El mundo sombr¨ªo de Emmylou Harris
A su manera, ella es la ganadora de una carrera. Una carrera de obst¨¢culos: aunque resulte raro, Emmylou Harris (Alabama, 1947) no suena en las emisoras estadounidenses de country, que deber¨ªan ser su plataforma natural. Se r¨ªe sin mucha alegr¨ªa: "Los programadores han decidido que no tengo sex appeal". Pues est¨¢n en minor¨ªa: incluso con el pelo plateado, Emmylou resulta altamente atractiva. Para los m¨¢s peliculeros, parece una figura m¨ªtica, salida de alguna leyenda de los montes Apalaches. "Gracias, pero en la radio dicen que no tengo el perfil adecuado, que no llego al p¨²blico que quieren atraer. Que canto cosas demasiado tristes".
Pero ella sabe vencer. En Three chords and the truth, la aproximaci¨®n al country del periodista Laurence Leamer, se cuenta el final de una intensa gira europea de Emmylou Harris. Termin¨® muy deprimida en Madrid, bebiendo y lament¨¢ndose. El concierto se desarroll¨® en lo que para ella era un escenario horrible -la discoteca Aqualung- tras un viaje de pesadilla, aunque result¨® un triunfo: "Nunca hab¨ªan tocado estas canciones tan bien, tan libres; incluso en las baladas m¨¢s tristes estaba la alegr¨ªa de cantarlas tan exactamente, y en el country rock hab¨ªa puro j¨²bilo". Three chords and the truth tambi¨¦n retrata el desgaste emocional que, para Emmylou, supone actuar: "En todo caso, ser¨ªa mi culpa. Si de algo me enorgullezco es de buscar grandes canciones. Me siento atra¨ªda hacia las letras que hablan de sentimientos fuertes: la soledad, las rupturas amorosas, el envejecer, la proximidad de la muerte. Son asuntos que requieren mucha entrega. No puedo cantar cosas tipo 'bebamos unas copas antes de irnos a la cama'. ?No ser¨ªa convincente! Adem¨¢s, el alcohol me sienta muy mal...".
Gram Parsons constituye la sombra alargada en toda la obra de Emmylou, el cantante que le ense?¨® las claves del country, el chico dorado acelerando por su propia autopista perdida. El tono de Emmylou se hace solemne cuando habla de Gram: "Antes de conocerle, yo cantaba alg¨²n tema country pero lo hac¨ªa, me duele reconocerlo, con iron¨ªa. Pero cuando a?ad¨ª mi voz a la suya ocurri¨® algo m¨¢gico: encontr¨¦ que contaban historias eternas, de gente real. Y me enamor¨¦ de esta narrativa, que adem¨¢s te obliga a moderar tu expresi¨®n". "Los esfuerzos de Parsons para aproximar country y rock fueron recibidos con la mayor indiferencia; Emmylou decidi¨® recoger su antorcha y alzarla. "Nos dej¨® un cancionero extraordinario, que yo he ido racionando en mis discos. Adem¨¢s, es el prototipo de artista que no se pliega a lo que est¨¢ de moda. Luego, claro, descubr¨ª que tambi¨¦n hab¨ªa figuras similares en el country, como Willie Nelson". Al final, explica, lo que llaman estilo es un armisticio con las propias limitaciones: "Finalmente, soy una soprano folk que canta country. No soy una vocalista natural de country, como mi querida Dolly Parton. Me cost¨® entenderlo: cuando vine por primera vez a Nashville
[antes de tratar a Parsons], encontr¨¦ un rechazo inmediato: supongo que con mi melena y mi voz me creyeron una hippy. Pero yo no era nada de eso: sencillamente, no ten¨ªa dinero para vestirme de otra manera".
Fue la insistencia de Linda Ronstadt, m¨¢s que la leyenda de Gram Parsons, lo que logr¨® que fuera fichada por Reprise a mediados de los setenta: "Desde entonces, aparte de alg¨²n proyecto suelto, siempre he grabado para diferentes sellos de Warner. ?Soy una superviviente! Ha habido conflictos: recuerdo que se horrorizaron cuando les habl¨¦ de hacer Roses in the snow, mi aproximaci¨®n al bluegrass, que luego result¨® uno de mis discos m¨¢s vendidos".
Frente a su reputaci¨®n de disidente, debe constar que Emmylou ha cumplido con muchos de los actos de pleites¨ªa a la tradici¨®n: aparte de su disco rural, hizo un disco navide?o (Light in the stable), una colecci¨®n de gospel (Angel band) o un directo en un lugar sagrado (At the Ryman). Sin embargo, parte de Nashville la considera una intrusa. Puede ser debido a que figuras for¨¢neas como Neil Young, Elvis Costello o Mark Knopfler requieren regularmente su voz angelical: "Soy buena haciendo armon¨ªas, no tengo otra explicaci¨®n. El secreto est¨¢ en identificarte con la letra y acariciar la melod¨ªa: la canci¨®n te llevar¨¢ adonde sea necesario".
As¨ª que Emmylou Harris tiene una obra rica y variada, lo que requiere recopilaciones ambiciosas. Aparte de sus dos vol¨²menes de duetos, Singin' with Emmylou, en 1996 sac¨® un triple, Portrait. Ha complementado aquella caja con el reciente Songbird, con cuatro CD y un DVD: "?se es el retrato alternativo, mi cara B. No hay grandes ¨¦xitos pero s¨ª est¨¢n muchas de mis experiencias musicales m¨¢s satisfactorias. No s¨¦, las grabaciones en tr¨ªo con Dolly y Linda. Me gusta grabar con chicas, aunque no tengan voces country, como Chrissie Hynde o Sheryl Crow. Creo que los artistas de rock tienen m¨¢s respeto por el country que al rev¨¦s".
All I intended to be, su nuevo disco, la re¨²ne con su segundo marido, el productor Brian Ahern. No ha sido un planteamiento fr¨ªo, un busquemos-la-f¨®rmula-del-¨¦xito. "Musicalmente, siempre nos entendimos. He trabajado con productores muy dram¨¢ticos, como Daniel Lanois, que convierten cada d¨ªa de grabaci¨®n en una aventura. Con Brian, sab¨ªa que cuidar¨ªa mi voz y que entender¨ªa lo que quiero hacer. No, no me parece extra?o trabajar con mi ex. ?l y yo hemos aprendido mucho sobre la vida en estos a?os". -
All I intended to be (Nonesuch) y Songbird (Rhino) son distribuidos en Espa?a por Warner Music. www.emmylou.net/ Three chords and the truth: Behind the scenes with those who make and shape country Music. Laurence Leamer. HarperTorch, 1998. 672 p¨¢ginas.
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