?Se muere Madrid?
Madrid es un cuerpo en continua mutaci¨®n. Var¨ªa su fisonom¨ªa, se alteran sus colores, su relieve, su densidad... Sin darnos cuenta asumimos que la ciudad no es la misma de ayer ni se parecer¨¢ a la de ma?ana. Entendemos su condici¨®n org¨¢nica, casi humana, no le podemos recriminar su metamorfosis, pues sus inquilinos tambi¨¦n cambiamos con ella, en ella, pero entonces ?por qu¨¦ asumir que, al contrario que nosotros, vivir¨¢ para siempre?
Lo m¨¢s probable es que la existencia de este asentamiento mesetario a la vera de un r¨ªo dure otros tantos miles de a?os, pero es innegable que a lo largo de nuestra estancia en esta metr¨®poli la vemos morir poco a poco. Al menos presenciamos c¨®mo se desvanece nuestro Madrid, el que aprendimos a querer y a maldecir durante un mismo sem¨¢foro en rojo.
S¨®lo cinco de los 55 comerciantes del Mercado de Fuencarral han aceptado trasladarse a la costa
Aparecer¨¢ un nuevo complejo de comercios 'in' que se complemente con ofertas culturales y de ocio
Para los japoneses y para la Comunidad la identidad de la ciudad son sobre todo sus museos, sus monumentos y el Real Madrid. Pero para los inquilinos de la capital, Madrid son los bares, los cines, los teatros, las salas de conciertos y las buenas tiendas. Y mientras El Prado recibe las mejores exposiciones del mundo, la Cibeles se engalana de banderas con las visitas de Estado y el Bernab¨¦u instala calefacci¨®n en las gradas, peligra el teatro Alb¨¦niz, cierra el Palacio de la M¨²sica, la sala Aqualung y, ahora, echa el candado otro s¨ªmbolo de modernidad de la ciudad: el Mercado de Fuencarral.
Ram¨®n Matoses, el propietario del centro comercial, ha recibido una oferta, imagino que una propuesta irrechazable dados los tiempos que corren, as¨ª que ha decidido correr ¨¦l con el dinero y vender el espacio. Matoses ya les ha dicho a los comerciantes que tienen hasta el 15 de enero para desvalijar sus tiendas de ropa, de complementos, sus peluquer¨ªas, sus estudios de tatuaje e irse a otra parte. ?l propone Valencia.
All¨ª se va a trasladar el mercado m¨¢s imaginativo y vanguardista de Madrid. Como si fuese un bons¨¢i o la franquicia de un equipo de la NBA, en unos meses el Mercado de Fuencarral se transplantar¨¢ a un espacio de 19.000 metros cuadrados en el centro de Valencia llamado tambi¨¦n Mercado de Fuencarral. Siguiendo el impulso alternativo del ¨¢rea madrile?a y su aire fashion, en Valencia a los 70 locales les van a a?adir unos cines en versi¨®n original donde proyectar pel¨ªculas checas, terrazas y cafeter¨ªas que ofrezcan capuchinos.
El interior del edificio valenciano reproducir¨¢ el centro comercial primigenio: una enorme galer¨ªa circular, techos abiertos, acero, cristal, cajas de luz y pintura metalizada. No basta con que las ciudades sean invadidas por las grandes cadenas de ropa, que las calles del mundo se transformen poco a poco en la misma avenida estampada de tiendas globales e id¨¦nticas, sino que ahora la originalidad de un centro comercial (aunque parezca un imposible) tambi¨¦n es convertida en una sucursal, en un objeto que calcar y exportar como si fuera un Starbucks.
De momento, s¨®lo cinco de los 55 comerciantes del Mercado de Fuencarral han aceptado trasladarse a la costa. El problema es que ning¨²n madrile?o lo har¨¢, al menos no para seguir comprando en uno de los pocos complejos destacables de la Villa. Matoses asegura que no le ha vendido el local a Inditex; tampoco es un consuelo. Con el cierre del Mercado de Fuencarral se muere una parte genuina de Madrid. Es cierto que en los ¨²ltimos a?os no s¨®lo el Mercado, sino las tiendas de Fuencarral (la calle es hoy la quinta m¨¢s cara de la capital, por detr¨¢s de Preciados, Serrano, Goya y Ortega y Gasset) hab¨ªan perdido su aire indie.
Hace 10 a?os, cuando el mercado se puso en marcha y propuls¨® la revitalizaci¨®n del entorno, los negocios de verdad ofrec¨ªan ropa de segunda mano sugerente y barata. Hoy el lugar es un centro cool con prendas de marca y precios elevados, pero al menos presenta una moda rompedora y descarada; sigue siendo la mejor propuesta alternativa de la ciudad.
Pero Madrid se repondr¨¢, su metabolismo superar¨¢ la p¨¦rdida y engendrar¨¢ otro foco de tendencias punteras. Esta metr¨®poli tiene una asombrosa capacidad de regeneraci¨®n. Dentro de nada aparecer¨¢ un nuevo complejo de comercios in que adem¨¢s se complemente con diversas ofertas culturales y de ocio igualmente selectas. Con un poco de suerte, el a?o que viene nos traen una r¨¦plica del Fuencarral valenciano.
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