El BNG mantiene conversaciones con las cajas para modificar la ley
Los nacionalistas quieren nuevos criterios de inversi¨®n y de representaci¨®n
Con la crisis encima, Anxo Quintana est¨¢ ahora m¨¢s decidido que nunca a cambiar el modelo por el que se rigen las cajas de ahorro gallegas. El programa de gobierno con el que concurri¨® a las elecciones de 2005 mencionaba que estas entidades "han acentuado el car¨¢cter especulativo de sus actividades", y que "se est¨¢n desvinculando de sus compromisos de financiaci¨®n de las pymes y actuando como deslocalizadoras del ahorro nacional". El pasado domingo, tras ser elegido candidato a la presidencia de la Xunta, Quintana rescat¨® el plan ante 1.500 delegados de la formaci¨®n como su "arma" ante la crisis financiera. "Defendemos una econom¨ªa con ra¨ªces", afirm¨® Quintana. "Ahora que se habla de la situaci¨®n de los mercados, ¨¦ste es el mejor momento para crear un sistema financiero en Galicia a favor de la econom¨ªa productiva", explic¨®.
Carlos Aymerich se ha reunido ya con Caixanova y Caixa Galicia
El Bloque pretende que el Parlamento est¨¦ representado en los consejos
Tarde ya para concretar un proyecto en lo que queda de legislatura, la formaci¨®n quiere allanar el camino para poner la reforma en marcha si las urnas les otorgan competencias de gobierno. Aunque el vicepresidente Anxo Quintana ha mantenido "alg¨²n contacto", el trabajo lo est¨¢ haciendo el portavoz nacionalista Carlos Aymerich, que se ha reunido con Caixa Galicia y Caixanova para plantear las demandas nacionalistas. El proyecto pivota en dos cuestiones fundamentales: un cambio en la estructura de poder de las cajas que d¨¦ entrada a los partidos representados en el Parlamento gallego, y una nueva definici¨®n de la "obra social" que limite la discrecionalidad de las inversiones que realizan. Aymerich argumenta que han alcanzado una dimensi¨®n "supralocal" y que, aunque se mantenga la representaci¨®n de los ayuntamientos, en sus ¨®rganos de gobierno "deber¨ªan estar tambi¨¦n los poderes p¨²blicos gallegos".
"Las cajas tienen que trabajar en la idea de pa¨ªs", se?ala Aymerich, que rechaza que la suya sea una puerta abierta a una mayor politizaci¨®n de los consejos: "Tienen que apostar por invertir en Galicia y de eso se dan cuenta sus actuales dirigentes". La ¨²ltima modificaci¨®n de regulaci¨®n por la que se rigen se llev¨® a cabo hace apenas tres a?os, cuando se aprob¨® el decreto que refunde las leyes de 1985 y del 1996. Los ayuntamientos, las diputaciones y entidades locales de inter¨¦s general copan la mayor¨ªa de los puestos en la asamblea, el ¨®rgano supremo de gobierno de las cajas. Los impositores pueden llegar a tener hasta el 40% de los consejeros y el personal fijo de plantilla, entre el 5% y el 15%.
Las entidades aludidas no parecen estar preocupadas por el planteamiento del BNG. Ambas dicen que sus relaciones con los nacionalistas son "fluidas" y, a falta de un planteamiento concretado en un borrador, se muestran partidarias de asumir cambios. M¨¢s dif¨ªcil lo tiene el Bloque con su socio de gobierno. De hecho, la formulaci¨®n de una ley de cajas fue uno de los temas que m¨¢s dificultaron el acuerdo del bipartito. El texto rubricado por Emilio P¨¦rez Touri?o y Anxo Quintana el 23 de junio de hace tres a?os no hace ninguna menci¨®n expresa al tema, aunque de manera velada, menciona que "se acordar¨¢n mecanismos para el fomento de la funci¨®n dinamizadora que desarrollan las cajas y se asegurar¨¢ la representatividad de la participaci¨®n social".
Para el BNG en esta frase est¨¢ el compromiso para poner en marcha el proyecto, que tendr¨ªa que gestarse en Econom¨ªa, una de las conseller¨ªas dirigidas por el PSdG. Lejos de eso, en el departamento que dirige Jos¨¦ Ram¨®n Fern¨¢ndez Antonio no han movido ni un papel en esa direcci¨®n. S¨ª, en cambio, han suscrito acuerdos con la Federaci¨®n Galega de Caixas de Aforro para fijar las l¨ªneas maestras para el destino de los fondos de la obra social de estas entidades. Las cajas han invertido cerca de 350 millones de euros para fines sociales en los ¨²ltimos tres a?os.
En Andaluc¨ªa, Manuel Chaves se enfrent¨® a finales de los a?os noventa con la oposici¨®n en la Junta (PP e Izquierda Unida) y con el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar por una iniciativa similar. Su anteproyecto de ley de cajas fue tachado de intervencionista por reservar para la Junta de Andaluc¨ªa la d¨¦cima parte de los consejeros de las cajas de ahorro en detrimento de ayuntamientos, empleados e impositores. El PP sostuvo que Chaves conceb¨ªa las cajas de ahorro como una v¨ªa para el "reparto de sillones, prebendas y poder" y se arrogaba competencias ajenas. Finalmente fue aprobada con modificaciones sustanciales, pero se mantuvo el aumento de representantes en los ¨®rganos de gobierno y se dio un giro a la obra social.
Las cajas de ahorros espa?olas se definen como entidades de cr¨¦dito bajo la forma jur¨ªdica de fundaciones de naturaleza privada, con fin social y actuaci¨®n bajo criterios de mercado, aunque revierten un porcentaje de sus beneficios a la obra social. En los ¨²ltimos meses, la Confederaci¨®n de Cajas de Ahorro ha elevado al Gobierno la petici¨®n de que se limite a la mitad la representaci¨®n p¨²blica en sus ¨®rganos rectores.
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