Fusiones prudentes
El Gobierno toma la iniciativa pol¨ªtica en caso de que sean necesarias las concentraciones bancarias
El presidente del Gobierno toc¨® ayer el meollo de la crisis financiera cuando afirm¨® en el Congreso que "es probable, no s¨®lo en Espa?a, tambi¨¦n en otros pa¨ªses, que se produzcan situaciones de fusi¨®n o reestructuraci¨®n" en el sistema financiero, y que, si finalmente se llevan a cabo, "habr¨¢ que colaborar para conseguir un mapa m¨¢s racional, competitivo y eficaz". Con esta declaraci¨®n concluye el giro copernicano realizado por Rodr¨ªguez Zapatero, quien ha pasado de ignorar la existencia de una grave crisis a reconocer la posibilidad de que, por unas u otras causas, bancos y cajas espa?oles tengan que afrontar fusiones corporativas para reforzar sus balances.
Las fusiones entre bancos o cajas de ahorros pueden estar justificadas por situaciones delicadas de solvencia o capitalizaci¨®n, sobre todo si se tiene en cuenta que algunos grupos financieros, embelesados por una burbuja inmobiliaria en continua expansi¨®n, concedieron a promotores y particulares pr¨¦stamos con una generosidad incompatible con la prudencia al menos hasta el verano de 2007. En varias ocasiones, el Banco de Espa?a reconvino al sistema financiero -y a las cajas de ahorros en particular- por tales alegr¨ªas crediticias. Pero no es necesario apelar a hipot¨¦ticas situaciones de insolvencia para justificar una reestructuraci¨®n financiera. En tiempos de dificultades objetivas para la banca, evidentes en el crecimiento de la morosidad y en las complicaciones derivadas del estrangulamiento del cr¨¦dito, las concentraciones reducen considerablemente los costes y contribuyen a garantizar la rentabilidad.
Dado el car¨¢cter marcadamente pol¨ªtico de las cajas de ahorros, dominadas por las fuerzas vivas locales de los partidos en buena parte de Espa?a, es decisivo que el Gobierno "colabore" activamente, por citar el verbo que ha usado el presidente, en impulsar esas reestructuraciones si fueran necesarias. Y tan decisivo o m¨¢s que la colaboraci¨®n del Gobierno es que el PP, primer partido de la oposici¨®n, as¨ª como CiU, PNV y BNG presten tambi¨¦n la suya en caso de necesidad, habida cuenta del papel que desempe?an en las decisiones de las cajas regionales. No estar¨ªa bien que por razones de un localismo mal entendido los partidos pol¨ªticos vetaran fusiones entre entidades de distintas comunidades aut¨®nomas.
Las consideraciones anteriores responden a una prudencia elemental, a sabiendas de que las instituciones espa?olas son s¨®lidas en general, han gestionado el riesgo de forma razonable y no son previsibles situaciones de dificultad o quiebra como las que se han producido en otros pa¨ªses europeos. Ahora bien, la gesti¨®n del plan del Gobierno requiere, adem¨¢s de confianza en los grupos financieros, una cierta destreza pol¨ªtica. Se trata de que el Gobierno tenga claro qui¨¦n gestiona el plan, con qu¨¦ criterios se aplicar¨¢ y qu¨¦ controles externos son imprescindibles para que la oposici¨®n colabore con el Ejecutivo en esta tarea.
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