n llamada por algunos capitalismo de casino, que implica una teologizaci¨®n del mercado que le permiti¨® desenvolverse, en estos a?os de globalizaci¨®n descontrolada, sin reglas ¨¦ticas ni la menor preocupaci¨®n social ni ambiental. ?Una aut¨¦ntica locura!
Esa clase de capitalismo que cre¨ªa en una especie de mano invisible y en la autorregulaci¨®n del mercado ha desembocado, sin gloria alguna -y habr¨¢ que tomar conciencia de ello-, en la grav¨ªsima crisis financiera que Estados Unidos est¨¢ viviendo dram¨¢ticamente, que es la de un modelo que quisieron imponer al mundo. Crisis que est¨¢ teniendo hoy reflejos muy graves en Europa, en Rusia, en China y en otras regiones. Es mera cuesti¨®n de tiempo.
Llega la hora de replantearse una izquierda de amplia representaci¨®n social, sindical y ambiental
Con todo, parece que cuesta aceptar, incluso por parte de los principales responsables del origen de la crisis, hasta ahora impunes, que resulta fundamental cambiar el modelo econ¨®mico neoliberal para que Occidente no se precipite en una irremediable decadencia. Y juzgar y condenar a los culpables. Para que todo se resuelva, no basta con inyectar 700.000 millones de d¨®lares de dinero p¨²blico (o sea, de los contribuyentes) con el fin de salvar de la quiebra a bancos y aseguradoras, como Bush se propone hacer con su plan de emergencia -"para evitar", dice, "un colosal desastre"- y sin mostrar el menor sentido autocr¨ªtico.
En primer lugar, resulta dudoso que estas medidas puedan resolver el grav¨ªsimo problema estructural en el que se debate Estados Unidos. Y, en segundo lugar, la negociaci¨®n que se ha desatado en el Congreso se ha revelado extraordinariamente compleja y, pese a las mayor¨ªas conseguidas en ambas C¨¢maras, ha evidenciado la dificultad de alcanzar un consenso en la fase m¨¢s aguda de la campa?a electoral norteamericana. Y es que lo que est¨¢ en juego es si se tiene o no la lucidez y las fuerzas necesarias para cambiar el paradigma neoliberal seguido hasta ahora y para juzgar a los responsables de este desastre; o si, por el contrario, lo que tan s¨®lo se pretende es "cambiar algunas cosas para que todo siga igual", como dec¨ªa un personaje de Lampedusa, en su famosa novela El Gatopardo.
El capitalismo, desde el siglo XVI -el de los grandes descubrimientos-, ha pasado por varias fases: primero, comercial e industrial -en la ¨¦poca de la Revoluci¨®n Industrial-; despu¨¦s, tras la hecatombe que supuso la II Guerra Mundial -y dada la rivalidad del bloque comunista-, con la experiencia del New Deal estadounidense y de las socialdemocracias escandinavas surgi¨® un capitalismo de marcada dimensi¨®n social y pleno empleo, exigido por los compa?eros de los sindicatos y por las llamadas sociedades "del bienestar" de los "treinta a?os gloriosos" de la Europa de la posguerra.
Todo ello, sin embargo, empez¨® a ser puesto en cuesti¨®n con la llegada al poder de la se?ora Thatcher y, m¨¢s tarde, de Ronald Reagan. El colapso del comunismo (1989-1991) sent¨® las bases para el desarrollo de la teor¨ªa de la hegemon¨ªa y de la unilateralidad norteamericanas, que lleg¨® a su apogeo con George W. Bush y la ascensi¨®n de los neocons, ultraliberales en el plano econ¨®mico, para quienes el mercado -y el dinero- son ideales y valores supremos.
Empez¨® entonces la fase de la globalizaci¨®n neoliberal, sin regulaci¨®n alguna, de las fusiones de bancos y de las deslocalizaciones de empresas; de los grandes negocios bajo sospecha y de los esc¨¢ndalos financieros; de los para¨ªsos fiscales, del monstruoso crecimiento del d¨¦ficit de la deuda p¨²blica de Estados Unidos, soportado por la compra de t¨ªtulos del Tesoro americano a cargo de China, de Rusia y de los potentados del petr¨®leo de la zona del Golfo.
Pues bien, es esa fase de capitalismo de casino la que ahora ha llegado a su fin. ?Que seguir¨¢ ahora? Desgraciadamente, no se dan las condiciones internacionales que permitan presentar alternativas con un m¨ªnimo de consistencia. El retorno a modelos sociales y medioambientales parece estar imponi¨¦ndose. Es aqu¨ª donde vuelve a surgir la propuesta del socialismo democr¨¢tico o la socialdemocracia, siempre que est¨¦ regulado por principios ¨¦ticos y respete la econom¨ªa de mercado.
De repente, por todas partes, empiezan a o¨ªrse gritos de que ha llegado la hora de la izquierda. Pero, ?de qu¨¦ izquierda? Obviamente, de la izquierda reformista, con un amplia representaci¨®n sindical, social y ambiental, por m¨¢s que est¨¦ hoy algo desacreditada por haber pactado con el neoliberalismo en los ¨²ltimos a?os. Por esa raz¨®n, hay que replantearse la izquierda, como lo est¨¢n haciendo, por ejemplo, el SPD alem¨¢n y el PS franc¨¦s y acaso, en sordina, el laborismo ingl¨¦s. Pero mucho depende tambi¨¦n del resultado de las elecciones americanas y de esa victoria de Obama por la que toda la izquierda europea est¨¢ apostando.
Traducci¨®n de Carlos Gumpert.
M¨¢rio Soares es ex presidente y ex primer ministro de Portugal.
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