Obama acent¨²a su condici¨®n de favorito
McCain necesita una sorpresa o un brusco cambio para poder superar a su rival - El candidato dem¨®crata descarga en Bush toda la responsabilidad de la crisis
El reloj corre ya a gran velocidad en contra de John McCain. Transcurrido el tercer debate de esta campa?a -el segundo entre los candidatos a la presidencia- con poco que destacar m¨¢s que la solidez de Barack Obama ante los t¨ªmidos ataques de su rival, el aspirante republicano a la Casa Blanca est¨¢ ya necesitado de una sorpresa o un brusco cambio en las preocupaciones del electorado para destronar al senador dem¨®crata de su condici¨®n de favorito.
El debate celebrado en la noche del martes en la Universidad de Belmont, en Nashville (Tennessee), fue durante mucho rato aburrido y, en l¨ªneas generales, intrascendente, lo que habla mal de ambos candidatos en un momento en que los ciudadanos est¨¢n ansiosos de soluciones para la gigantesca crisis financiera. Ninguno ofreci¨® nada distinto a los t¨®picos tradicionales sobre los impuestos y la fe en un futuro mejor. Obama, probablemente, porque no quiere correr riesgos. McCain, porque est¨¢ pensando m¨¢s en dejar de hablar de econom¨ªa que en sacar partido de una materia en la que su rival tiene una clara ventaja ante la opini¨®n de los electores.
El aspirante conservador propuso que el Estado asuma las hipotecas 'basura'
"Necesitamos un plan de rescate de la clase media", pidi¨® el senador de Illinois
Pero no es un asunto f¨¢cil dejar de hablar de econom¨ªa en una situaci¨®n como la que vive este pa¨ªs y el mundo entero. Este ¨²ltimo debate, en el que las preguntas las formul¨® el p¨²blico presente y a trav¨¦s de Internet, lo demostr¨®. La primera ya fue referida a la crisis actual. McCain la atribuy¨® a la falta de una contundente actuaci¨®n bipartidista en el momento adecuado. Obama descarg¨® la responsabilidad en la pol¨ªtica equivocada de la Administraci¨®n de George Bush. "Esa pol¨ªtica", dijo Obama, "que ha permitido esta gran desregulaci¨®n con la promesa de que la prosperidad de los ricos gotear¨¢ hacia los de abajo, ha conseguido lo contrario, que la crisis de los de abajo ascienda hasta los de arriba".
"La situaci¨®n actual clama por una acci¨®n bipartidista. Yo tengo un claro expediente de bipartidismo, mientras que el senador Obama no se ha opuesto a los l¨ªderes de su partido ni en una sola ocasi¨®n", dijo McCain.
El senador republicano hizo la ¨²nica propuesta concreta -aunque de remota viabilidad- de la noche: que el Estado se haga cargo de todas las hipotecas basura y renegocie el precio de las viviendas afectadas. Un portavoz a?adi¨® posteriormente que eso costar¨ªa unos 300.000 millones de d¨®lares (220.000 millones de euros). McCain aprovech¨® esa oferta para marcar distancias con el actual Gobierno de su partido. "?sta es mi propuesta, no la del senador Obama ni la del presidente Bush", afirm¨®.
Las principales diferencias entre ambos candidatos se establecieron en el campo de los impuestos, aunque sin grandes sorpresas: McCain, alertando del enorme error que significa el deseo de Obama de aumentar tasas en un momento de crisis econ¨®mica; y Obama, negando esa subida y atribuyendo a su rival el prop¨®sito de reducir la presi¨®n fiscal sobre los m¨¢s ricos. "Necesitamos un plan de rescate de la clase media, lo que significa menos impuestos para ellos y ayudas con sus hipotecas", pidi¨® el senador de Illinois.
El debate estuvo precedido de una intensa campa?a de propaganda republicana focalizada en presentar a Obama como un extra?o al pueblo americano, como un radical oculto tras una fachada simp¨¢tica que, en realidad, pretende conducir a este pa¨ªs hacia el abismo izquierdista. ?sos eran los argumentos con los que, durante dos d¨ªas, la campa?a republicana hab¨ªa tratado de contrarrestar el consistente ascenso de Obama en las encuestas. Pero McCain no tuvo oportunidad -ni, probablemente, consider¨® adecuado- de traer esos argumentos al debate de Nashville. Ni siquiera cuando el p¨²blico pregunt¨® acerca de sus preocupaciones sobre la seguridad nacional.
McCain insisti¨® en que su rival hab¨ªa demostrado su juicio err¨®neo al criticar la estrategia en la guerra de Irak y su inocencia al anticipar que piensa actuar militarmente contra las c¨¦lulas de Al Qaeda en Pakist¨¢n. "En su breve carrera, Obama ha demostrado que no comprende los desaf¨ªos a nuestra seguridad nacional, y no tenemos tiempo de que aprenda", dijo el candidato republicano.
Obama contest¨® que esa acusaci¨®n resulta parad¨®jica en boca de un hombre que "ha bromeado con bombardear Ir¨¢n y que alent¨® a Bush a invadir Irak". "Es verdad que no entiendo algunas cosas de pol¨ªtica exterior", admiti¨®, ir¨®nicamente, el candidato dem¨®crata, "no entiendo por qu¨¦ invadimos un pa¨ªs que no tiene nada que ver con el 11-S".
Tampoco esa discusi¨®n, sin embargo, pas¨® de ser un cruce esperado de cr¨ªticas ya sabidas que no report¨® a McCain mayor beneficio electoral. Las encuestas de las cadenas CNN y CBS lo confirmaban: Obama gan¨® en ambas por una veintena de puntos.
Esto deja la carrera electoral, en el mejor de los casos, en el mismo punto en el que estaba antes de que empezase este segundo debate entre ambos; es decir, con ventaja de Obama en el c¨®mputo de encuestas nacionales y en los Estados que decidir¨¢n la suerte de estas elecciones, algunos de ellos tradicionales enclaves republicanos donde casi nunca ha ganado un candidato dem¨®crata: Florida, Ohio, Virginia, Colorado, Nevada, Carolina del Norte, Indiana, Wisconsin o Misuri.
Quedan a¨²n 26 d¨ªas y un debate presidencial -el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, en Nueva York- para revertir esa situaci¨®n. Pero, ciertamente, a McCain se le agota la munici¨®n. El efecto revitalizador de Sarah Palin desapareci¨® hace tiempo o ha quedado limitado a las bases conservadoras, con consecuencias contraproducentes entre el electorado moderado. Los asuntos relativos a la seguridad y la pol¨ªtica internacional, aquellos en los que la experiencia militar de McCain m¨¢s cuenta, ocupan un lejano segundo lugar entre las preocupaciones de los ciudadanos. Y los mercados financieros siguen recordando cada d¨ªa a la gente la necesidad de un cambio.
Hay que hablar suave, pero llevar un gran bast¨®n
POL?TICA EXTERIOR
McCain. Teddy Roosevelt dec¨ªa: Hay que hablar suave pero llevar un gran bast¨®n. Al senador Obama le gusta hablar fuerte. Dice que capturar¨¢ a Bin Laden. Yo s¨¦ c¨®mo hacerlo, pero no anunciar¨¦ mis planes, que es lo que hace ¨¦l.
Obama. Este hombre [McCain] cantaba Bombardear, bombardear, bombardear Ir¨¢n y pidi¨® aniquilar a Corea del Norte. No creo que ¨¦sos sean ejemplos de hablar suave.
McCain. Obama no entiende los desaf¨ªos de la seguridad. No hay tiempo para que aprenda.
Obama. Es cierto que hay cosas que no entiendo. Por ejemplo, c¨®mo acabamos en guerra con un pa¨ªs que no ten¨ªa nada que ver con el 11-S mientras Bin Laden y Al Qaeda creaban nuevas bases y planeaban nuevos ataques.
ECONOM?A Y LOBBIES
Obama. Dos tercios de los 300.000 millones de d¨®lares de recortes fiscales que propone McCain ir¨¢n a parar a las grandes empresas.
Les recortar¨¢ 700.000 d¨®lares anuales de impuestos a los ejecutivos mejor pagados.
McCain. Hubo un decreto energ¨¦tico en el Senado, impulsado por Bush y Cheney, lleno de caramelos y millones para las petroleras.
?Saben qui¨¦n lo ha votado? ?se de ah¨ª [Obama].
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