La deriva de Ortega
El presidente de Nicaragua multiplica los abusos de poder contra todos sus cr¨ªticos
El sandinismo fue un movimiento popular que acab¨® con la tiran¨ªa de Somoza, que hab¨ªa hecho de Nicaragua su finca privada; y su triunfo, aunque no sin alg¨²n forcejeo autoritario, permiti¨® el advenimiento de la democracia, consagrada por su propia derrota en las elecciones de 1990. Hoy, un movimiento que se sigue llamando sandinista y dirige uno de sus fundadores, el presidente Daniel Ortega, est¨¢ conduciendo el pa¨ªs hacia un neosomocismo, hecho de arbitrariedad, abuso de poder y corrupci¨®n; y en la l¨ªnea del chavismo con el que se alinea, proyecta enmendar la Constituci¨®n para hacer posible la reelecci¨®n presidencial.
Cualquier cr¨ªtico del poder sufre todo el peso de una ley sin control superior, que administra una fiscal¨ªa instrumento totalitario al servicio de Ortega. El pasado d¨ªa 10 fueron allanadas las instalaciones de Cinco, una fundaci¨®n que dirige Carlos Fernando Chamorro, hijo de Pedro Joaqu¨ªn, el director de La Prensa, asesinado por los esbirros de Somoza en 1978, que desencaden¨® la ¨²ltima fase de la lucha contra la dictadura. Chamorro, ex sandinista, expulsado del partido por oponerse a la deriva antidemocr¨¢tica del mismo, y acusado de lavado de dinero, hab¨ªa lanzado en un programa de televisi¨®n que dirige grav¨ªsimas y convincentes acusaciones de corrupci¨®n econ¨®mica contra la presidencia y su entorno. La operaci¨®n del poder forma parte de una redada de motivaci¨®n exclusivamente pol¨ªtica contra 17 ONG y organizaciones de defensa de los derechos humanos, entre las que est¨¢ el Movimiento Aut¨®nomo de Mujeres, especialmente combativo contra la ilegalizaci¨®n del aborto terap¨¦utico, con la que Ortega se granje¨® el apoyo de la Iglesia cat¨®lica, por la que no hab¨ªa mostrado, sin embargo, especial apego en su primera encarnaci¨®n como sandinista revolucionario en los a?os ochenta.
Algunos medios de comunicaci¨®n son hoy el ¨²nico basti¨®n de defensa de las libertades contra un r¨¦gimen que ante las elecciones municipales del 9 de noviembre ha ilegalizado al partido conservador y al Movimiento de Renovaci¨®n Sandinista, escisi¨®n del partido oficial, en el que figura el antiguo vicepresidente y fundador del sandinismo, Sergio Ram¨ªrez. Y s¨®lo un rearme electoral con la formaci¨®n de un movimiento que agrupe a toda la oposici¨®n democr¨¢tica, para frenar, si ello es posible, al poder, puede salvar hoy la democracia en Nicaragua.
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