"El bipartito no ha servido para parar la ca¨ªda del gallego"

En la cuenta atr¨¢s hacia las elecciones, el bipartito se enfrenta a meses de convivencia a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. A sabiendas de las tensiones que se avecinan, el n¨²mero dos de la Xunta y ya candidato a la Presidencia por el BNG elude las cr¨ªticas a sus socios y se ceba en el PP. A los insatisfechos con el cambio, Anxo Quintana (Allariz, 1959) pide otros cuatro a?os para despegar: "Galicia necesita m¨¢s de lo que le dimos y s¨¦ que es posible".

Pregunta. Promete a la militancia que en las elecciones lograr¨¢ los mejores resultados de la historia del BNG. ?No ha puesto el list¨®n un poco alto?

Respuesta. La suerte favorece a los audaces y creo que estamos en condiciones de conseguirlo. El nacionalismo est¨¢ en el mejor momento de su historia. La militancia est¨¢ muy ilusionada y hay sectores de la sociedad gallega que nunca miraron para el nacionalismo y que ahora lo tienen como proyecto pol¨ªtico de referencia.

"En la cofrad¨ªa de los que quieren m¨¢s cambio, soy el capell¨¢n mayor"

"No planteamos una intervenci¨®n en las cajas, s¨®lo coordinaci¨®n"

P. Tambi¨¦n sent¨ªa lo mismo en la campa?a de las municipales pero no se cumpli¨® del todo.

R. Esta aspiraci¨®n de ahora es continuaci¨®n de una l¨ªnea ascendente. Cada mes que pasa, tenemos m¨¢s fiabilidad y la crisis est¨¢ sirviendo para que haya importantes sectores que se den cuenta de que las propuestas que el BNG hizo siempre en materia econ¨®mica y en desarrollo industrial eran ciertas y son las que ahora todo el mundo plantea como necesarias.

P. ?Teme una desmovilizaci¨®n del electorado que vot¨® en 2005 para pasar p¨¢gina al fraguismo?

R. La gente que vot¨® al BNG hace tres a?os tiene el doble de razones para volver a hacerlo. Y hay mucha gente que se abstuvo o vot¨® a otras fuerzas que ahora tiene razones poderosas que hace tres a?os le faltaban.

P. ?Qu¨¦ razones son esas?

R. Hace tres a?os sal¨ªamos de un proceso de transici¨®n que sirvi¨® para desmovilizar a parte de nuestro electorado. El BNG en el Gobierno era un proyecto y hoy es una realidad. Hemos constatado que esas propuestas en las que cre¨ªamos en el plano te¨®rico tienen viabilidad en la pr¨¢ctica y son una soluci¨®n de futuro.

P. ?Se avanz¨® algo en la normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica?

R. Se tuvieron buenas intenciones pero no sirvieron para parar el proceso de minoraci¨®n del gallego que se sufre desde hace muchos a?os. Lo triste ha sido comprobar que ha habido alguna fuerza pol¨ªtica dispuesta a organizar campa?as en contra del gallego. El PP ha abanderado posiciones que hacen de la mentira una bandera, que dicen que en Galicia los perseguidos son los que hablan castellano.

P. Pero el PP no est¨¢ en el Gobierno. Si la normalizaci¨®n no avanza, ser¨¢ culpa del bipartito.

R. En la acci¨®n de gobierno hubo buena intenci¨®n, aunque seguro que se pudieron mejorar las actuaciones. Pero depende tambi¨¦n de conseguir complicidades sociales que permitan que el uso del gallego sea real y efectivo. El Gobierno tiene que actuar con mayor energ¨ªa y eficacia pero necesitamos la complicidad de todas las fuerzas y que el PP no se dedique a poner palos en las ruedas.

P. ?Qu¨¦ va a hacer con este tema si repite en el Gobierno?

R. Hay ¨¢reas del Gobierno que precisan de un compromiso transversal. La normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica no puede ser responsabilidad de un departamento concreto, debe ser una acci¨®n del Gobierno en su conjunto. Queremos que en la pr¨®xima legislatura sea el Gobierno en su conjunto el que se comprometa con ella.

P. ?Que la Secretar¨ªa de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica deje de depender de Presidencia?

R. La secretar¨ªa puede existir, pero o hay un compromiso transversal en todo el Gobierno o el proceso de normalizaci¨®n ser¨¢ dif¨ªcil.

P. ?Quiere el Bloque m¨¢s voz en la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica?

R. No, queremos que la tenga el conjunto del Gobierno, porque si la tenemos s¨®lo nosotros tampoco servir¨¢ de nada. Hay que implicar a toda la sociedad y desactivar posturas partidistas como la del PP, a quien no le importa maltratar el gallego con tal de intentar pescar en alg¨²n caladero electoral que, por otro lado, es bastante minoritario.

P. ?Proteg¨ªa m¨¢s el gallego Fraga que Feij¨®o?

R. Por lo menos hac¨ªa una cosa que en pol¨ªtica a veces se agradece, que es saber estar callado.

P. ?Se recupera el gallego entre los ni?os de hasta tres a?os que est¨¢n en galescolas?

R. Para m¨ª son el proyecto m¨¢s hermoso y emotivo. Es una satisfacci¨®n que la mayor¨ªa de los padres que llevan a sus hijos a las galescolas sean castellanohablantes, orgullosos de que sus hijos tengan la oportunidad de recibir sus primeras clases en el idioma de sus abuelos. ?se es el camino de normalizaci¨®n, el de la seducci¨®n y el convencimiento con esos ciudadanos que hablan en castellano pero que tienen sentimientos positivos hacia el gallego.

P. ?Qu¨¦ cambi¨® en la industria con el BNG?

R. Por primera vez la Xunta hace una apuesta por la econom¨ªa productiva. El empresariado ya sabe que el nacionalismo es algo m¨¢s que aquello que le contaban, es la defensa de la identidad y tambi¨¦n la creaci¨®n de bienestar, para la que hay que contar con el empresariado.

P. ?Se est¨¢ abriendo el nacionalismo gallego a la burgues¨ªa?

R. La burgues¨ªa empieza a ver el proyecto pol¨ªtico nacionalista no como un enemigo, sino como un posible aliado.

P. ?Le han ganado la partida a los socialistas en la seducci¨®n al empresariado?

R. No era nuestro objetivo competir con el partido socialista en esto, pero ellos ya ten¨ªan experiencia de gobierno y el empresariado pod¨ªa valorarlos. A nosotros no nos conoc¨ªan y es l¨®gico que seamos la novedad.

P. Con los alcaldes ha tenido usted sus m¨¢s y sus menos. Ha tenido que renunciar a exigirles por ley que destinen un determinado porcentaje de sus presupuestos a servicios sociales.

R. No he tenido disputas con los alcaldes por los servicios sociales, s¨®lo alguna discrepancia puntual. Lo que ha habido es una disputa partidista de algunos alcaldes que se vieron obligados a desempe?ar un papel, pero en la relaci¨®n institucional desapareci¨®.

P. Quiere crear el Sergas de los servicios sociales. ?C¨®mo se va a financiar algo as¨ª?

R. La Lei de Servizos Sociais tiene mecanismos para asegurar su efectividad. Contiene la orientaci¨®n para que en los pr¨®ximos seis a?os las administraciones reserven al menos el 7% de sus presupuestos a este ¨¢mbito. Da igual ponerlo de forma taxativa en la ley o como una recomendaci¨®n, porque van a ser los ciudadanos los que les reclamar¨¢n a los alcaldes que dediquen ese dinero. Ning¨²n ayuntamiento se va a quedar sin red p¨²blica de servicios sociales por razones econ¨®micas, pero es l¨®gico que le reclamemos a todos que antes de contratar una orquesta para las fiestas se acuerden de si tienen o no a una trabajadora social bien remunerada.

P. A lo mejor los ciudadanos le van a reclamar a usted y no a los ayuntamientos. Se est¨¢n creando muchas expectativas.

R. Gobernar es eso y a quien le d¨¦ miedo que se dedique a otra cosa. ?Que abrimos expectativas? Prefiero gente ilusionada, cr¨ªtica y exigente que vencida y doblada a la idea de que los servicios sociales son una caridad que el Gobierno les da. No quiero un pa¨ªs atado de pies y manos, sino uno en libertad que exija, critique y reclame.

P. Ya tiene dentro y fuera del BNG a gente cr¨ªtica a la que no le llega el cambio.

R. En esa cofrad¨ªa de los que quieren m¨¢s cambio, me apunto a capell¨¢n mayor. No estoy contento con el cambio, Galicia necesita m¨¢s del que le dimos en estos tres a?os. Tengo m¨¢s datos y conocimiento para saber que es posible, pero en esta vida nada se hace en dos d¨ªas. En estos tres a?os hemos puesto en marcha instrumentos para modificaciones estructurales.

P. ?Ya ha hablado con las cajas de ahorros sobre su propuesta de una nueva Lei de Caixas?

R. Con alg¨²n representante s¨ª y no los veo preocupados. No tienen por qu¨¦ estarlo. No ser¨¢ una ley contra las cajas, s¨®lo faltar¨ªa. Pretendo un marco legal pactado con ellas para asegurar por ley que se coordinen con el Gobierno en la promoci¨®n de la econom¨ªa productiva. No planteamos una intervenci¨®n para convertirlas en un ap¨¦ndice del Gobierno. La ley no se va a limitar a establecer cu¨¢ntos puestos le corresponden a la Xunta en el consejo de administraci¨®n. El Gobierno debe definir objetivos econ¨®micos y las entidades financieras lo deben acompa?ar, obligadas por ley.