?C¨®mo calificar esta situaci¨®n?

El Gobierno de un pa¨ªs, Espa?a, que representa a todos los espa?oles, presenta en el Congreso de los Diputados -que representa al pueblo espa?ol, a todo ¨¦l- el proyecto de presupuestos de la totalidad de los gastos e ingresos del sector p¨²blico estatal. Hasta aqu¨ª todo normal y de acuerdo con la Constituci¨®n vigente.

Pero el Gobierno no tiene, con el ¨²nico apoyo de su partido, los votos suficientes para aprobar los Presupuestos y entonces empiezan a apuntarse soluciones. Pero no soluciones con planteamiento nacional (m¨¢s inversi¨®n en infraestructuras, en ense?anza, en investigaci¨®n, etc¨¦tera, en temas que unos u otros consideran de inter¨¦s para todos los espa?oles), sino propuestas de apoyo condicionadas a la obtenci¨®n de privilegios, ventajas, o como se le quiera llamar, para determinadas comunidades aut¨®nomas y planteado por partidos que s¨®lo representan a esas comunidades, pues s¨®lo se presentan a las elecciones en ellas, y no a la totalidad de la naci¨®n. Los ingresos y gastos de todo el sector p¨²blico espa?ol pueden depender de que se acceda a ciertas transferencias o a cierto sistema de financiaci¨®n que no tienen otras comunidades ni podr¨ªan obtenerse sin esa posici¨®n de dominio.

Yo no s¨¦ c¨®mo calificar esta situaci¨®n, pero creo que la soluci¨®n, apuntada por Rodr¨ªguez Ibarra en un l¨²cido art¨ªculo publicado en EL PA?S hace unos d¨ªas, podr¨ªa alcanzarse si en el ¨®rgano representativo de todos los espa?oles s¨®lo pudiesen estar presentes los partidos pol¨ªticos que representen la voluntad popular de toda la naci¨®n. Para representaciones territoriales ya est¨¢, o debe estar, el Senado ("C¨¢mara de representaci¨®n territorial", dice el art¨ªculo 69 de la Constituci¨®n). Las elecciones generales se basan en circunscripciones provinciales, pero nunca se ha dado el caso de que los elegidos por una provincia pretendan imponer ciertas ventajas para su territorio a cambio del apoyo a una medida legislativa.