Dinero
Haciendo tiempo para enterarme de las casi siempre indeseables noticias del mundo, me topo con la repetici¨®n de Mira qui¨¦n baila y a la reconstruida Ana Obreg¨®n proclamar racialmente y sin sonrojo: "Que sepan todos los espa?oles que cuando la espa?ola besa, besa siempre de verdad". A continuaci¨®n, saluda a un chaval con s¨ªndrome de Down mientras que lanza otra proclama entre psicologista y humanista: "Sepan que ellos sienten como nosotros, quieren como nosotros, son como nosotros". Decido no volver a encender la tele al despertarme. Y si pudiera, a ninguna hora. Por higiene mental.
En el informativo que presenta mod¨¦licamente Miguel ?ngel Oliver en Cuatro veo a huelguistas que corean "Hasta los huevos, estamos hasta los huevos". Al descubrirme la identidad de los testoster¨®nicos percibo que son polic¨ªas y guardias civiles, movilizados por la misma raz¨®n que el resto de los humanos. Por la pasta. Pero siempre me resultar¨¢ ex¨®tico ver a las fuerzas del orden, encargadas ancestralmente de controlar a los manifestantes (y canearlos si ¨¦stos prescinden de los buenos modales), exhibiendo en la dura calle sus inaplazables reivindicaciones.
Tambi¨¦n debe de andar el vil metal por medio en la generosa solidaridad que muestran nacionalistas vascos y gallegos hacia los centralistas y zapaterianos Presupuestos. A los que no tienen nada que perder y a los que siempre lo han pose¨ªdo todo se la suda la crisis econ¨®mica (qu¨¦ eufemismo denominar as¨ª al salvaje robo, que los depredadores sigan habitando sus palacios en vez de una celda, esperando su N¨²remberg), pero los que tienen un poquito ahorrado y los que lograban sobrevivir sin esfuerzos ¨¦picos al fin de mes, ya saben lo que es vivir con miedo. Dicen que los ahorradores empiezan a cambiar el peligroso dinero por s¨®lido oro. Dicen que los comedores sociales y C¨¢ritas se est¨¢n llenando de clase baja. Los banqueros van a transformar en mendigos a los que se conformaban con lo m¨ªnimo.
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