Castraci¨®n qu¨ªmica y prevenci¨®n
La preocupaci¨®n social causada por la delincuencia violenta, que produce tantos sufrimientos, es la raz¨®n principal de propuestas de actuaci¨®n contra los criminales que son objeto de frecuentes controversias. Entre los delincuentes violentos se incluyen los violadores, los pederastas, los agresores dom¨¦sticos y femicidas, as¨ª como secuestradores y homicidas. Todos ellos representan una grave amenaza y comparten dos propiedades comunes: sus h¨¢bitos delictivos no son f¨¢cilmente modificables y, en gran medida por ello, suelen reincidir con una frecuencia mayor que el resto de delincuentes. Es cierto que tambi¨¦n entre estos delincuentes los hay m¨¢s perseverantes que otros, pero todos ellos representan una amenaza sobre los ciudadanos contra la que debemos actuar.
La psicolog¨ªa criminal dispone de t¨¦cnicas para conocer el riesgo de reincidencia violenta
Cuando acontece un delito violento, si ¨¦ste recibe mucha atenci¨®n en los medios de comunicaci¨®n, se reclaman soluciones urgentes y dr¨¢sticas para que no vuelva a suceder nunca m¨¢s. Entre estas soluciones se ha propuesto la llamada "castraci¨®n qu¨ªmica". Recientemente se ha aprobado su utilizaci¨®n como elemento coadyuvante en el tratamiento de los delincuentes sexuales que as¨ª lo deseen y para los que, despu¨¦s de las debidas comprobaciones de idoneidad, sean susceptibles de recibir este tratamiento qu¨ªmico en el marco de un programa integral de intervenci¨®n.
Conviene aclarar que, a pesar de que se ha repetido muchas veces, la "castraci¨®n qu¨ªmica" no es un castigo, ni una pena que se impone al delincuente sexual convicto. Es un elemento m¨¢s del programa de tratamiento que se sigue con estos delincuentes. El debate sobre la "castraci¨®n qu¨ªmica", una vez admitida su eficacia en el contexto del tratamiento, se centra en las posibilidades legales y ¨¦ticas que tienen las autoridades para actuar sobre delincuentes violentos que han finalizado su pena. El debate parece enquistado y las posiciones de defensores y detractores no se acercan. Sabemos que hay delincuentes violentos que potencialmente ser¨¢n reincidentes y ¨¦stos se pueden identificar con relativa precisi¨®n. La anterior afirmaci¨®n no es una simple especulaci¨®n, ya que gracias a las t¨¦cnicas de valoraci¨®n de riesgo futuro de violencia, hoy se puede valorar el riesgo de forma din¨¢mica e individualizada.
No obstante, hay pocas medidas legales para actuar contra aquellos delincuentes o ex delincuentes que presentan un alto riesgo de reincidencia violenta. ?No hay ninguna soluci¨®n eficaz?, ?hay que esperar que vuelvan a actuar violentamente, contra una nueva v¨ªctima, para situarlos bajo control policial y penal? Encontrar nuevas soluciones requiere un cambio de orientaci¨®n. Las nuevas soluciones deber¨¢n formar parte de estrategias preventivas que, necesariamente, es preciso desarrollar para reducir la delincuencia violenta.
Como sucede en el tratamiento de los problemas que afectan a la salud p¨²blica, el futuro del combate contra la delincuencia violenta pasa por prevenir su aparici¨®n. Esto se puede conseguir por medio de la gesti¨®n del riesgo de violencia en aquellos individuos con serios antecedentes violentos y especialmente en aquellos que resulten identificados como de alto riesgo. En este contexto preventivo la administraci¨®n de f¨¢rmacos para reducir el deseo sexual, junto con otras medidas, juega un papel importante para la evitaci¨®n de las reca¨ªdas.
La prevenci¨®n de los delitos violentos, especialmente realizados por delincuentes cr¨®nicos, no es una tarea que implica ¨²nica y exclusivamente a las autoridades penales. Muy al contrario, en ella deben colaborar todos los agentes sociales que intervienen en la comunidad tales como los cuerpos policiales y de seguridad, los servicios penitenciarios, los servicios sociales, los agentes sanitarios y otras organizaciones sociales comunitarias (asociaciones de voluntarios, entidades de ayuda contra la exclusi¨®n social, etc¨¦tera).
La evitaci¨®n de nuevos delitos violentos por parte de ex reclusos es una tarea esencialmente preventiva, no ¨²nicamente penal. La prevenci¨®n de nuevos sucesos violentos a manos de reincidentes depender¨¢ de la actuaci¨®n coordinada de los agentes antes mencionados. Cada uno de ellos es responsable de minimizar o eliminar distintos factores de riesgo que favorecen la aparici¨®n de nuevos delitos. Probablemente esta tarea preventiva requiere crear unidades espec¨ªficas de coordinaci¨®n para hacer eficaz su acci¨®n conjunta. La finalidad de ¨¦sta es reducir las probabilidades de aparici¨®n de nuevos delitos violentos y anticiparse a aquellos realizables por delincuentes conocidos y con elevado nivel de riesgo de violencia futura.
La prevenci¨®n no tiene el mismo marco legal que las penas y las sanciones, se puede aplicar a posteriori de una condena y con todas las garant¨ªas legales. La prevenci¨®n tiene que ver inicialmente con las causas de la reincidencia criminal. En esta estrategia, el papel que tienen las autoridades judiciales es limitado pero complementario al del resto de los agentes citados. La Criminolog¨ªa y la Psicolog¨ªa Criminal disponen de t¨¦cnicas v¨¢lidas para conocer el riesgo de reincidencia violenta de una forma individualizada y, por tanto, la prevenci¨®n puede ajustarse a cada caso particular y no requiere aplicar medidas universales de prevenci¨®n sino aquellas particulares a cada caso. En este contexto, la "castraci¨®n qu¨ªmica" podr¨ªa tener una finalidad muy destacada en la prevenci¨®n de la delincuencia sexual.
La prevenci¨®n de los delitos violentos es una nueva obligaci¨®n social. En ella la participaci¨®n de m¨²ltiples agentes la convierte en una tarea comunitaria y que involucra a todos los ciudadanos. Naturalmente que en los Estados modernos y organizados, la prevenci¨®n del delito violento deber¨ªa ser una nueva faceta de la seguridad p¨²blica. Esta tarea no deber¨ªa estar encomendada exclusivamente a la polic¨ªa y obligar¨ªa a una intervenci¨®n coordinada y flexible de las instituciones seg¨²n los casos. No podemos prescindir y seguir sin utilizar la estrategia preventiva y todas sus t¨¦cnicas si queremos reducir la amenaza que representa la delincuencia violenta.
Antonio Andr¨¦s Pueyo es catedr¨¢tico de la Universidad de Barcelona. Profesor de Psicolog¨ªa y Criminolog¨ªa.
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