Vendajes de protesta
Juan Pablo Arriaga cubre con vendas las esculturas que instal¨® en Lekeitio como "muestra de dolor" por no haber conseguido financiar el proyecto
Las relaciones entre el Ayuntamiento de Lekeitio y el escultor Juan Pablo Arriaga (Markina, 1969) han acabado de forma tormentosa. Hace cuatro a?os, las arcas municipales contribuyeron a cubrir los gastos de un viaje que llev¨® al artista a ?frica a bordo de un velero que parti¨® del puerto de Leketio. El pasado mes de junio, el alcalde Jos¨¦ Mar¨ªa Cazalis, del PNV, y Arriaga presentaron juntos una exposici¨®n de 14 esculturas, instaladas al aire libre en la isla de Garraitz, vinculada cada una de ellas a uno de los pa¨ªses africanos que el artista recorri¨®. Ayer, las esculturas se encontraban cubiertas de vendajes blancos. Es la forma de protesta que ha escogido Arriaga por lo que considera el incumplimiento del Ayuntamiento al compromiso de lograr un patrocinador que cubra los gastos del proyecto.
El Ayuntamiento sostiene que s¨®lo medi¨® para buscar un patrocinador
La exposici¨®n se iba a desmontar el pr¨®ximo jueves. La intervenci¨®n de Arriaga ha transformado su aspecto en sus ¨²ltimos d¨ªas. Las esculturas, realizadas en madera de iroco tratada con fuego para que resistan la intemperie, han cambiado su apariencia ennegrecida por vestidos blancos. "He vendado las obras para mostrar el dolor que me produce la situaci¨®n", dec¨ªa ayer el autor. El Ayuntamiento le replic¨® en un comunicado que se mueve por "codicia" y record¨® que nunca se hab¨ªa comprometido a asumir los gastos de la muestra.
Bajo el cruce de reproches se encuentra un presupuesto de 17.000 euros por la elaboraci¨®n de las esculturas y la se?alizaci¨®n, que nadie ha cubierto. Arriaga sab¨ªa que de las arcas municipales no iba a salir un c¨¦ntimo para la exposici¨®n, pero defiende que tres meses antes de inaugurarla el alcalde le asegur¨® siguiera adelante con el proyecto pues lograr¨ªa financiaci¨®n a trav¨¦s de patrocinadores.
La exposici¨®n se ha podido ver accediendo a la isla de Garraitz caminando desde la playa cuando la marea baja lo permite. Sobre la misma arena, bajo los pinos o al borde del acantilado, Arriaga instal¨® las piezas, cada una de ellas bautizada con el nombre del pa¨ªs africano que la inspir¨®, con la ilusi¨®n de que "la isla hable de ?frica y de la igualdad" Ahora habla de disputas por dinero.
El Ayuntamiento puntualiz¨® que se "ofreci¨® a mediar entre el escultor y la BBK" para conseguir el dinero para los gastos de la muestra despu¨¦s de que la citada caja de ahorros asumiese la edici¨®n del cat¨¢logo de la exposici¨®n en negociaci¨®n directa con Arriaga. Los 17.000 euros no han llegado, explica en su comunicado, porque la decisi¨®n del posible patrocinador todav¨ªa "est¨¢ en el aire".
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