Los parterres 'chic' del Parc Monceau
El parque asim¨¦trico y nada franc¨¦s que sedujo por igual a Napole¨®n y a Audrey Hepburn
Mi padre se hab¨ªa hecho construir una casa en la rue de Prony", escribe Misia Sert al comienzo de sus memorias. "El Parc Monceau era en aquella ¨¦poca el lugar en el que hab¨ªa que vivir". Hacia 1880, la reestructuraci¨®n urbana iniciada por Haussmann hab¨ªa convertido el noroeste de Par¨ªs en un distrito privilegiado articulado en torno a un parque singular.
?Qu¨¦ tiene de especial el Parc Monceau? "Una atm¨®sfera ¨²nica", dice la gu¨ªa de jardines editada por Actes Sud. Y es cierto. Monceau es diferente por muchas razones. Desde el punto de vista estil¨ªstico, porque no es nada franc¨¦s. No hay rastro de simetr¨ªa en su trazado, ni de geometr¨ªa en sus parterres. Al contrario, es todo un modelo de jard¨ªn paisajista remodelado al gusto rom¨¢ntico.
Parad¨®jicamente, es el m¨¢s parisiense de los jardines de Par¨ªs. Un genuino parque de barrio animado por rutinas ciudadanas: ni?os que corretean entre columpios, j¨®venes haciendo footing alrededor de una vieja naumaquia, jubilados que han olvidado las prisas... Un refugio chic en un distrito distinguido, el huiti¨¨me arrondissement (octavo distrito): a medio camino entre el Arco del Triunfo y la ¨®pera Garnier. En pleno centro, pero discretamente alejado del comercio y rodeado de palacetes. Audrey Hepburn acud¨ªa con frecuencia, porque en la calle Alfred de Vigny ha estado hasta hace nada el taller del modista Hubert de Givenchy.
Al otro lado del parque, en la avenida de Vel¨¢zquez, se encuentran el Museo Cernuschi, con su valiosa colecci¨®n de arte asi¨¢tico, y a su espalda, el Nissim de Camondo, rebosante de tapices, porcelanas, orfebrer¨ªa, muebles y toda clase de objetos valiosos atesorados por el banquero sefard¨ª Mois¨¦s de Camondo.
Al repasar la historia del Parc Monceau, uno se da cuenta enseguida de que alg¨²n esp¨ªritu ben¨¦fico ha velado por su destino evitando que se convirtiera en un pastiche. Todo comienza en 1769 en torno a un cl¨¢sico pabell¨®n de recreo, n¨²cleo del futuro jard¨ªn. El hameau de Monceau acaba de ser adquirido por Louis-Philippe de Orl¨¦ans, duque de Chartres, reci¨¦n casado con mademoiselle de Penthi¨¨vre, una de las mujeres m¨¢s ricas de Europa.
Juegos cortesanos
En su nueva propiedad, el futuro Philippe-?galit¨¦, primo de Luis XVI, desea crear "un jard¨ªn extraordinario que re¨²na todos los lugares y civilizaciones". En otras palabras, un jard¨ªn pintoresco para juegos cortesanos. Louis Carrogis Carmontelle, pintor, hombre de teatro y animador de fiestas, fue el encargado de hacer realidad el proyecto. El resultado: una especie de parque tem¨¢tico duramente criticado por sus contempor¨¢neos.
Sin embargo, a la llamada folie de Chartres no le falta detalle. Cuenta con 17 atracciones: una pir¨¢mide egipcia, un templo de Marte, un minarete, una pagoda china, un castillo feudal, tiendas t¨¢rtaras, una granja suiza, un molino holand¨¦s, incluso una naumaquia donde simular batallas navales. Rodeada de columnas cl¨¢sicas, cubiertas ahora de rosas, sigue siendo un rinc¨®n ins¨®lito lleno de encanto; y junto con la pir¨¢mide, los ¨²nicos decorados que han sobrevivido de aquellas escenograf¨ªas. Para animarlas, Carmontelle introdujo personajes disfrazados que actuaban como aut¨®matas vivientes. A?os m¨¢s tarde, ?ngel Mar¨ªa Tadey har¨ªa algo parecido en El capricho de la duquesa de Osuna, en Madrid.
Pasada la euforia de los primeros tiempos, Monceau experimenta su primera remodelaci¨®n. El duque de Chartres la deja esta vez en manos del naturalista escoc¨¦s Thomas Blaikie, que rectifica gran parte del trazado adapt¨¢ndolo a las normas del paisajismo ingl¨¦s. Pero, poco despu¨¦s, en noviembre de 1793, Philippe-?galit¨¦ muere guillotinado y su finca queda confiscada "para disfrute del pueblo y la realizaci¨®n de proyectos ¨²tiles". Uno de ellos fue el primer salto en paraca¨ªdas, que tuvo lugar sobre el parque en 1797, desde un globo Montgolfier.
Napole¨®n, enamorado tambi¨¦n del lugar, le busc¨® nuevos destinos. Primero quiso convertirlo en casa de fieras y luego en el jard¨ªn particular de su hijo, el rey de Roma. Para ello, pens¨® en unirlo con el centro de Par¨ªs mediante una gran avenida. Sin embargo, ninguno de estos proyectos lleg¨® a realizarse. Con la Restauraci¨®n, la familia Orl¨¦ans recuper¨® la propiedad, pero conserv¨® s¨®lo una parte y vendi¨® el resto al Estado.
Un sue?o reducido
El verdadero renacimiento del Parc Monceau tiene lugar a mediados del siglo XIX, cuando el bar¨®n Haussmann abre el bulevar Malesherbes y hace realidad el sue?o de Napole¨®n. Al reestructurar la zona, queda reducido a ocho hect¨¢reas y media, algo m¨¢s que la actual superficie del Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid, y, bajo la direcci¨®n de Jean-Charles Alphand, adquiere una configuraci¨®n nueva. Es entonces cuando se plantan la mayor¨ªa de los ¨¢rboles que hoy son ya m¨¢s que centenarios: arces de Montpellier, pl¨¢tanos, tul¨ªperos de Virginia (Liriodendron tulipifera), hayas, ginkgos; se introducen nuevos elementos t¨ªpicos del jard¨ªn rom¨¢ntico: la cascada y el puente que imita al Rialto de Venecia; y se levanta la famosa verja dorada del arquitecto Gabriel Davioud. Napole¨®n III lo inaugura el 13 de agosto de 1861.
Tras el par¨¦ntesis tr¨¢gico que los fusilamientos de comuneros dejan en todos los jardines de Par¨ªs, vuelven d¨ªas apacibles. El colorido de las nuevas borduras de flores creciendo entre almendros, manzanos y cerezos ornamentales atrae a Claude Monet, que pinta el parque en cinco ocasiones. Se colocan los monumentos a personajes c¨¦lebres como Fr¨¦d¨¦ric Chopin, Charles Gounod o Guy de Maupassant..., y su teatralidad da al jard¨ªn un aire proustiano al que contribuyen las ni?eras que fueron su imagen caracter¨ªstica durante la primera mitad del siglo XX.
Hoy, el panorama es completamente distinto. La imagen arquet¨ªpica del Parc Monceau son los innumerables internautas que, tumbados sobre la hierba, navegan por la Red disfrutando de un recinto wi-fi gratuito y tan refinado como un jard¨ªn del siglo XVIII.
La dulzura de vivir en el Par¨ªs de Voltaire
Gu¨ªa
C¨®mo llegar
? Parc Monceau. Bulevar de Courcelles. Metro: Monceau. Abierto a diario desde las nueve hasta la puesta de sol.
Informaci¨®n
? Turismo de Par¨ªs (www.parisinfo.com).
? Asociacion de amigos del Parc Monceau (www.parcmonceau.org).
? Museo Cernuschi. V¨¦lasquez, 7 (www.cernuschi.paris.fr).
? Nissim de Camondo. Monceau, 63 (www.lesartsdecoratifs.fr).
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