El in¨¦dito que Henri Bergson nunca escribi¨®

De Bergson se ha escrito: "Ese fil¨®sofo del siglo XX participa, modestamente pero con claridad, en el di¨¢logo que comenz¨® hace veinticinco siglos entre Zen¨®n de Helea y Her¨¢clito". Ahora, del fil¨®sofo franc¨¦s (Par¨ªs, 1859-1941) se publica el curso que imparti¨®, entre 1892 y 1893, en el instituto Henry-IV. Se trata de un texto sobre cuestiones de psicolog¨ªa que anticipa lo que desarrollar¨¢ luego, en 1897, en Mati¨¨re et memoire. Essai sur la r¨¦lation du corps ¨¤ l'esprit. No es, en el sentido estricto, un libro de Bergson, porque no lo redact¨® ¨¦l, pero s¨ª lo es porque en ¨¦l encontramos su estilo, sus ideas y la claridad expositiva propia del autor.

Un alumno -Louis Debibour- tom¨® notas del curso de Bergson. ?Son fiables? S¨ª, porque han podido ser contrastadas con las tomadas, de manera fragmentaria, por otros dos alumnos y las diferencias son m¨ªnimas. Bergson dec¨ªa que preparaba sus cursos a partir de un breve esquema y luego dejaba que su mente desarrollara en directo sus razonamientos. Hablaba despacio y de manera ordenada. El libro que se publica ahora -Cours de psychologie de 1892-1893 au lyc¨¦e Henry-IV- aparece en la peque?a editorial S?HA, en la colecci¨®n Anecdota dedicada a textos in¨¦ditos "que alimentan la historia de las ideas".

?Por qu¨¦ ha permanecido olvidado el curso durante tantos a?os? ?Qui¨¦n y c¨®mo lo ha rescatado? El alumno Debidour, a su vez, tambi¨¦n fue profesor de instituto pero muri¨® joven, en 1917, en plena I Guerra Mundial. Y no es hasta hace muy poco tiempo que Sylvain Matton, el director de la colecci¨®n Anecdota, descubre una venta, v¨ªa Internet, de documentos antiguos. Entre ellos figuraban los apuntes de Debidour, unos apuntes que corresponden, tal y como ha escrito Roger-Pol Droit en Le Monde, "a esa ¨¦poca en que los profesores hablaban como libros y los alumnos anotaban como escribas". Eso confiere una aparente sencillez a las tesis y conclusiones. La definici¨®n de "hecho psicol¨®gico" comporta tiempo pero no espacio. La noci¨®n misma de hombre, que Bergson inscribe siempre en su famosa dur¨¦e, se ve implicada pero sin que haya confusi¨®n con "los acontecimientos trascendentes de los que se ocupa la metaf¨ªsica que estudia el alma". Para Bergson es fundamental no salir ni del tiempo ni de lo sensible, distinguir entre hechos y fen¨®menos. La relaci¨®n de temas abordados -"el placer y el dolor", "la sensaci¨®n", "el sentimiento", "las inclinaciones", "las pasiones" o, m¨¢s adelante, "los signos y el lenguaje", "la imaginaci¨®n" o "el genio"- permite hacerse una idea del alcance de este curso impartido hace 115 a?os y milagrosamente rescatado para volver a ser actual.

Considerado como la principal inteligencia de su tiempo, a Bergson le preguntaban sobre cualquier asunto. Por ejemplo, sobre la Bolsa... tema tan de actualidad. "La Bolsa es un juego peligroso: hoy ganas y ma?ana pierdes. Yo s¨®lo jugar¨ªa uno de cada dos d¨ªas", concluy¨® ante el periodista que cometi¨® la temeridad de preguntarle.

Bergson escribi¨® un libro sobre la risa. "Hay quienes definen al hombre como un animal que r¨ªe. Con igual exactitud podr¨ªan decir que es un animal del que nos re¨ªmos... el ¨²nico medicamento eficaz contra la vanidad es la risa y la ¨²nica falta risible es la vanidad".