Oliver Stone retrata a Bush como un mero t¨ªtere de su padre
La cr¨ªtica estadounidense tacha de "fallido" el 'biopic' sobre el presidente
Hace cuatro a?os Fahrenheit 9/11 y Michael Moore demostraron, muy a su pesar, que una aguda pel¨ªcula, -y aquel documental sin duda lo era- no tiene ning¨²n poder real para cambiar el rumbo de unas elecciones. Oliver Stone quiz¨¢s hubiera a?adido alg¨²n voto al cesto dem¨®crata si hubiera estrenado entonces el filme W pero su ficcionado biopic sobre George W. Bush llega a las pantallas estadounidenses tarde -ma?ana- respecto a aquellas elecciones y en palabras de varios cr¨ªticos, demasiado pronto para analizar su figura con claridad.
"Es un melodrama tejano", dice la revista 'Hollywood Reporter'
No hay duda de que a los republicanos militantes no les har¨¢ ninguna gracia ver a Josh Brolin (encarnaci¨®n viva y brillante de Bush) recorrer el pasado de ni?ato de su comandante en jefe, con sus borracheras de juventud, sus crisis de identidad, sus muchos trabajos dejados a medias -?qui¨¦n soy? ?qu¨¦ quiero ser de mayor?- y su iluminaci¨®n religiosa, que Stone hace coincidir con una ma?ana de resaca insoportable. Pero el problema, seg¨²n apuntan los cr¨ªticos, es que el tercer filme en el que Stone retrata a un presidente estadounidense, simplemente, no es buen cine. "JFK puede que fuera una pel¨ªcula m¨¢s irresponsable porque suger¨ªa teor¨ªas dudosas sobre el asesinato de Kennedy pero a nivel cinematogr¨¢fico era mucho m¨¢s arriesgada y satisfactoria, al igual que lo fue Nixon", afirma la revista Newsweek.
Todd McCarthy, de Variety, la tacha de "excesivamente convencional, sobre todo estil¨ªsticamente", algo que probablemente se deba a la velocidad con que Stone ha hecho este filme -comenz¨® a rodarlo en mayo- porque estaba empe?ado en estrenarlo antes de las elecciones y as¨ª -ingenuidad de artista- influir en el resultado electoral. "Puede que se estrene en un buen momento pero no promete un buen rato de entretenimiento. Stone omite el robo de las elecciones de 2000 (en las que Bush gan¨® la presidencia frente a Al Gore), se para justo antes de las de 2004 y nos ahorra su segundo mandato pero aun as¨ª es dif¨ªcil de aguantar. Culpo a la historia m¨¢s que a Stone: es una pena que cuando el cineasta se puso a contemplar la naturaleza del orgullo imperial hace cuatro a?os los dioses decretaran que ten¨ªa que soltarnos Alexander en vez de esto. Quiz¨¢s entonces W s¨ª que hubiera servido para algo", clama el semanal Village Voice.
La pel¨ªcula alterna escenas de la juventud de Bush con otras de su primer mandato como presidente. En concreto, ofrece diversas reinterpretaciones de las reuniones de Bush con sus ministros y en las que se desgranan c¨®mo se cocin¨® la invasi¨®n de Irak.
Hay personajes m¨¢s logrados que otros, como el maquiav¨¦lico vicepresidente Dick Cheney, cre¨ªble en los pa?os del actor Richard Dreyfuss, aunque otros, como Condoleezza Rice (Ellen Burstyn) fallan por exceso de caricaturizaci¨®n. "Las pel¨ªculas que intentan recrear eventos demasiado recientes corren el riesgo de convertirse en Saturday night live", apunta David Ansen en Newsweek.
Stone ha optado por hacer un retrato del presidente particularmente ed¨ªpico: toda su vida ha sido un intento continuo de cumplir las expectativas de Bush papi (as¨ª le llama Bush hijo en el filme) y le exonera en gran parte de su responsabilidad hist¨®rica. "No se trata de una pel¨ªcula pol¨ªtica, sino de una pel¨ªcula sobre un hombre que se meti¨® en pol¨ªtica y no deber¨ªa haberlo hecho", afirma el cr¨ªtico de Hollywood Reporter. "Stone quer¨ªa una tragedia griega pero lo que consigue es melodrama tejano", concluye la revista.
Babelia
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