Barcelona ya no hurga en la basura

Ana Botella puso ayer como ejemplo a Alemania como uno de los modelos europeos en cuanto al reciclaje de basuras y su selecci¨®n en origen por parte de los ciudadanos. Si bien es cierto que los alemanes tienen ya una larga experiencia en este terreno, de casi 20 a?os, su sistema de recogida de residuos y las sanciones que aplica a los infractores es distinto del que pretende implantar el Ayuntamiento.

En Espa?a, los ciudadanos de la otra gran metr¨®poli, Barcelona, ya saben lo que es recibir multas por no seleccionar bien las basuras.

Muchos alemanes reciclan los restos org¨¢nicos para pagar menos tasas

- Inspecciones aparcadas. En la capital catalana hace a?os que se sanciona a la persona o actividad comercial o econ¨®mica que incumpla la Ordenanza General de Medio Ambiente. Esa normativa considera una infracci¨®n leve, por ejemplo, dejar la basura fuera de los contenedores, tirarla fuera del contenedor que le corresponde o depositar bolsas de basura en las papeleras. Para ese tipo de infracciones est¨¢n previstas multas que oscilan entre los 120 y los 3.000 euros.

Durante unos meses, el Consistorio de Barcelona destin¨® a un n¨²mero de inspectores para averiguar la identidad de quien incumpl¨ªa la ordenanza -por ejemplo, tirando del contenido de quien dejaba la bolsa de basura en medio de la calle- para dar con su domicilio y sancionarlo. La medida levant¨® bastante revuelo y se ha aparcado, en diciembre de 2007, tambi¨¦n por inseguridad jur¨ªdica. Ahora se multa al que le pillan in fraganti. La tasa de recogida de residuos va incluida en el recibo del agua.

- Los basureros vigilan. Las basuras de los alemanes se almacenan en los contenedores dispuestos en las fincas particulares. A menudo est¨¢n en patios interiores o en habitaciones a las que s¨®lo acceden los vecinos del edificio. Tampoco es raro ver contenedores con cerradura en las calles alemanas.

El color y la forma de los diversos contenedores var¨ªa seg¨²n su funci¨®n. El contenedor amarillo es para los recipientes o paquetes que llevan impresos el llamado Punto Verde. El contenedor azul es para el papel y el cart¨®n. El contenedor verde es para el cristal. El marr¨®n, para los desechos org¨¢nicos. El contenedor gris sirve para el resto de la basura, la que no se puede reciclar.

En s¨ª, la recogida de los contenedores amarillos y azules es gratuita. Los gastos finales los asume el consumidor de los productos marcados con el Punto Verde. Este modelo, que ya cuenta casi con 20 a?os, obliga a los productores e importadores de embalajes y recipientes a pagar una cantidad que se destina a la recogida de estos desechos. Las empresas fabricantes pasan los gastos a los consumidores, aumentando los precios de los productos. La principal compa?¨ªa que retira esta basura es Duales System Deutschland.

La recogida de papel la puede contratar por su cuenta cada comunidad de vecinos. Los precios aqu¨ª est¨¢n sometidos a la mayor competencia en la recogida de basuras, seg¨²n explica Sabine Th¨¹mler, de la compa?¨ªa de basuras berlinesa BSR, propiedad del Estado.

En cuanto a los restos org¨¢nicos y la basura no reciclable del contenedor gris, cada comunidad de vecinos decide sobre su volumen y sobre el ritmo de recogida. Las cuotas dependen de ambas variables. As¨ª, el precio del vaciado semanal de un contenedor gris de 1.100 litros es en Berl¨ªn de 284,40 euros por trimestre. La recogida quincenal de un contenedor de 60 litros cuesta en la capital alemana 30,75 euros al trimestre. Explica Th¨¹mler que muchos propietarios de viviendas unifamiliares tratan de reducir su basura al m¨ªnimo mediante el uso de los restos org¨¢nicos como abono, de modo que pagan cantidades m¨ªnimas por su recogida.

En cuanto a las inspecciones y posibles sanciones, son tarea de los basureros. Cuando ¨¦stos advierten que un contenedor amarillo est¨¢ llen¨® de basura org¨¢nica o que un contenedor azul rebosa de pa?ales usados, lo cierran y dejan de vaciarlo. Una nota de los basureros advierte a los usuarios de que tendr¨¢n que pagar por un servicio extraordinario de limpieza o reemplazo del contenedor mancillado. No es una multa en sentido estricto, pero los vecinos se quedar¨¢n, hasta que paguen, con un contenedor in¨²til, lleno y seguramente apestoso.