Grandmaster Flash, r¨¢pido y 'cool'
El legendario 'dj' y pionero del 'hip-hop' act¨²a en Madrid
De la curiosidad a la leyenda: "Cuando era ni?o, los surcos de pl¨¢stico de los discos me parec¨ªan peque?os t¨²neles. Y me preguntaba c¨®mo pod¨ªan llevar m¨²sica dentro". Joseph Saddler (Barbados, 1958), alias Grandmaster Flash, recuerda bien el primer eslab¨®n de su trayectoria como mago de los platos. Dj m¨ªtico, pionero del hip-hop con sustancia social y l¨ªder en los ochenta del ¨²nico grupo de rap admitido en el Sal¨®n de la Fama: Grandmaster Flash & the Furious Five. "No me gusta la nostalgia, prefiero mirar adelante. Todav¨ªa hago buena m¨²sica y la disfruto. Y no quiero ser considerado mero folclor", advierte antes de actuar (hoy, 20.30) en la sala Joy Eslava.
Saddler no a?ora, pues, sus tiempos de pinchadiscos prodigio en el Bronx neoyorquino, donde creci¨®. Cualquier parque y un poco de electricidad pirateada serv¨ªan para su espect¨¢culo. Hasta que la polic¨ªa cortaba la corriente. No fue la ¨²nica actividad de adolescencia: "Mi madre me mand¨® a una escuela de electr¨®nica porque ella y mis hermanas acabaron hartas. Desmontaba todos los aparatos: del est¨¦reo a la lavadora, pasando por el secador".
'Rappers delight' inspir¨® lustros despu¨¦s el 'Aserej¨¦' de las Ketchup
A Grandmaster Flash se le deben varias t¨¦cnicas en el manejo de los dj convertidas luego en universales, como el cutting (cambiar de plato sin perder el ritmo) o el scratching: "Invent¨¦ una ciencia a la que llam¨¦ teor¨ªa de la mezcla r¨¢pida. Me di cuenta de que se pod¨ªa tocar el vinilo y hacer cosas con ¨¦l, algo in¨¦dito entonces. Un d¨ªa decid¨ª poner cuatro dedos sobre un disco y, mientras lo sosten¨ªa, moverlo hacia atr¨¢s y hacia delante. No pude evitar una exclamaci¨®n".
Consciente de que los platos pod¨ªan ser empleados como instrumento musical, Saddler incorpor¨® a un amigo para que rapeara sobre sus creaciones. La compa?¨ªa vocal se ampli¨® hasta cinco. Y ya con The Furious Five, el primer ¨¢lbum consisti¨® en un collage formado por fragmentos de Queen, Chic y Blondie. "Eran tiempos sin fronteras ni barreras estil¨ªsticas entre escenas diferentes", aclara Saddler. Con The message, primer disco en el que el pavoneo festivo del hip-hop dejaba paso a la reivindicaci¨®n social, Saddler y sus muchachos conocieron el ¨¦xito, dentro del sello Sugar Hill. All¨ª ya se hab¨ªa producido el despegue comercial del g¨¦nero gracias a Rapper's delight, hit que lustros despu¨¦s inspirar¨ªa el Aserej¨¦ de las Ketchup. "?Es el hip-hop el folk de nuestro tiempo? M¨¢s que eso: un estilo que abarca todas las m¨²sicas, el m¨¢s completo", reflexiona.
Flash llega a Madrid armado con su Traktor Scratch: "Un programa que sirve para no viajar con 2.000 discos. Se cargan en el ordenador y se pinchan con dos platos capaces de leer la informaci¨®n". Inmerso en una carrera en solitario estrena disco, The Bridge, en su propio sello. Y proclama lo que nos espera en vivo: "Viejas y nuevas melod¨ªas, funk, soul, hip-hop, cl¨¢sica, ¨®pera... T¨² lo llamas como quieras, yo lo pincho".
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