"La vida es muy corta para vender tu alma por una peseta"
Carmen Estalricht publica 'Campo de eneldos', un poemario con It¨¢lica y Adriano
Por sus manos han pasado miles de libros. Durante casi cuarenta a?os, los vend¨ªa. Primero, en unos grandes almacenes. M¨¢s tarde, en la m¨ªtica librer¨ªa Antonio Machado de Sevilla. Hoy es una prejubilada forzosa que pasea con un hermoso libro bajo el brazo, Campo de eneldos. Lo ha escrito ella.
Carmen Estalricht descubri¨® de ni?a su pasi¨®n por la antigua Roma. Cerca de su casa, en el centro de Sevilla, hab¨ªa una f¨¢brica de escayola. Se quedaba extasiada ante los bustos de emperadores y matronas romanas. Aquel entusiasmo infantil se tradujo en frecuentes visitas al Museo Arqueol¨®gico. M¨¢s tarde, se pate¨® It¨¢lica, la antigua ciudad romana ubicada a pocos kil¨®metros de Sevilla. Estudi¨® historia y qued¨® rendida ante el emperador Adriano.
"Es un libro rebelde contra un espacio y un tiempo que no nos gusta"
El resultado de ese amor por la Sevilla antigua es su nuevo libro de poemas, que acaba de ser presentado. It¨¢lica y Adriano son sus protagonistas. Como ella misma dice en la primera parte del libro, ha permanecido "mucho tiempo con los labios sellados".
Porque esta mujer sevillana de 57 a?os hab¨ªa publicado hace justo 30 a?os otro poemario, La casa es la perfecta rep¨²blica, en la prestigiosa colecci¨®n Vasija que dirigi¨® el tambi¨¦n poeta sevillano Onofre Rojano, fundador del grupo po¨¦tico Barro.
Campo de eneldos es un "relato de olvido y soledad", comenta la escritora. Un libro que tiene tres partes diferenciadas: una primera, "justificaci¨®n de la autora", en la que reflexiona sobre su pasi¨®n por It¨¢lica. La segunda y tercera son un di¨¢logo entre la escritora y el emperador Adriano.
Alfonso Guerra, gran amante de los libros, encuadr¨® el poemario de Carmen Estalricht junto a Memoria de Adriano, de Marguerite Yourcenar y el poema que Fernando Pessoa dedic¨® a Antinoo, el joven protegido del emperador. "Tres piezas que son ya frontera ineludible para abrevar en las fuentes adrianas", dijo el pol¨ªtico sevillano.
Manuel Garc¨ªa, editor de este cuidado volumen de la editorial sevillana Point de Lunettes, habla de "literatura de enso?aci¨®n". ?Son estos tiempos de crisis buenos para so?ar? Carmen Estalricht sostiene que "en las ¨¦pocas en que todo es negro, hay que ser blanco". Porque, "en el fondo, ¨¦ste es un libro rebelde contra un espacio y un tiempo, geogr¨¢fico y cultural, que no nos gusta".
En uno de los poemas sobre la infancia de Adriano, se pregunta la autora d¨®nde estar¨¢ ese ni?o, si "en la met¨¢fora o en la espada". ?D¨®nde estar¨¢n los j¨®venes que pasan hoy por las calles de Sevilla? Contesta Estalricht sin titubear, aunque luego parece arrepentida por su dureza, que "ni en la met¨¢fora ni en la espada, en la imbecilidad". Y es que esta mujer apacible se muestra aterrada ante "esta sociedad conducida, donde todos somos iguales, similares". Una sociedad volcada en el consumo, las marcas, las ropas y los nintendos.
Es por ello que se lamenta en otro pasaje de vivir en "un siglo incierto" y de "valles cableados de est¨²pido progreso". Duro territorio para un poeta que quiere seguir fiel a s¨ª mismo. Pero que tambi¨¦n tiene que comer. "Yo te hablar¨¦ de un final de mes y de un sustento", escribe la autora al despedirse de Adriano.
?C¨®mo se las arregla un poeta para llegar a fin de mes? Carmen Estalricht lo tiene claro: desde luego, no con la poes¨ªa. Otra cosa, dice, es el novelista: "Como escritor, se plantea que quiere vivir de su arte, de su t¨¦cnica". El poeta, "vive, experimenta, siente, existe y a veces imprime en papel todos esos sentimientos; pero nunca lo tiene como un veh¨ªculo de existencia material, sino de satisfacci¨®n personal".
M¨¢s a¨²n, Carmen Estalricht, que reconoce no vivir en la abundancia, afirma: "Soy capaz de ponerme a barrer una calle, antes de empe?ar mis criterios para comer. La vida es muy corta para vender tu alma por una peseta".
La autora se confiesa "marginal, en el mejor sentido". Huye de ismos y clasificaciones. Y se agarra a los cl¨¢sicos del barroco sevillano, Francisco de Rioja y Juan de Arguijo, a los que homenajea, enamorados como ella de It¨¢lica. "Bebo en ellos", dice t¨ªmidamente.
Se levanta y se marcha, con un libro reci¨¦n comprado sobre la mitolog¨ªa cl¨¢sica. Entusiasmada por poder sumergirse una vez m¨¢s en su Sevilla cl¨¢sica. Tan lejos de este siglo incierto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.